En medio de la disputa por 13 hectáreas ocupadas por simpatizantes de la guerrilla zapatista, mujeres indígenas de dos comunidades asentadas en Montes Azules viven temerosas de una agresión por parte de sus hermanos lacandones, quienes, aseguran, son apoyados y entrenados por el gobierno para expulsarlos del área en discordia.
Las y los indígenas de Chiapas temen que los lacandones, con la ayuda del gobierno mexicano, cometan los desalojos en cualquier momento. Las comunidades amenazadas son San Isidro y San Rafael, que en conjunto ocupan aproximadamente 13 hectáreas de tierras en las que habitan unas 342 personas.
Las mujeres lloran porque son las que más sufren con la situación, pasan las noches en vela porque saben que su futuro es incierto. Por la mañana cocinan sus alimentos sobre pequeñas fogatas: hacen tortillas a mano, muelen café, el olor se encarga de llamar a los hombres y niños a comer.
La representante de las mujeres indígenas María Gómez, comentó que sus compañeras de las comunidades San Isidro, San Rafael, Frontera Corozal y 12 de Diciembre tienen miedo por las amenazas de los lacandones pese al compromiso firmado el miércoles 8 de mayo con el Gobierno chiapaneco.
Gómez, dijo que pese al clima de tensión en la región no cederán a los caprichos de los lacandones de dejar sus tierras.
ESPIONAJE
Está mujer de figura regordeta, acompañada por su compañera Francisca Sánchez, detalló que como son simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), los lacandones espían diariamente cada uno de sus movimientos. Las dos mujeres son habitantes de la comunidad Frontera Corozal.
Francisca –quien se nota cansada cuando habla- dice que a los lacandones nos les importa que no tengan en sus lugares de origen «un pedazo de tierra para vivir con sus familias. Ellos quieren a como de lugar que salgamos de allí, que dejemos todo para que se lo queden».
Ellos saben que el gobierno mexicano emitió un decreto en 1971 en el que donaba 600 mil hectáreas de estas tierras a los lacandones. «Pero como no teníamos tierras en nuestro municipio nos venimos para acá. Nosotros también cuidamos a los animales, a los árboles, al río: cuidamos la naturaleza», dice una de las mujeres a quienes sus compañeros llaman doña Mari.
Para llegar a cualquiera de las comunidades en el corazón de Montes Azules desde San Cristóbal de las Casas son seis horas en camión, después hay que caminar extenuantes jornadas sobre inaccesibles caminos cubiertos de maleza, perseguidos de miles de hambrientos mosquitos, en el día el sol que cae a cuestas como plomo derretido por las noches el frío hiela los huesos.
Luego hay cruzar el río en cayucos (embarcaciones rudimentarias de madera) maniobradas por rebeldes del EZLN.
La comunidad Nuevo San Isidro colinda con el poblado 13 de Septiembre, ubicado a unos kilómetros del parque ecoturístico Ixcán, en el municipio de Maravillas Tenejapa en la región fronteriza con Guatemala.
Según Lorenzo, un representante de los simpatizantes del EZLN, se mantienen en alerta las 24 horas del día porque la semana pasada los lacandones amenazaron con expulsarlos de sus comunidades con el pretexto que ellos son los dueños.
La presencia de policías o militares que apoyarán la operación es la misma de siempre: amenazante, intimidatoria, burlona.
EN NOMBRE DE LA ECOLOGÍA …
Las mujeres cuentan que el 12 de abril cuando sus esposos trabajan en las parcelas llegaron unos 40 lacandones con machetes y armas de fuego -con ellos dos funcionarios de la Procuraduría Federal del Medio Ambiente PROFEPA, Héctor Trujillo Gómez y Jorge Gómez Román quienes los esperaron a la entrada de la comunidad- para decirles que salieran de la zona cuanto antes. «Si no se van nosotros les rompemos la madre; aténganse a las consecuencias».
Machete en mano, Lorenzo dice que la actitud de los lacandones es completamente contrainsurgente en apoyo al polémico Plan Puebla Panamá.
Él y sus 162 compañeros fundaron en un predio de seis hectáreas a finales del 2001 la comunidad Nuevo San Isidro, en un asentamiento irregular que anteriormente se conocía como Ocho de Febrero.
La mayoría son originarios de la comunidad Chavajebal en el norteño municipio de El Bosque, sitio en el que murieron ocho indígenas miembros del EZLN en un enfrentamiento con el ejército mexicano en 1998.
Se dedican a la pesca en el caudaloso río Lacantúm, siembran en sus pequeñas parcelas maíz, fríjol y calabaza para consumo interno. En pequeños corrales tienen encerradas pocas gallinas y no muchos cerdos.
Pero Lorenzo dice que aunque son partidarios de solucionar los conflictos mediante el diálogo también están dispuestos a responder cualquier agresión de los lacandones, militares o policías.
Él no es el único que esta molesto con la tensión que impera en sus comunidades desde hace semanas.
Todos, todos están crispados. Incluso los niños con palos en las manos también dicen que ayudarán a sus padres.
En la opinión de doña Mari están dispuestos a morir o matar por lo que consideran sus tierras porque «el Gobierno lo que quiere es sacarnos de aquí para seguir con el Plan Puebla Panamá para beneficiar a las grandes empresas de Estados Unidos; pero no lo vamos a permitir».
LAS PROMESAS …
El año pasado 27 indígenas simpatizantes del EZLN fueron desalojados de la comunidad Lucio Cabañas y trasladados por las autoridades federales a un albergue en el municipio de Comitán . A la fecha les han dicho que les dotarán de tierras en Palenque pero aún no ha pasado nada.
Por su parte Marisela -una aguerrida base de apoyo del EZLN- dice que la comunidad Nuevo San Rafael fue fundada apenas el 3 de febrero del 2002 por unas 180 indígenas, de 17 familias choles desplazadas de la comunidad El Calvario, en el norteño municipio de Sabanilla.
Las tierras que comprenden Montes Azules es aproximadamente 331 mil 200 hectáreas en las que existen 42 comunidades en su mayoría simpatizantes del EZLN y muy pocas, como la de los lacandones con el PRI, allí miles de indígenas se dedican a las labores del campo y la pesca.
Según las autoridades en la región se han destruido 2.600 hectáreas por invasiones y 20 mil más por incendios.
El Gobierno mexicano tiene en la actualidad en la mira a 25 dirigentes indígenas de la región, miembros del EZLN, para su encarcelamiento acusados de la destrucción de áreas naturales e invasión.
Según organismos no gubernamentales como el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas y la Red de Defensores Comunitarios en Montes Azules habitan unos 7 mil 500 indígenas -de 1.500 familias- simpatizantes del EZLN en al menos 35 comunidades.
Incluso el 13 de abril del 2001 ante el insistente rumor que el Gobierno expulsaría a los indígenas la Red solicitó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH protección jurídica para los indígenas porque consideran que de darse sería «una catástrofe humana».
Pero los supuestos ‘invasores’ no se encuentran únicamente amenazados por las autoridades sino ahora también por los lacandones que supuestamente aliados con el Gobierno son los principales interesados en que los rebeldes abandonen cuanto antes la región en disputa.
OPERACIONES DE CONTRAINSURGENCIA
En opinión de uno de los miembros de la Red, los soldados del ejército mexicano continúan sus operaciones de contrainsurgencia «los helicópteros peinan desde el aire las comunidades, patrullan, además continúan adiestrando a grupos paramilitares así como antes lo hacían con grupos priistas o con supuestos desertores del EZLN ahora lo hacen con los lacandones».
Las comunidades más afectadas por la presión del Gobierno mexicano son Laguna el Paraíso, Laguna Suspiro, Nuevo San |Pedro, 6 de Octubre, y Nueva Cintalapa que pertenecen al municipio autónomo Ricardo Flores Magón en pleno corazón de la Selva Lacandona.
Pese a las denuncias el Gobierno mexicano a dicho que no es su intención desalojar a las familias que habitan la región Montes Azules por el contrario lo que buscan es su reubicación.
Sin embargo los indígenas no le creen al gobierno, pues muy cerca de San Isidro los militares instalaron un campamento -según el Centro Fray Bartolomé y la Red de Defensores Comunitarios y Capise- para adiestrar como paramilitares a los lacandones que pretenden expulsar a los del EZLN y tomar el control de la zona. Después de éstas seguirán las demás comunidades.
2003/MC/MEL
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