La carrera por el presupuesto etiquetado para las mujeres mexicanas en 2003 ya comenzó. Luego de que el pasado 5 de noviembre el presidente Vicente Fox enviara a la Cámara de Diputados su proyecto de egresos de la federación para el próximo año, la batalla sobre la asignación de recursos con enfoque de género comienza a calentarse; en principio, en el ámbito legislativo.
Con todo y que el gobierno federal no ha aplicado a plenitud el presupuesto aprobado para mujeres en 2002 (situación generada por recortes al gasto social, retención de recursos por parte de la SHCP, subejercicios o reasignaciones de recursos dentro de las dependencias), ahora resulta que el proyecto del Ejecutivo sólo contempla darles a las mujeres mexicanas en programas específicos únicamente el 0.026 por ciento del gran total de un billón 500 mil 180 millones de pesos.
Los recursos para mujeres en 2003, que aparecen especificados en el Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidades y no Discriminación contra las Mujeres (Proequidad) alcanzan la suma de once mil 346 millones 918 mil 319 pesos.
El presupuesto de egresos para la población femenina aprobado por el Congreso de la Unión para 2002 fue (antes de los subejercicios, recortes y reasignaciones a lo largo de este año) de mil 372 millones 418 mil 16 pesos, según un desglose del Centro de Análisis e Investigación Fundar.
Esa aparente enorme diferencia de diez mil millones de pesos entre los egresos para mujeres aprobados en 2002 y el proyecto para 2003 se debe a que la propuesta del gobierno federal incluye, en los dineros que se destinarían al Proequidad, el monto total proyectado para el Programa de Desarrollo Humano Oportunidades, ahora ex Progresa.
Cabe señalar que Oportunidades no es un programa específico para atender las necesidades de la población femenina sino, como señala el proyecto de presupuesto de egresos 2003, «es un instrumento de la política social integral que promueve acciones intersectoriales para la educación, la salud y la alimentación de las familias que viven en condiciones de pobreza extrema».
Así, si se le restara al Proequidad (un programa específico con enfoque de género) los dineros correspondientes al Oportunidades, los programas sociales que beneficiarían a las mujeres mexicanas tendrían 347 millones 399 mil 424 pesos; es decir, mil millones de pesos menos en recursos etiquetados para la población femenina en comparación al 2002.
Para este año al Proequidad se le asignaron 220 millones 410 mil un pesos. Aquí nuevamente hay una cifra engañosa.
Mientras al gasto aprobado para el Proequidad en 2002 no se le agregaron los recursos del Programa Mujer y Salud (Promsa) o del programa de prevención y control de cáncer cérvico uterino y mamario, por mencionar sólo dos; el gasto asignado al Proequidad para 2003 considera los siguientes cuatro rubros con su respectiva asignación presupuestal:
El Promsa, dependiente de la Secretaría de Salud, con cinco millones 747 mil 100 pesos, la misma cantidad aprobada para 2002, y el proyecto de disminución de la violencia contra las mujeres, con 41 millones 384 mil 652 pesos: casi 34 millones de pesos menos a lo asignado para este año.
Igualmente se encuentra el programa de la mujer en el sector agrario, con 51 millones 900 mil pesos (un millón 900 mil pesos más que lo aprobado para 2002) y el programa de financiamiento para el desarrollo agrario dirigido a mujeres indígenas campesinas, con 16 millones 667 mil 672 pesos.
Los recursos para el Instituto Nacional de las Mujeres también se incorporaron al proyecto de presupuesto de egresos 2003 correspondiente al Proequidad.
En la propuesta de Vicente Fox para 2003 el Inmujeres alcanza 231 millones 700 mil pesos, mientras que para este año gozó de casi once millones menos; cabe señalar que el Instituto sufrió en 2002 un recorte presupuestal de 10.9 millones de pesos.
En el rubro de salud los programas que no forman parte del Proequidad son: Arranque parejo en la vida (destinado a reducir la mortalidad materna e infantil), con 49 millones de pesos, y cobertura de detección de cáncer cérvico uterino en mujeres de 25 a 64 años en el IMSS, con más de 108 millones de pesos.
Aunque el proyecto de presupuesto para el IMSS no especifica los recursos para guarderías, reconoce que «si bien no serán suficientes al crecimiento de la demanda por las madres trabajadoras, permitirán mantener el nivel actual de atención».
En la Secretaria de Salud los programas de detección de cáncer de mama tendrían 63 millones 500 mil pesos, mientras que los de detección de cáncer cérvico uterino 63 millones 60 mil pesos. En el proyecto para esa dependencia no aparecen los montos que se destinarían en específico al Hospital de la Mujer.
La SEP por su parte tampoco considera los recursos dirigidos expresamente para la educación de las niñas y las jóvenes, de la misma manera que no contempla los recursos para becas a adolescentes embarazadas; que por cierto, los cinco millones de pesos aprobados para ese fin en 2002 no se han ejercido.
En tanto la Secretaría del Trabajo tendrá para su Dirección General de Equidad y Género poco más de 13 millones de pesos.
De este modo la Comisión de Equidad y Género en la Cámara de Diputados ya comenzó el análisis de los recursos que irán para las mujeres, según el proyecto de Vicente Fox.
El reto para las legisladoras será, además de garantizar mayores montos para las mexicanas, buscar candados que le impidan al gobierno federal recortar o reasignar los dineros en los programas de mujeres; tal y como está ocurriendo a menos de dos meses de que concluya este año.
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