Inicio “Yo no quiero regresar ni al cementerio ni a la cárcel”: Lolita Chávez

“Yo no quiero regresar ni al cementerio ni a la cárcel”: Lolita Chávez

Por Sonia Gerth
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Lolita Chávez Ixcaquic, Maya K’iché de Guatemala, fue una de las defensoras más conocidas que asistió a la “Misión feminista de Solidaridad El Abrazo”, en Honduras en la que participó un grupo de defensoras de Derechos Humanos de 13 países latinoamericanos y europeos. Con su risa constante y sus palabras decisivas, es una inspiración para sus pares, pese a estar en el exilio en este momento.

Desde septiembre de 2016, cuando Cimacnoticias la entrevistó por vez primera, en el contexto del Foro Internacional de la Asociación para los Derechos de la Mujer y el Desarrollo (Awid), que se celebró en Brasil en septiembre de ese año, su vida dio un vuelco.

– Sonia Gerth (SG) Mi colega te entrevistó en Brasil en 2016, ya casi tres años. ¿Qué es lo que ha pasado en tu vida en estos tres años?

– Lolita Chávez (LC): Bueno. Realmente como defensora mi vida ha dado varios giros, he tenido varias experiencias directas dentro de mi organización. Soy parte del Consejo de Pueblos K’iché, en la defensa de la vida, madre naturaleza, tierra y territorio. Como desde el 2014 – 2015, hay como un poco más de generación de conciencia de los territorios. En ese entonces hablaban de empresas transnacionales pero había poca gente vinculada. Ahora hay más gente que se une en el pueblo y en otros territorios en Guatemala.

Hubo también fuertes levantamientos en la lucha contra la corrupción, la impunidad, los casos de feminicidio que se han visto, que se han denunciado están visibilizados y hay mucha fuerza también de hermanas que han denunciado genocidio en la época de la guerra.

Lamentablemente, en lo personal, yo he sido más reprimida, más atacada. He recibido más intentos de asesinato. En esa época ya estaba sintiendo la represión y la criminalización, pero no como ahora que tuve que salir del territorio. O sea, llegar hasta el nivel de yo salir del territorio y resguardarme en otros territorios y pedir protección internacional por acciones de judicialización, de criminalización, pero también de intentos de asesinatos, eso es lo que me está moviendo mucho ahora.

Otra fortaleza es que tenemos más redes internacionales porque los perpetradores, los criminales, querían silenciarme con el ataque que pasé. Pero le dimos un giro y ahora sé que otras formas de defender derechos son posibles: generar redes, también vincularme más con el movimiento feminista, de muchos territorios, no solamente de Abya Yala, sino de otros territorios por ejemplo en Europa. Hemos denunciado más al nivel internacional, lo cual nos costaba antes. Pero sí, me duele mucho no estar en mi territorio porque tengo mucho arraigo.

– SG: Me imagino que hay que reinventar la lucha de alguna manera. Por un lado está lo de superar los ataques y por lo otro lo de seguir en la lucha ¿cómo se hace desde afuera?

– LC: Mira, una tiene que tener claridad en el horizonte, el camino que estamos tejiendo y yo desde siempre estaba vinculada con defender el derecho a la justicia, la libertad, la libre determinación, y la vida. El defender la vida te lleva a planos también de tomar decisiones, de reinventar lucha, sí, porque no me imaginé tener que estar sin mis hijos por ejemplo. Yo siento un dolor profundo, hay esas formas perversas de los Estados que saben dónde atacar a las mujeres, y estar desvinculada así.

Estamos en comunicación permanente, pero lo de no estar en el territorio lo que significa para nosotras es también un desafío porque impactó mucho a mi vida. Me generó… yo hablo de tortura psicológica. Pero el tener claro de que yo quiero estar viva, libre y sana es lo que me da aliento de esta forma diferente. Porque yo no quiero ser mártir. No quiero morir. No nací para ser asesinada, no nací para ser torturada ni para ser violada sexualmente, y creo que el contexto estaba de muy alto riesgo para mí, y por eso hacer una pausa de no estar en el territorio, pero denunciar y seguir la lucha con otras formas, es posible.

– SG: ¿Y cómo estás vinculada con las personas que siguen en tu organización, en tu territorio? ¿En qué manera les estas ayudando ahora?

– LC: Yo cuando salí no encontraba una forma de cómo activar fuera de mi territorio. Entonces cuando salí con la coordinación del consejo del CPK, del Consejo de Pueblos, hicimos una reunión con otras compañeras que eran de la organización que me iba a apoyar con el programa de  protección temporal en el País Vasco.

Entonces se comunicaron con la coordinación y la coordinación me dijo ‘Mirá, tenés que salir porque personalmente ya es muy, muy arriesgado y no queremos que te asesinen.’ Entonces, lo que dijeron es que ‘Podés denunciar, seguir denunciando, exigir justicia, y seguir visibilizando lo que hace el CPK.’ Entonces yo me comprometí con eso, lo estoy haciendo. Doy a conocer porque el CPK ha sido invisibilizado, no sólo al nivel internacional sino al nivel nacional.

En todos los medios de comunicación no quieren dar el mensaje que damos a los pueblos, de defensa a los bosques y la lucha por el agua porque es principalmente nuestro vínculo. Nosotras las mujeres por ejemplo, estamos contra el machismo, incluso machismos que se dan dentro de los propios movimientos.

Entonces eso lo asumí y eso estoy haciendo. Hacemos reuniones vía los medios que tenemos ahora alternativos. Tenemos enlaces porque muchas veces están los teléfonos también intervenidos. Nos comunicamos permanentemente con la coordinación y la coordinación asume el compromiso de llevar mi mensaje a la Asamblea, que es la máxima autoridad del Consejo. Y la Asamblea  toma el mensaje, y retroalimenta. Entonces seguimos vinculados ¿y qué es lo que necesitan? necesitan que yo siga denunciando el trabajo que se hace, organizativo, la formación para las mujeres, la sistematización de los casos, porque siguen las denuncias. Se está haciendo, hay vínculo con organizaciones como Mugarik Gabe, que es una organización vasca que está vinculada con Ukuxbe (organización maya de Guatemala), y Ukuxbe está vinculada con el CPK.

Y lo otro es que también denunciamos al nivel internacional, a la CIDH, yo tengo medidas cautelares, ahora se está exigiendo que haya medidas también para otros integrantes del CPK que están en alto riesgo.

– SG: ¿De dónde vienen esas amenazas?

– LC: Mira, nosotros tenemos bien mapeada a la gente que está amenazando ahora a compañeros del CPK, pero también los que me han atacado y me siguen atacando porque el gran problema que se está dando en K’iché es que en el momento que yo salí me usan como un referente diciendo ‘esta mujer es de su gente, y esto es lo que le pasó’; por ejemplo los cinco intentos de asesinato, el intento de violación sexual, todo esto. Les dicen a las mujeres que les puede pasar si ellas siguen luchando, usándome como referente de ataque. ¿Quiénes los hacen? Los militares. Los militares están llegando a los territorios. Y funcionarios públicos, por ejemplo alcaldes, diputados del Estado de Guatemala, les dicen a las mujeres ‘a ver si se animan a seguir luchando sin mi presencia’, y las retan. En la calle también hay personajes, principalmente hombres machistas, que las agreden. Y lo otro es que también de parte de las empresas transnacionales porque nosotras al nivel internacional también llevamos luchas colectivas del pueblo Maya, del pueblo Xinka, del pueblo Garífuna, y denunciamos por ejemplo hidroeléctricas.

Por ejemplo, ACS, que es una empresa de Florentino Pérez, que es uno de los dueños del equipo de fútbol muy famoso “Real Madrid”. Es una empresa de hidroeléctricas que más estragos y más asesinatos y criminalización y persecución está haciendo en Guatemala. Entonces hay compañeros por ejemplo Bernardo Caal que está en la cárcel, pero ésta empresa al nivel internacional, el Estado español, dice que están llevando el desarrollo a Guatemala, cuando lo que está haciendo es vedando el derecho a más de 30 mil personas que no tienen acceso al agua. Entonces cuando me amenazan, y amenazan también la gente del CPK, son los sicarios que están vinculados con estas empresas.

– SG: ¿Y tienen éxito con esta esta estrategia de intimidar a las mujeres?

– CL: Yo veo que las mujeres tienen una valentía profunda. Por supuesto que hay miedo, pero se transforma en fuerza, en energía, en organización, en lucha en los territorios y eso es muy inspirador para otras mujeres porque también en otros territorios les dicen ‘ustedes siguen en la lucha’, y les dicen, ‘sí, somos compañeras de Lolita’, y ‘Ay, qué bueno, conocemos a Lolita!’ y así se van pasando la voz, y dan esa energía.

Ellas hablan con mucha valentía, no se ponen en el plano de víctimas sino en el plano de sujetas políticas y dicen ‘¡nosotras vamos a seguir luchando!’ Nosotras también luchábamos contra los maridos machistas e incluso les dicen ‘¡nosotras vamos a seguir! estando Lolita o no, nosotras tenemos nuestra propia autoridad interna y tenemos nuestra propia decisión de decir ¡no al machismo!, liberarnos de las violencias contra las mujeres como liberamos los territorios del extractivismo.’

Y otro profundo esfuerzo también es la espiritualidad. Ellas lo trabajan allá, y yo también sigo con el compromiso cosmogónico de la espiritualidad. Y en algunos lugares como intermedios hay guías con quienes nos hemos reunido, que son de Guate…

– SG: Porque eso también está un poquito difícil estando afuera….

– LC: Sí. Me consiguen velas, saben cuando hay encuentros, ya sea de defensoras de los territorios o de feministas, saben que me van a ver ellas y me mandan material. Es muy linda la relación con ellas, saben que yo extraño mucho por ejemplo la comida de allá, extraño mi ropa, entonces me mandan. Ya me mandaron el calendario maya, mi morral, me mandan ropa, mi rebozo… y así cuestiones que yo quisiera tener pero no encuentro fuera de Guatemala, me mandan chile, café, sal negra, y es muy lindo porque eso me ha dado mucha vida. Y tengo mucho sueño de regresar, pero quiero regresar no a la cárcel, ni al cementerio, sino en un compromiso  que los organismos internacionales asuman la verificación de mi estancia en Guatemala como defensora, un compromiso de los relatores de Naciones Unidas que dicen que bien van a exigir al Estado de Guatemala que respete el derecho que ejercemos de defender derechos.

– SG: A mí me parece que es un mal momento para los organismos internacionales en Guatemala. Y ¿es cierto que se quiere postular para las próximas elecciones la hija de Ríos Montt?

– LC: Sí, mira, hay referentes de represión y referentes de genocidio no sólo de ella. Está la hija de Ríos Montt que es un referente de esta militarización, pero está también otros que están vinculados con Otto Pérez Molina (expresidente), por ejemplo Estuardo Galdámez, que es un diputado que ahora está en la Junta Directiva del Congreso y es un diputado por K’iché y él también se quiere postular. Hay varios de la oligarquía y del Ejército que se están postulando.

Guatemala llora sangre y los momentos actuales no son los mejores. Igual que en otras épocas lamentablemente no hemos descansado, eso decimos en los pueblos porque hay mucha represión por todo lo que se significa… ahora el estar en territorios de disputa significa que siga la corrupción, la impunidad:

este gobierno de Jimmy Morales es un gobierno intriguista, un gobierno arrodillado, hay intereses perversos de las empresas pero también de la oligarquía, que no respeta los compromisos internacionales por ejemplo con lo de la CICIG, pero no sólo va contra la CICIG, ahora va en contra también del sistema de justicia.

Los pocos jueces que quedan que pueden vincularse a la justicia en un supuesto proceso democrático, ahora también están muy perseguidos. Entonces no solamente nosotras las defensoras, están perseguidos los pueblos, las comunidades LGBTI, los jueces, y los territorios se están remilitarizando, me cuentan en K’iché.

– SG: Me contaste que después de salir has reencontrado los enlaces con las feministas, ¿De qué manera?

– LC: Mira, no sólo con las feministas porque cuando salí me dije ‘si no puedo estar con mi pueblo quiero vincularme con movimientos feministas, con refugiadas, refugiados y migrantes y familiares de presos y presas políticas’. Quiero entender cómo se vive una situación de criminalización, cómo lo han vivido en otros pueblos porque a mí me cuesta mucho llevar esa situación de que de ser una maestra ahora soy vista como una criminal. No soy criminal, mi familia lo sabe, el Consejo lo sabe, pero como son medios muy masivos que lanzan las campañas a través de las redes sociales o a través de los diarios muy masivos, esto se difunde en Guatemala.

Fui muy atacada incluso en los medios. O sea a mí me levanta el hecho de que hayan hecho campañas de reciprocidad, de acuerpamiento con otros territorios. Entonces yo busqué estos movimientos, y los ¡encontré! Por ejemplo, en el País Vasco en Euskadi hay un movimiento que dice ‘¡Bienvenidos y bienvenidas, refugiadas!’ entonces, hacen un trabajo muy lindo, se vinculan con refugiados, con la gente que no somos de Euskadi, muy lindo.

Y luego también el movimiento feminista, la Marcha Mundial de Mujeres y también las feministas del Estado español. Estuve impresionada de cómo salen las mujeres en el 8M, el 8 de marzo, es impresionante la forma de cómo se trabaja territorialmente. Por ejemplo Madrid, Barcelona, Bilbao, cómo se trabaja para llegar con posicionamientos fuertes para el 8 de marzo.

Luego también me vinculé con familiares de presos y presas políticas del Estado español que hay. Yo ignoraba de cómo se da, a dónde llevan los presos, que del Estado español los pasan a Suiza por ejemplo, fui a ver a una compañera que estaba en una cárcel de Suiza, y no entendía tanto todo esto, cómo alejan a las presas o presos políticos para que las familias también reciban estas torturas.

Pero las familias muy lindas se organizan, las van a ver constantemente. Su pueblo se organiza, estaban en la cárcel por ejemplo 10 años, 15 años, y cuando regresan les hacen fiestas, les hacen actividades, nunca las olvidan, y les hacen un recibimiento muy lindo.

Las compañeras feministas, muy lindo también el trabajo que hacen de formación, de lucha por las justicias, contra los patriarcados, pero también las feministas migrantes, las feministas gitanas, conocí a feministas gitanas de un pueblo en África en donde hay empresas transnacionales. Y luego aquí en Abya Yala, en Latinoamérica, también he visto otros movimientos, la IM Defensoras, y es muy lindo, muy esperanzador, ya he conocido a varias compañeras defensoras.

– SG: ¿Qué te llevaste del territorio garífuna de Honduras?

– LC: Me llevo la fuerza que tienen las mujeres defensoras, de lucha contra los patriarcados, retomando la espiritualidad. La espiritualidad es profunda, pero también el arte, la danza que tienen ahí, y su organización tan clara, tan decidida, y cómo trabajan el miedo. Es una fuerza muy potente que nos da mucha energía, mucha vitalidad. Y sé que sus ancestras también nos acompañan.

19/SG/LGL

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