En la Unión Europea el 15 por ciento de la población vive en situación de pobreza, según la oficina Eurostat, pero la red Europea de Lucha contra la Pobreza advierte de que en los Estados miembros recién llegados la tasa es mucho mayor.
Las cifras sólo cuentan una parte de la realidad, «la que podemos plasmar en un modelo o contabilizar», señalan en su último boletín elaborado con las aportaciones de las organizaciones no gubernamentales miembros de la red.
Y, aunque sólo muestran una parte de la realidad, los datos de la Oficina Estadística de la UE (Eurostat) son alarmantes, 68 millones de pobres en la Europa, de ese 15 por ciento, viven en hogares donde la renta disponible es inferior al 60 por ciento de la media del país, difunde el portal Canal Solidario.
Diana tiene 21 años y vive en un pequeño pueblo de Eslovaquia. La mitad de sus 600 habitantes son romaníes, población con una tasa de paro cercana al 100 por ciento. Diana vive con sus padres y duerme en un diván en la cocina.
Toda su familia está en paro y las ayudas que reciben no cubren los gastos básicos. Las empresas de trabajo temporal le prometen un puesto en las entrevistas telefónicas pero la descartan en la entrevista personal, debido a su origen gitano.
Con relatos como el de Diana, la Red Europea de Lucha contra la Pobreza (EAPN), a la que están adscritas sólo en España más de cien organizaciones, quiere poner rostros a los excluidos que viven en la UE.
El hecho de que sólo el 15 por ciento, viven en hogares donde la renta disponible es inferior al 60 por ciento de la media del país, significa que el 15 por ciento de la población de la UE es pobre y en tres países -Irlanda, Portugal y Grecia- la tasa llega al 20 por ciento de la población. Además, la renta de los más ricos es 4,4 veces mayor que la de los más pobres, con tendencia a crecer cada año.
Las historias que recoge la EAPN en su último boletín también muestran cómo las redes pueden ayudar a los más pobres a romper con el círculo de la exclusión. Zbigniew, natural de Polonia, llegó a Italia en 1993 con visado de trabajo. En poco tiempo, perdió su empleo y se quedó sin dinero.
«Me encontré en la calle pidiendo limosna y empecé a beber. Cuando decidí cambiar de vida, porque temía morir, encontré a una señora polaca llamada Wanda y a la organización rumana Centre de Droits Sociaux.
Comencé como voluntario y ahora la ONG ha abierto una casa de acogida para vagabundos. De alguna manera, puedo entender las necesidades de un vagabundo más fácilmente que un trabajador social o un psiquiatra» cuenta Zbigniew a la EAPN.
Tras el Encuentro de Personas en Situación de Pobreza celebrado el pasado año, la EAPN apuesta por una estrategia que trata de incluir a los más pobres en los procesos de decisión política. «Los pobres no suelen tener más contacto con la maquinaria del poder que la del control o la represión», señalan en una de las conclusiones del encuentro.
La apuesta de la EAPN es incidir en las políticas de cada Estado miembros, de tal forma que las decisiones se tomen escuchando la voz de los excluidos y se organicen plataformas para la participación de éstos.
La EAPN publicará próximamente un libro que, con el título «La Europa que queremos», recogerá los relatos de estas personas excluidas en la UE a través de las redes existentes en cada país y de los Encuentros de Personas en Situación de Pobreza.
2005/CS/SJ
