Numerosas mujeres han dejado huellas imborrables en la historia de las luchas por la independencia de África y, en Ghana, ese lugar lo ocupa Yaa Asantewa, una de las figuras más reverenciadas en esa nación.
Asantewa, mujer decidida y de fuerte voluntad, se enfrentó sin tregua a la dominación colonial británica, que como siempre ocurre con las potencias ocupantes, pisoteaba los derechos y oprimía a su pueblo ashantis, señala el texto de Prensa Latina.
POR LA LIBERACIÓN?
Ghana está ubicado en el occidente de África, con riberas marítimas hacia el Atlántico. En 1821, Gran Bretaña impuso su poderío naval y se apoderó de su costa. En 1844 suscribió un tratado con el rey de los ashantis, la tribu que había resistido con mayor vigor la invasión europea.
En 1900, el gobernador británico violó el acuerdo y atacó militarmente el territorio de los ashantis. Las tropas coloniales derrotaron al rey de ese pueblo nativo, por lo que el gobernador exigió la entrega del Taburete Dorado, un objeto histórico venerado y símbolo de la independencia de los ashantis, que se había transmitido de generación en generación.
Algunos líderes ashantis, temerosos de emprender una nueva guerra contra los británicos, sugirieron que en vez de luchar contra los europeos, debían implorar que cambiaran la política represiva y permitieran el retorno del rey, quien había sido desterrado.
Entonces se produjo el gesto que ha quedado registrado para siempre en la historia, Asantewa, la Reina Madre y guardiana del Taburete Dorado, se puso de pie y dijo: «Si ustedes, los hombres ashantis, no tiran adelante, entonces nosotras las mujeres lo haremos».
No se detuvo en esa agria recriminación. Aún más indignada, añadió: «Nosotras lucharemos contra los blancos hasta que la última caiga en los campos de batalla».
LA VIOLENCIA BRITÁNICA
Asantewa dirigió a su pueblo en la última guerra ashantis contra los británicos. El 28 de marzo de 1900 se iniciaron las acciones bélicas.
Con una extraordinaria visión sobre las cuestiones militares, Asantewa movilizó a las fuerzas ashantis y puso sitio durante tres meses a la misión británica en el fuerte de Kumasi; sorprendidos quedaron los europeos por la disciplina y coraje de las y los rebeldes, que poseían armamentos inferiores.
Gran Bretaña, primera potencia colonial de la época, se vio obligada a llevar a miles de soldados y piezas de artillería para romper el sitio. Aún con ese fuerte contingente, los colonialistas tuvieron que emplearse a fondo para vencer la resistencia.
Tras la derrota de los africanos, en venganza las tropas británicas destruyeron numerosos poblados y aldeas, asesinaron a miles de hombres y mujeres, y les confiscaron las tierras.
Las tropas coloniales capturaron a Asantewa y por orden del gobernador fue desterrada al Archipiélago de Seychelles, al Este de África, en pleno Océano Índico. Los jefes rebeldes capturados sufrieron crueles maltratos.
Asantewa nunca más volvió a ver la tierra donde nació y luchó por la independencia de su pueblo y su país. Dos décadas después de su llegada a Seychelles falleció en el destierro, pero con el pensamiento puesto en Ghana.
SU EJEMPLO
El recuerdo de Asantewa acompañó al pueblo ghanés en las décadas siguientes en su enfrentamiento a la explotación colonial que sumió a Ghana en un marcado retraso económico, educacional y con altos índices de insalubridad.
En 1957, Ghana al fin obtuvo su independencia de Gran Bretaña. En ese momento histórico, el pueblo ghanés recordaba a Yaa Asantewa, una mujer todo coraje que enfrentó con dignidad a los que oprimían a sus queridos ashantis.
*Periodista cubano, especializado en política internacional, ha sido corresponsal en varios países africanos.
06/RC/SJ