Inicio Columna Zona de Reflexión

Zona de Reflexión

Por Lucía Lagunes*

A Carmen Aristegui,
por los derechos restituidos de
información y libertad de expresión

México DF, 12 enero 09 (CIMAC).- En estos días hemos estado escuchando sobre el bien de la familia, sobre la necesidad de proteger a la familia, de cuidarla pero, ¿de qué familia estamos hablando?, ¿desde qué concepto se quiere cuidarla? Son dos temas fundamentales sobre los que tenemos que cuestionarnos.

Por ello, es bueno recordar qué nos hace familia. Y para poder comentar esto quiero remitirme al viaje en taxi rumbo al aeropuerto de Oaxaca, hace 10 años. Por azares del destino compartí el taxi con un empresario.

Ante la necesidad de hacer conversación en el trayecto caímos en el tema de la familia, él un hombre «exitoso» que cuenta con todo: empresario exitoso, casado, católico, con una esposa responsable del cuidado de las hijas y de él mismo, y que siempre espera fiel el regreso del empresario.

Él mismo desdeñó llamar familia a aquella que no se ciña a esta descripción que me hizo de la suya. Qué es lo que nos hace familia, le pregunté.

Sorprendido por una pregunta a su juicio tan obvia, me dijo: el matrimonio. Y –me detalló– cuándo éste no existe, por las razones que quiera o si se rompe, no existe la familia. Yo cuestioné y su respuesta fue tajante: «no hay familia si no hay matrimonio y viven bajo el mismo techo».

En tanto, el joven taxista escuchaba la conversación con alto interés.

Continué diciendo, por ejemplo, si el marido que migra a Estados Unidos, que se olvidó de que en su país dejó a una mujer con la prole y no cumplió la promesa de regreso, ya no es familia. Que si el esfuerzo redoblado que hace la mujer para sacar adelante a sus hijos, para darles bases para seguir adelante, el cariño que alimenta entre su descendencia, de apoyo entre unas y otras, ya no es familia.

¿No es el cariño, el cuidado entre las y los integrantes, el respeto, lo que nos hace familia?

El empresario decía que sin lugar a dudas todo eso es parte del ser familia, pero que una familia, lo que se llama fa-mi-lia, sin el matrimonio no solo civil, sino religioso no es del todo una familia, porque según él esto (lo religioso y civil) son el sustento de la sociedad, pues lo religioso, decía, nos asegura la moralidad y lo civil lo legal.

Con timidez, el joven taxista se atrevió a sumarse a la conversación. Sin mucho ruido, se sumó a la democracia, al asegurar que él estaba convencido que una familia es aquella que se da en el amor pues, como él, muchos en su pueblo vivieron el abandono del padre, al migrar a EU, y fue la madre quien recompuso los lazos familiares.

Otros amigos, relató, se quedaron sin ambos progenitores, quienes por necesidad de migrar dejaron a su prole a cargo de abuelos, tías, tíos, padrinos, y los lazos que se mantienen en afecto hace de esta recomposición una nueva familia. Ni que decir de la chava que decide quedarse con el bebé, aún cuando no haya padre, ésta también es una familia.

Por ello hay que tener cuidado desde dónde vemos a las familias, pues puede ser que sólo se vea a las familias desde la familia nuclear tradicional y de ella solo al proveedor masculino, sin mirar todas las formas de familia, pues con ello se podría excluir del plan anticrisis a la diversidad.

Cuando una lee que la instauración del Estado laico en México se «extralimitó en sus funciones», nos revela el lado fascista desde el cual se mira a la familia, pues se dice que esta extralimitación se debe a que se «pasa por encima del derecho de los padres a educar a sus hijos».

Y para rematar, se habla de familias divorciadas, cuando en realidad quienes se divorcian son los adultos, los cónyuges, muchos de los cuales siguen manteniendo los lazos afectuosos, de responsabilidad con su descendencia, cuando así existe.

Cuando escucho o leo estas afirmaciones, y recuerdo al empresario, espero por el bien de él que su matrimonio siga firme para conservar su familia.

Si no es así, espero que su visión de familia no se haya quedado estancada, bajo el argumento de que ésta dejó de existir, abandonando su responsabilidad con esas dos hijas a quienes sólo viviendo bajo el techo de sus progenitores les otorga el derecho de ser integrantes de una familia.

* Periodista y feminista mexicana, coordinadora general de Comunicación e Información de la Mujer, AC (CIMAC).

09/LLH/GG

Este Web utiliza cookies propias y de terceros para ofrecerle una mejor experiencia y servicio. Al navegar o utilizar nuestros servicios el usuario acepta el uso que hacemos de las cookies. Sin embargo, el usuario tiene la opción de impedir la generación de cookies y la eliminación de las mismas mediante la selección de la correspondiente opción en su Navegador. En caso de bloquear el uso de cookies en su navegador es posible que algunos servicios o funcionalidades de la página Web no estén disponibles. Acepto Leer más

-
00:00
00:00
Update Required Flash plugin
-
00:00
00:00
Ir al contenido