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«Vivir con miedo y dolor en Juárez

Por Gladis Torres Ruiz, enviada

«Las madres de las jóvenes desaparecidas en Ciudad Juárez, no vivimos, sobrevivimos con un dolor que te va consumiendo día tras día, que se agudiza más cuando oscurece», así describe Olga Esparza, madre de Mónica Janeth Alanís Esparza, joven de 18 años estudiante de la Universidad de Ciudad Juárez (UACJ), desaparecida el 26 de marzo de 2009, el sentimiento que la embarga desde hace un año.

En entrevista con Cimacnoticias, Olga Esparza dice que aún espera -como todas las madres- que su hija esté de regreso en casa: «no nada más nosotras sobrevivimos por ellas, también nuestras familias, nuestras hijas e hijos, desde que mi hija desapareció, nuestra vida cambió totalmente y nunca será igual».

Mónica Janeth Alanís Esparza, estudiaba el segundo semestre de la carrera de Administración de Empresas. Desapareció en el tramo que comprende las inmediaciones de la Central Camionera, en el fraccionamiento El Vergel, hasta la avenida Jilotepec, a donde se dirigía con una compañera de escuela para hacer tareas, pero nunca llegó.

Como en la mayoría de los casos que se han denunciado en la entidad, desde 1993, es la familia quien tiene que hacer las labores de búsqueda, cuenta Olga quien recuerda que cuando fue a denunciar la desaparición de su hija en la Procuraduría General de Justicia de Chihuahua levantaron el acta y realizaron las pesquisas, pero la familia es quien ha realizado la búsqueda.

«Así es, nosotras las familias somos las que andamos pegando los carteles en la ciudad con nuestros familiares, hermanos, para que la gente nos llame».

Según información de la Red Mesa de Mujeres de Ciudad Juárez, de 2008 a la fecha se calcula que existen 91 mujeres desaparecidas, 55 de ellas menores de edad; 29 de los casos están vigentes desde 2008; 28 desde 2009; y 34 corresponden a mujeres que han desparecido en los últimos 4 meses.

Olga dice sentir un «acoso sutil» de parte de las autoridades. «Muchas veces nos revictimizan a nosotras como madres, en lugar de que haya un avance, la autoridad está siempre sobre el entorno familiar y a nosotras nos hacen sentir de lo peor».

«A nosotras nos quieren sacar a nuestras hijas, es algo ridículo y frustrante», y agregó que la Procuraduría ha enviado agentes con perros entrenados para la búsqueda de cadáveres para ver si no está el cuerpo de su hija en la casa, de igual manera lo hicieron con el novio de Mónica y personas cercanas a ella y que «creen» que pueden estar involucrados.

Su madre y padre descartan una huída voluntaria por lo que acudieron a interponer la denuncia. En su momento, las autoridades no emitieron alguna alerta respecto a la desaparición, ya que «no fue en la zona centro».

«Aparte de nuestro dolor nos dan otro, no se sensibilizan, ¡es increíble! ya no sabes si llorar o reírte. Es una tristeza horrible, muy grande, en lugar de ayudarnos nos dan la espalda, nos critican y también a nuestras hijas, diciendo es que se fue con el novio, comentarios de ese tipo que un funcionario público no debe de hacer.

«Ya no creemos en las autoridades, ya no creo en ellas, se rompen todas las ilusiones, la única que no se rompe es que nuestras hijas estén de regreso en casa».

VIVIR CON MIEDO

Olga Esparza, afirmó que ante la violencia que priva en Ciudad Juárez vive en un miedo constante. Tiene otro hijo que estudia la preparatoria, «vivo en una continua psicosis, si sale a algún lado».

«Me la paso preguntándole dónde está, con quién, voy por él, pero lo mismo hacía con mi hija, la llevaba y traía de la escuela, y en un instante desapareció. Es algo que no te esperas, hay muchas madres y personas que creen que nunca les va a pasar esto, porque una nunca se imagina estar así».

La madre de Mónica considera que en Ciudad Juárez hace falta difusión de las mujeres desaparecidas, «esta es parte fundamental para que alguien nos de un indicio de nuestras hijas si alguien las ha visto, todas y todos son madres, padres, hijas, y nos podría ayudar».

Respecto a los medios de comunicación, dijo que apoyan los primeros días que se reporta la desaparición, es decir, el día que desaparece la joven y otros dos días publican sus fotos, pero no más.

«Las madres de las jóvenes desaparecidas en Ciudad Juárez vivimos con la ilusión de un milagro, ya que estamos claras que solamente así van a aparecer, porque las autoridades nunca van a buscar a nuestras hijas, para ellos la desaparición de mujeres no es un delito».

Olga Esparza hace un llamado a su hija y a quienes la tengan: «a las personas que tengan a mi hija Mónica, yo les digo que voy a manejar todo a discreción, nada más quiero saber de ella. Yo te amo hija, donde quiera que estés, aquí esta tu casa. Y a la persona o personas que la retienen en contra de su voluntad les quiero decir que yo no voy a meter a nadie a la cárcel, sólo quiero saber de mi hija y de su vida».

10/GTR/LGL

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