“Aunque a la escena pública siempre resaltan los nombres de los periodistas varones agredidos, desaparecidos y asesinados, también hay comunicadoras violentadas, insultadas, vejadas, difamadas, desacreditadas y –peor aún– exiliadas, desaparecidas, ultimadas”.
Esta es la entrada de la nota de la reportera Anayeli García Martínez sobre la investigación “Violencia contra mujeres periodistas, México 2010-2011”, el primer informe sobre libertad de expresión en el mundo que se realiza desde un enfoque de género, bajo la responsabilidad de CIMAC y coordinado por la periodista Yunuhen Rangel.
En el reporte se reconoce que mujeres y varones enfrentan distintas formas de violencia en el ejercicio periodístico. Los ambientes de trabajo para ambos son distintos: las mujeres desarrollan su trabajo la mayoría de las veces dentro de un “ambiente hostil, de discriminación, desventaja y acoso”, dice la investigadora.
Yunuhen Rangel señala que las mujeres periodistas suelen ser violentadas psicológicamente a través de amenazas y el desprestigio. El acoso suele ir desde la descalificación en su vida personal hasta en su formación profesional.
No sólo la han enfrentado las mujeres periodistas, cuyos casos han sido ampliamente difundidos y cuya respuesta es el repudio social. También en el interior de la República algunos funcionarios misóginos reprimen a mujeres que realizan crítica o investigación de una manera “tan sutil, que para las autoridades y el gremio periodístico el hecho pasa desapercibido”, según la investigación de CIMAC.
Rangel dice que a las periodistas “se les golpea en su vida privada y en su calidad profesional. A las periodistas todo se les critica: si son jóvenes, si son casadas, si tienen hijos, si son infieles, hasta si son verdaderamente o no periodistas”.
CIMAC es un referente serio cuando se habla del trabajo periodístico que se realiza en distintas partes del mundo, en Latinoamérica, en México.
Lucía Lagunes, a la cabeza de la misma, no sólo se ha preocupado porque se visibilice la participación de las mujeres en todas las esferas a fin de transformar esa realidad, sino que también se ha preocupado y ocupado por la situación que viven las periodistas del mundo.
Este trabajo refleja a través de testimonios ese carácter humano que CIMAC ha tenido con nosotras, lo hace de manera seria y lo presenta con responsabilidad.
Sin duda hay avances en el ejercicio de la libertad de expresión, pero todavía prevalecen atavismos que intentan conducir a las mujeres a reductos privados, y acallar con ello los logros alcanzados con esfuerzos.
* Integrante de la Red Nacional de Periodistas
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Violencia hacia mujeres periodistas
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