Ana Comnena, fue la historiadora que registró para las futuras generaciones una de las más grandes empresas militares del siglo XIII, las Cruzadas.
Hija del emperador Alexius I Comnenus y de Irene Ducas, Ana Comnena escapó al trato que el imperio bizantino impuso a las mujeres en las labores del cuidado de la casa y crianza de hijas e hijos y como la favorita de su padre accedió a los adelantos intelectuales de la época.
Nació el primero de diciembre de 1083, y como corresponde a las princesas bizantinas estudió obras clásicas y música, también estudió ciencia, matemáticas, astronomía y medicina.
Ana se casó con Nicéforo Brienio a la edad de 14 años y planeó junto con su madre una conspiración para que Nicéforo accediera al trono a la muerte de su padre, luego de derrocar a su hermano Juan.
El plan no funcionó y a Ana se le tacha no sólo de ser una mujer atípica sino ambiciosa, delito por el cual fue apartada de la vida de la corte.
Este alejamiento le da tiempo para reflexionar y analizar las relaciones políticas, Ana es la mente analítica que empieza a dilucidar cómo es que el reinado de su padre se involucra en una de las guerras más sangrientas y costosas de la época, pero es hasta 1137 a la muerte de su marido, que queda en la pobreza y es recluida en un convento junto con su madre.
Este periodo es el más fértil de la vida de Ana, al escribir la primera obra histórica escrita por una mujer: el Alexiad, que consta de 15 volúmenes y fue escrita en griego, en ella se relata la empresa de las Cruzadas.
También escribió sobre medicina y astronomía, donde demuestra un conocimiento bastante adelantado para su época en la ciencia, además de rescatar el aporte de otra mujeres valiosas para el avance de la ciencia entre las que se encuentra su abuela, Ana Dalassena.
Durante su vida en el convento escribió sobre las razones por las que ella era la indicada para reinar no sólo por el conocimiento que tenia de la corte, sino por que era capaz de entender el origen de los problemas políticos por su vocación de historiadora.
Esto la lleva a concluir que no basta ser varón para reinar, se necesita más valor y corazón para decidir y llevar a la gloria a un reino cómo se lo enseñó su padre. Eso le hace pensar que las mujeres pueden reinar sin importar el sexo, sino la capacidad para la política y el gobierno.
Ana Comnena murió en 1153 y nos hereda el derecho de las mujeres para construir la historia de la humanidad y estar presentes en la lucha por el poder político. Además de su obra El Alexiad que fue traducido al inglés en 1928 por Elizabeth Dawes.
* Periodista mexicana
06/EC/LR/CV