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Y continuamos

Por Juana Eugenia Olvera*

El número cinco es símbolo de movimiento, libertad física, impulso, viajar, curiosidad, cambios. En una casa representa las mudanzas constantes. Son casas que en la mañana sus muebles están de una forma y por la tarde tienen otra colocación.

Es una casa vibrante, puede decirse que está viva y todo en ella es movible, cambiante. Siempre con visitas, llamadas de teléfono, fiestas, viajantes que llegan y se van. Es la casa que implica retos mentales. Se acumulan la información y las experiencias.

Si se es mujer, se incrementa el atractivo sexual y pueden surgir las aventuras románticas. No es la casa para vivir en castidad. Lo negativo es que se puede caer en el caos y hay tendencia a tomar decisiones precipitadas.

El seis es armonía consigo misma, compasión, amor, belleza, arte, hijos, equilibrio, servicio a la comunidad. En una casa la convierte en centro de armonía y equilibrio. Es la casa ideal para formar una familia, tener hijos.

Cuando se vive en una casa de este número, se siente la necesidad de colaborar con personas que son menos favorecidas por la fortuna. Este número favorece el desarrollo de las habilidades artísticas.

Si un abogado trabaja en su casa y ésta tiene el número seis, la energía que fluye es educativa y afectuosa, de manera que irá al grano al tratar los asuntos sin ser agresivo y sí muy compasivo. Una casa seis influye en el embellecimiento del medio ambiente que le rodea.

Los inconvenientes son que puede sacrificarse en exceso por los demás, sin tomar en cuenta sus propias necesidades. Hay ocasiones que esta vibración influye en mantenerse dentro de la casa, por lo que se vuelve necesario salir y estar en contacto con el mundo.

El siete es conocido como un número místico que simboliza la sabiduría. Los siete días de la semana, los siete chakras principales, los siete pecados capitales, las siete notas musicales, etcétera, son algunos sietes conocidos.

Esta energía está conectada con el despertar espiritual. Es el número de las personas que buscan entrar en contacto con su "Yo Superior". Es el amor hacia los rituales espirituales, el análisis, la contemplación.

Una casa con esta vibración es para estar en soledad, la introspección, la meditación, aunque también el nueve es el de la espiritualidad. Es la casa ideal para quien vive solo y busca alcanzar el contacto con la divinidad.

En caso de que sea una familia quien viva en una casa así, le resultará muy difícil vivir en armonía, ya que siempre se tienen malos entendidos. El siete representa al planeta Neptuno regente del signo Piscis, y este planeta así como representa la fantasía y el misticismo, por otro lado su parte oscura es el fraude, el engaño.

Lo negativo de este número para una casa es para quienes no están interesados en alcanzar la riqueza material, ni tener una vida amorosa sincera. En ocasiones hay inclinación al alcohol y todo tipo de drogas.

El ocho está marcado por el símbolo del infinito de forma horizontal. Para muchos tratadistas es el símbolo de la riqueza material, el auto poder, la conciencia cósmica, autoridad, liderazgo.

Una casa que mantenga esta vibración siempre estará llena de amigos, de familia, de todo lo que representa riqueza material. Es la casa de las personas que llevan posiciones destacadas dentro de las instituciones rectoras de la sociedad. Suele haber distinciones y reconocimiento público.

El inconveniente de esta vibración es que es preciso tener en cuenta el bienestar de los demás. Podrá ser blanco de asaltos o robos, y un sinnúmero de dificultades constantes a solucionar.

El nueve aporta humanitarismo, abnegación, dedicación a los demás, tolerancia, sabiduría, compasión universal. En una casa, esta vibración permite el disfrute de los logros pasados. Incrementa el amor hacia la humanidad.

Para una casa nueve, el pasado es muy importante, por lo que siempre se estará en contacto con personas del pasado. Muchos se sentirán atraídos hacia las personas que habiten una casa nueve, ya que la sabiduría y compasión se dejan ver. Esta casa permite solucionar situaciones que se hayan quedado a medias.

El inconveniente del nueve es que en ocasiones el esfuerzo para ayudar a un gran número de personas pasa por alto las necesidades individuales. En ocasiones la persona perjudicada es quien habita esta casa, dado que toda su atención está vertida al exterior.

Como ejemplo podría citar el hecho de que tienen prohibido comer golosinas, al punto de cumplir al pie de la letra el mandato, sólo que tu niña o niño interno no entiende el dejar de disfrutar el placer de un dulce o un chocolate.

*Narradora oral, astróloga y terapeuta.

12/JEO/RMB

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