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Zaplana y sus cosas

Por Teresa Mollá

Y es que hay cosas que sólo van a peor, como Zaplana que, desde que no forma parte del Gobierno, es otro. Está desmejorado, poco hábil, sin tener ese magnetismo que algunas personas aseguraban que tenía.

Eso sí, continua siendo locuaz como siempre. O, lo que es lo mismo bocazas como siempre.

¿Y por qué digo esto?. Primero y en las fechas cercanas al II aniversario del trágico atentado del 11-M seguía cuestionando, tanto él como los dirigentes de su partido, la instrucción del sumario. Eso sí, apoyados por medios de comunicación de ámbito nacional que les siguen apoyando en sus tesis un tanto descabelladas.

Estaría bien analizar algún día el tipo de publicidad que emiten estos medios supuestamente independientes, pero ese es otro tema y me interesa más continuar hablando de Zaplana y sus cosas.

No contento con esta metedura de pata, va y se pone a criticar a la Vicepresidenta Primera y Ministra de la Presidencia, Mª Teresa Fernández de la Vega, por «disfrazarse» en su reciente visita a un país africano.

¡Y tiene guasa el tema, vaya si la tiene!. Y la tiene precisamente por tratarse de Zaplana que ha pasado media vida política disfrazado.

Me explico. Alcanzó la alcaldía de Benidorm gracias a un tránsfuga, inaugurando la era del transfuguismo moderno, para lo cual tuvo que disfrazarse de «progre» ante los sectores más reaccionarios y duros de su partido.

Pero eso no fue más que el inicio de su meteórica carrera política que le llevó en el año 2002 a ser Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales en el último Gobierno de su amigo Aznar. En ese período, no tuvo ningún empacho de hacer oídos sordos al clamor de todas las organizaciones de mujeres al pedir la destitución de la Directora del Instituto de la Mujer por la publicación en su editorial propia del libro «todas putas».

El entonces ministro, se colocó todos sus disfraces juntos y ante todas las mujeres hizo gala de su, hasta ese momento disimulada misoginia. Cuando su partido, el PP perdió las elecciones (afortunadamente para las mujeres), fue el encargado junto con Acebes, el otro vocero alarmista del PP, de sembrar dudas, alarmar, crispar y así apuntalar la escuela que antes había creado Aznar.

Una escuela política en donde todo vale. En donde no importa pisotear los derechos de la mitad de la población. Y así lo hicieron estando todavía en el Gobierno cuando el 10 de septiembre del 2002 todos los diputados y diputadas el PP votaron en contra de la admisión a tramite parlamentario de la Propuesta de Ley Integral contra la Violencia de Género. Bien poco les importó que cada año hubieran muchos entierros de mujeres como consecuencia del terrorismo que se ejerce contra nosotras.

También lució su mejor disfraz de hipócrita cuando a mediados del 2002 el Alcalde de Ponferrada tuvo que dimitir de todos sus cargos como consecuencia de haber sido condenado por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León por acoso sexual a Nevenka Fernández, ex concejala de su mismo partido, el Partido Popular. Ni incluso en aquellos momentos cuando los hechos estaban ya probados, nadie apoyó a Nevenka.

Seguramente podríamos encontrar muchos casos más en donde este hombre se ha disfrazado a lo largo de su trayectoria política y en donde cada uno de sus disfraces los hemos pagado las mujeres, puesto que siempre nos ha utilizado como reclamo.

Y ahora se le ocurre a Zaplana, un supuesto galán de medio pelo, hipócrita, falso, misógino intentar insultar a toda una señora como lo es Mª Teresa Fernández de la Vega. Lamentable, puesto que el ridículo que ha hecho entre las mujeres será difícil de olvidar, teniendo en cuenta que no está, ni esperemos que esté nunca más, en el Gobierno para mover los hilos del poder. De momento él y toda su panda a seguir castigado en la oposición a ver si aprende a moderarse y a ser menos hipócrita y menos misógino.
[email protected]
06/TM/LR
*Periodista española

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