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Nueva Identidad

Por Mónica Pérez

Una importante modificación de la estructura demográfica de la población está ocurriendo actualmente en todo el mundo. De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) existen alrededor de 600 millones de personas de 60 años y más; cifra que se duplicará hacia el año 2025 y llegará a casi dos mil millones hacia el año 2050, la mayoría de ellos en países en vías de desarrollo.

La misma fuente estima que entre el año 2000 y 2050 el porcentaje de personas de 60 años o más en todo el mundo pasará de 10 a 22 por ciento, lapso en el cual también se prevé que la proporción de personas adultas mayores igualará a la de niños de cero a 14 años siendo la primera vez en que jóvenes y ancianos representen la misma proporción demográfica de la población.

Asimismo indica que en los países en desarrollo el proceso de envejecimiento de la población se llevará a cabo rápidamente a partir de la primera mitad de este siglo y se pronostica que entre los años 2000 y 2050 el porcentaje de niños disminuirá de 33 a 20 por ciento.

Ante la relevancia de este sector de la población, el 14 de diciembre de diciembre de 1990, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 1 de octubre como Día Internacional de las Personas de Edad.

Con el lema «Las personas de edad en una sociedad intergeneracional», este año la conmemoración de este fecha tiene como propósito reconocer la importancia de las personas de edad avanzada en sus familias, comunidades y grupos sociales.

Tomando en cuenta la relevancia de la contribución de las personas de edad avanzada al desarrollo social y económico de los países y las comunidades, es necesario asegurarles niveles de salud y vida adecuados.

Por ello, en 1982 la Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento adoptó el Plan de Acción Internacional de Viena sobre el Envejecimiento, y posteriormente la Asamblea General adoptó los Principios de las Naciones Unidas en favor de las Personas de Edad . Estos principios están divididos en cinco apartados.

El primero se refiere a la independencia e incluye el acceso a la alimentación, al agua, a la vivienda, al vestuario y a la atención sanitaria adecuados. Este principio también contempla la oportunidad de un trabajo remunerado y el acceso a la educación y a la capacitación para las personas adultas mayores.

El principio de participación convoca a la participación activa de las personas de edad avanzada en la formulación y aplicación de las políticas que afecten su bienestar; además de refiere al poder compartir sus conocimientos y habilidades con las generaciones más jóvenes y formar movimientos o asociaciones.

En el apartado que sobre cuidados declara que las personas de edad deberán beneficiarse de los cuidados de la familia, tener acceso a los servicios de salud y disfrutar de sus derechos humanos y libertades fundamentales cuando vivan en hogares o instituciones donde les brinden cuidados o tratamiento.

Respecto a la autorrealización, estos principios afirman que las personas de edad podrán aprovechar las oportunidades para desarrollar su potencial a través del acceso a los recursos educativos, culturales, espirituales y recreativos de la sociedad.

Por último, el apartado titulado dignidad sostiene que las personas de edad deberán vivir con dignidad y seguridad y verse libres de explotación y malos tratos físicos o mentales, ser tratadas dignamente, independientemente de la edad, sexo, raza, grupo étnico, discapacidad, situación económica o cualquier otra condición, y ser valoradas independientemente de su contribución económica.

En México, de acuerdo con las proyecciones vigentes del Consejo Nacional de Población (CONAPO), los adultos mayores llegarán a 32 millones 400 mil en el año 2050, lo que significará que uno de cada cuatro mexicanos tendrá 65 años o más.

En su discurso de este año, el Secretario General de las Naciones Unidas Kofi Annan, reconoció que en muchos lugares tanto los jóvenes como los viejos son excluidos para participar en sus sociedades y la contribución que podrían hacer al desarrollo es ignorado.

Asimismo, apuntó que las personas mayores sufren a causa de antiguos estereotipos que los caracterizan como frágiles y necesitados de ayuda. Lo que no se toma en cuenta es que muchas personas mayores, lejos de necesitar ayuda, la entregan como los numerosos abuelos y abuelas que cuidan a sus nietos mientras los padres trabajan.

Por lo tanto, señala el Secretario, el desafío está en asegurar que los países no padezcan el envejecimiento de sus sociedades como una carga, sino que generen ganancias y oportunidades para el desarrollo a través de una población adulta activa. En otras palabras, el desafío estará en ayudarlos a construir una sociedad intergeneracional.

2004/MP/LR

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