Ni las mujeres ricas, ni las pobres pueden lograr pensiones que cubran satisfactoriamente las necesidades económicas de sus hijos e hijas cuando dejan de vivir con sus parejas en la ciudad de México.
Aunque todas ellas tienen mayor acceso al sistema judicial y aunque las reformas a las leyes civiles y penales pugnan por garantizar que los padres alimenten y eduquen a sus hijas e hijos, el crecimiento del mercado informal de trabajo o la flexibilización del mismo dificultan el cumplimiento de la obligación alimentaria.
El gobierno del Distrito Federal oferta 136 instituciones donde las capitalinas pueden acudir para solicitar asesoría legal. Solamente toma 20 minutos recibir consejo telefónico en Línea Mujer, (un servicio de Locatel) donde hasta 40 por ciento de las llamadas diarias son de mujeres preguntando cómo tramitar o hacer cumplir la pensión alimenticia.
El Código Penal para el Distrito Federal reformado en el año 2000, penaliza con cárcel a quienes incumplen la obligación de apoyar económicamente a sus hijos menores.
En su artículo 336 establece que «a quien sin motivo justificado abandone a su cónyuge o hijos sin recursos para atender sus necesidades de subsistencia, aun cuando posteriormente cuente con apoyo de familiares o terceros, se le aplicará de un mes a cinco años de prisión o de 180 a 360 días multa.
La semana del 21 al 25 de octubre, las tres salas en materia familiar del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF) atendieron 801 casos sobre divorcio, pensiones, testamentos, entre otros. De todos estos 31 por ciento (245 casos) correspondieron a controversias diversas sobre alimentos.
Sin embargo, en casi dos años solamente un hombre en esta ciudad ha sido juzgado penalmente por incumplimiento de obligación familiar, de acuerdo con datos presentados esta semana por el Comité de Mujeres por una Pensión Alimenticia Digna.
En México, donde actualmente 7.4 por ciento de los matrimonios terminan en divorcio, según datos oficiales, a la que se suma un número indeterminado de uniones y separaciones de facto, la mayor parte de los hombres sigue pensando que los hijos son un subproducto de la relación con una mujer, asegura el abogado César Machado.
Los alimentos, que incluyen vestido, casa y educación, son considerados en el inconsciente de muchos varones como la manutención de su pareja sexual, no como la garantía al bienestar de sus hijas e hijos.
Como litigante, sabe que hay muchas estrategias para salvar el pago de la pensión, aunque sostiene que en cualquier caso, es una irresponsabilidad negar la pensión alimenticia.
Para Claudia Barrón, abogada especialista en pensiones alimenticias desde la década pasada, los avances logrados en la legislación para la ciudad de México en el año 2000 todavía son insuficientes.
Los padres irresponsables hayan cobijo en el encubrimiento de las empresas donde laboran y en la negligencia de jueces familiares a la hora de investigar su capacidad económica, explicó a cimacnoticias.
Coincide con Machado en que para «los hombres, la paternidad es una realidad en tanto existe la relación con la madre de los hijos; una vez que se da el rompimiento de la pareja, también se da con los hijos y se debilita el compromiso afectivo y económico, siendo poco sancionado socialmente este incumplimiento.»
Por otro lado, «existe una actitud de resignación por parte de las mujeres que es influida socialmente, promoviendo la imagen de la super mujer digna que no necesita el apoyo de un hombre para sacar adelante a los hijos.»
BARTOLA, AI TE DEJO ESTOS DOS PESOS…
Son las 7:20 AM. Guadalupe Juárez, de 42 años de edad, espera una ficha para que la Defensoría de Oficio la apoye en la obtención de su pensión alimenticia tras la ruptura con el padre de sus dos hijos. Viven en San Miguel Teotongo, suburbio marginado al este de la ciudad.
Después de casi dos décadas de abandonos y maltratos decidió optar por la separación. La empleada del hogar, no pierde la esperanza de que la apoye con la manutención de su hijo adolescente.
«Ha sido muy difícil, porque primero dejó de trabajar dizque porque cómo yo lo corrí estaba deprimido…ahora trabaja manejándole un camión a un señor, que tiene varias camionetas de carga… pero este señor dice que no lo conoce,» explica a cimacnoticias.
En el otro extremo de la escala socioeconómica, otra mujer, ex esposa de un fabricante de refacciones recibe puntualmente una pensión alimenticia, la cual, calcula ella, es tres veces menor de lo que le correspondería a sus tres hijos de nueve, seis y cinco años de edad.
«Me hace lo que a Hacienda. Tiene dinero depositado en cuentas fuera del país, propiedades que no están a su nombre y otros chistes así, que el juzgado desconoce,» dice en entrevista con cimacnoticias sin querer identificarse.
Algunos padres comentan en entrevistas informales «No me alcanza para dar más», «no tengo ingresos fijos, pero les doy conforme me pagan a mí», aunque también los hay que pagan la pensión establecida por el juez, pero que en la negociación de los gastos imprevistos ganan o pierden derechos para ver a sus hijos.
Uno más asegura que teme ser llamado por un juez y luego despedido de la empresa trasnacional donde labora porque en sus contratos firman claúsulas de secretividad, con lo que les prohiben dar a conocer públicamente sus ingresos.
Por todo lo anterior, Claudia Barrón asegura que es necesario responsabilizar a las empresas que ocultan información sobre el salario de sus trabajadores, así como a las autoridades que no hacen su máximo esfuerzo para velar por el cumplimiento la obligación alimentaria.
En tanto que César Machado propone mecanismos que permitan transparentar los ingresos de las personas, como podría ser por medio de la Secretaría de Hacienda, toda vez que las tendencias tienden al trabajo por cuenta propia o mercado informal.
OMISIONES Y CONSECUENCIAS
Las pensiones alimentarias insuficientes o inexistentes ponen una carga de trabajo extra en la madre o padre que jefatura el hogar, tanto en dinero, como en tiempo.
De acuerdo a una investigación de Magdalena García, presidenta de puntos focales de la red de mujeres en el Mecanismo de Cooperación Asia Pacífico (APEC) las mujeres que trabajan fuera de casa (jefas de familia o no), particularmente las empresarias, dedican casi 20 horas menos a la semana al cuidado infantil y 10 horas menos en su recreación.
Esta carga adicional de trabajo se refleja también en la calidad de vida de los menores que viven con uno de sus padres, porque pasan más tiempo solos y tienen más responsabilidades.
En algunos casos, la sobrecarga de trabajo de la jefa de familia se puede vincular a la callejerización infantil y al embarazo adolescente.
Por todo lo anterior y con el objetivo de dar una mejor vida a sus hijas e hijos, la semana pasada se presentó Comité de Mujeres por una Pensión Alimenticia Digna, bajo los auspicios del partido México Posible.
En su primera fase, las 15 fundadoras de esta iniciativa realizarán un diagnóstico de las deficiencias en el sistema de impartición de justicia y los factores culturales que inciden en las injustas pensiones alimenticias, las cuales por ley no definen los porcentajes mínimos que permitan a la familia sobrevivir, y no toman en cuenta las cargas extra laborales a las jefas de familia.
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