Para las y los inconformes con el estado de cosas en el que vivimos, la reflexión, la revisión crítica y constante de las acciones, la pérdida del miedo a lo nuevo y la conjunción entre el ayer, el presente y las apuestas por el porvenir, así como la congruencia entre el hacer y el discurso, son ejercicios que contribuyen a la voluntad de transformación.
La sociedad en la que estamos nos bombardea segundo a segundo con una forma de hacer y de pensar propia de su manera de construir en la que el individualismo -que no la individualidad- la falta de respeto al otro u otra, la imposición del pensamiento y la exclusión se convierten en bien social. Las personas -ninguna se escapa- no somos ajenas a esas circunstancias porque, parafraseando al denostado Carlos Marx, no es la conciencia de los seres humanos la que determina su ser, sino el ser social lo que determina su conciencia.
A cada ser humano en particular decidido a transformar esta sociedad por otra en cuyo centro se encuentre el ser humano le es preciso deconstruir lo que ha recibido del entorno y crear nuevos paradigmas, nuevas simbologías, nuevas relaciones; es en ese proceso que nos debemos reconocer, transformándonos y transformando al mundo.
La realización del encuentro en Morelia, Michoacán los días 10, 11 y 12 de noviembre, en el que se constituyó la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género, fue un importante ejercicio en la dinámica de cambio en el que fue posible, no sin reticencias, que mujeres de países de dos continentes distintos, América y Europa, pusiéramos sobre la mesa los puntos de vista sobre la construcción de la Red.
Reconocernos en la otra, en el otro, no siempre es un camino fácil. Nos podemos sentir muy a gusto cuando estamos con la familia más allegada, pero cuando llega la lejana, esto implica no un reacomodamiento, sino una nueva experiencia que conduce a transitar nuevas vías con la fortuna de contar con las vivencias ya recorridas y el deseo de entrar en una nueva etapa.
Es complejo dejar la piramidalización en esta sociedad en la que estamos para apostar por una forma horizontal sin caer en el caos; de ahí que Jo Freeman escribiese acerca de la tiranía de falta de estructuras y dejase constancia de recomendaciones que permitan actuar dentro de parámetros democráticos.
No será fácil la nueva trayectoria, pero seguirá siendo un ejercicio de inclusión, de generosidad, de debate y de solidaridad; por eso propongo, hermana, hermano, que dejemos para siempre los fantasmas y con optimismo construyamos, porque los sueños son posibles.
*Periodista española
05/FC/YT
