Una tercera parte de las bajas ocasionadas por el desastre en el sureste asiático son niñas y niños, en tanto quienes han sobrevivido sufren en medio del caos que representan un grave riesgo para su seguridad, su futuro y su vida misma. Niñas y niños huérfanos o separados de sus familias necesitan atención de manera desesperada.
La ayuda en víveres y ropa es una respuesta muy útil, sin embargo, hay información de que en algunos de los países afectados operan traficantes de menores que explotan a los menores ante su condición de abandono. La mafia de la explotación sexual infantil y de adopción ilegítima ven en esta crisis una oportunidad para sus fines.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha confirmado algunos casos de tráfico infantil, así como la utilización de mensajes de texto en celulares para ofrecer niños entre tres y diez años provenientes de la Isla de Sumatra.
La organización humanitaria Childwatch verificó la desaparición de 130 huérfanos tailandeses en Phuket y en esa misma isla, la responsable del campo de refugio femenino denunció que 24 horas después de la tragedia se presentaron extranjeros ofreciéndose a adoptar menores a cambio de dinero.
Ya hubo, incluso, denuncias de violencia sexual contra la población infantil, muchos de ellos huérfanos que se cuentan entre el millón de desplazados, por ello es necesario alertar de las mafias establecidas en Indonesia, que podrían entregar a los niños a redes de tráfico de menores y venderlos para trabajos forzados o como esclavos sexuales en países más ricos.
No son sólo los paradisíacos parajes del sur de Asia los motivos que impulsan a miles de turistas a viajar a estos destinos sino además el negocio de la prostitución y pornografía infantil, el turismo sexual con menores. La ruptura de las instituciones a consecuencia de los tsunamis del 26 de diciembre pasado, ha dejado una puerta abierta a la explotación criminal, sin escrúpulos, hacia los más vulnerables.
El tráfico ilegal de seres humanos es un negocio más rentable que el tráfico de drogas o de armas, por eso la comunidad internacional toma diversas medidas como registrar a todos los niños y niñas desplazadas, proporcionar atención segura inmediata, localizar a sus parientes, moratorias temporales para la salida de menores de 16 años y para evitar adopciones ilegales o el tráfico redobla los controles fronterizos.
En este sentido, cualquier región del planeta puede ser punto de tránsito o destino a las actividades que estas organizaciones realizan. Por ello, presenté un punto de acuerdo en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión para que nuestro país haga un respetuoso llamado de coordinación entre los países de nuestra región.
Se trata de realizar esfuerzos propios en esta materia, dentro del marco del Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que complementa la Convención de las Naciones Unidas, contra la Delincuencia Organizada Trasnacional, misma que entró en vigor en diciembre de 2003.
Reconociendo que la red de Internet es utilizada por las bandas internacionales de prostitución para sus operaciones de promoción, sería de gran importancia que la Unidad de la Policía Cibernética ponga especial atención dentro de las actividades que lleva a cabo en la identificación de la utilización de este medio para la promoción de niños y niñas extraídos por estas redes internacionales de explotación infantil.
El esfuerzo de cooperación internacional ante la desgracia debe tener tal voluntad que queramos proteger a los niños y niñas tanto más que los que quieren explotarlos.
*Senadora e integrante de la Comisión de Equidad y Género y de la Comisión Especial que dará seguimiento a los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez.
2005/LS/SJ