En el sector salud circula una propuesta para la redacción de un folleto relativo a la menopausia que estaría dirigido a todas las mujeres que asisten a consulta en una unidad médica de la Secretaría de Salud (Ssa).
El documento aclara que la menopausia por sí misma no es sinónimo de enfermedad, sin embargo las mujeres presentan cambios en su organismo que requieren de atención médica.
La mayoría de las mujeres experimentan algunas cambios físicos y emocionales, como cambio de imagen, piel arrugada, obesidad, tristeza sin razón, angustia, insomnio y, casi todas, sienten bochornos y sudoración.
La propuesta explica que la menopausia es cuando una mujer ha dejado de presentar periodos menstruales por un año y se presenta aproximadamente a partir de los 45 años de edad.
A partir del inicio de la menopausia se presenta la postmenopausia que puede durar de cinco a 10 años, a veces más tiempo. En esta etapa las consecuencias más graves y que pueden pasar inadvertidas son la osteoporosis, registrándose fracturas óseas en especial de la cadera y la enfermedad cardiaca, asociada con infartos o la obstrucción de arterias.
Aproximadamente, el 80 por ciento de las mujeres refieren síntomas durante el climaterio-menopausia, pero esto depende también del umbral de percepción de cada una, mientras en unas los síntomas son excesivos, en otras apenas los perciben.
Los síntomas enumerados en el documento son: bochornos, sudoración, sangrados vaginales irregulares, comezón e irritación de la vagina, ardor al orinar, frecuente deseo de orinar, relaciones sexuales difíciles, incontinencia urinaria, dolor de cabeza, dolores articulares, irritabilidad emocional y angustia.
Muchas mujeres se sienten cansadas y tienen periodos de tristeza, pueden tener cambios repetidos del estado de ánimo o experimentar nerviosismo, angustia, insomnio y disminución de la libido. Todos síntomas consecuencia de los cambios hormonales que ocurren durante esta etapa de la vida de la mujer.
Para el tratamiento de la menopausia y sus consecuencias se recomienda la utilización de estrógenos naturales solos o combinados con progesterona.
La presentación de estos medicamentos son parches, píldoras, ungüentos, óvulos, y cremas vaginales. El tratamiento hormonal básicamente está dirigido a la prevención de fracturas, alteraciones cardiovasculares, mejoría de la sintomatología como son los bochornos, la sudoración y alteraciones emocionales.
Un grupo reducido de mujeres no puede tomar estrógenos por contraindicación médica por haber presentado tumores e insuficiencia venosa periférica, enfermedades del hígado. En estos casos, existen alternativas de tratamiento, según indica la propuesta.
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