No se gestará una cultura de derechos humanos mientras en al interior de las familias haya violencia, relaciones de poder y no se respete la dignidad de las personas, afirmó el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Emilio Álvarez Icaza.
En el seminario «Diagnóstico sobre la prevención y atención de la violencia familiar en el Distrito Federal» que concluye hoy, señaló que en la construcción de la democracia debe considerarse la superación de la violencia intrafamiliar como eje transversal de la política social.
Destacó que ese fenómeno es uno de los problemas más graves de nuestro entorno social. «En los últimos años se ha convertido en un tema que se aborda por distintos actores sociales y académicos para tratar de entender su complejidad y buscar propuestas de solución».
Álvarez Icaza expuso que la violencia está presente de muchas formas en nuestra sociedad, y que las prohibiciones jurídicas no impiden que sea característica de las relaciones familiares, en donde persiste la subordinación hacia algunos de sus miembros establecidos socialmente como depositarios del poder.
Refirió que en el hogar se reproducen las jerarquías sociales y las relaciones de dominación. «Que se admita que en cada familia deber haber un jefe genera una relación desigual entre esposa y esposo o entre padres e hijos y se producen así relaciones de poder en las que alguien manda y los demás obedecen».
A manera de conclusión del seminario, señaló que se deben encaminar esfuerzos y políticas para construir un modelo de familia donde se fomente el diálogo, la cooperación y las actitudes democráticas, propiciando el desarrollo de la autoestima de sus integrantes.
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