Inicio Y las mujeres llegaron al parlamento, por séptima vez

Y las mujeres llegaron al parlamento, por séptima vez

Por Silvia Magally

Cerca de dos mil mujeres de distintas corrientes ideológicas y partidos políticos del país ocuparon las curules de las y los diputados federales, la zona de palcos y hasta la galería, durante la Séptima Reunión Anual del Parlamento de Mujeres de México (PMM) que concluyó hoy con un pronunciamiento en contra del fundamentalismo y la intolerancia.

Desde temprano, largas filas de mujeres se formaron para lograr ocupar un espacio en el recinto legislativo, lo que provocó desorden y molestia entre quienes no lograron entrar por no haberse registrado con anticipación.

Con una hora de retraso inició la reunión, mientras que en el salón de sesiones robaban las cámaras la diputada chilena Isabel Allende, así como Minerva Josefina Tavares Mirabal de República Dominicana.

Las diputadas compartieron reflectores con uno de los pocos diputados varones asistentes al evento, el perredista Pablo Goméz a quien la prensa interrogaba sobre el tema de moda: el desafuero del jefe de gobierno del Distrito Federal, Manuel López Obrador.

Durante varios minutos hubo expectación ante la posibilidad de que al igual que en los parlamentos anteriores y los foros regionales previos a esta reunión, los grupos de derecha iniciaran la confrontación.

Los ánimos se contuvieron gracias a todos los llamados «velados» en contra de la intolerancia que formularon desde la vicepresidenta del PMM hasta el mismo Manlio Fabio Beltrones, presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados.

En silencio, las mujeres se manifestaban en pancartas improvisadas, en hojas de cuaderno e invitaciones como manifestación del antagonismo entre las mujeres progresistas y los grupos conservadores.

En otro espacio, las mujeres que llegaron en camiones desde Puebla, defendían con la misma estrategia el valor de las familias, a pesar del llamado de la diputada Angélica de la Peña a respetar el espacio legislativo facilitado en esta ocasión.

«Ni un paso atrás», clamaban las mujeres a veces a gritos, otras sólo con sus letreros, refiriéndose a los avances que han dado las mujeres tanto en el ámbito nacional como internacional.

Los aplausos sonaban de acuerdo al color de los discursos de las diputadas de la bicameral del PMM o de las distintas fracciones, algunos emotivos, otros demagógicos, pero todos con una constante; avanzar en la defensa de los derechos de las mujeres más allá de las diferencias, pero eso sí, en un clima de respeto y tolerancia, se insistía.

Las intervenciones de las diputadas Isabel Allende y Minerva Miraba captaron su atención, hasta que llegó el momento de la declaración política y el regaño de la presidenta de la bicameral, Diva Gastélum.

La legisladora sostuvo «entre nosotras no hay cabida a ningún tipo de discriminación y muchos menos a la violencia, por el contrario, propugnaremos por el fortalecimiento de nuestra solidaridad y por el avance de nuestro género».

Ante cientos de mujeres, Gastélum leyó el texto con nueve puntos a favor de las mujeres, en el condenó la violencia y su máxima expresión que es el feminicidio y demandó la defensa de la educación laica.


Al concluir la reunión, apareció frente a tribuna una gran manta con la consigna: «ni un paso atrás», leyenda que fue coreada al unísono por diputadas, feministas, académicas progresistas, que aseguraron habían ganado la batalla.

2005/SM/SJ

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