En la entrega pasada hablamos de la preparación necesaria para la meditación de la sonrisa interior. Se hace sentada o sentado en una silla y, luego de relajar la columna vertebral, inicia con la primera línea (frontal) mediante la cual harás un recorrido «sonriendo» a tus órganos internos.
Puedes ir desarrollando esta práctica poco a poco, por las mañanas, antes de iniciar tus labores. También puedes hacerlo cuando lo necesites durante el día.
Janette Nutis, en su manual básico El sistema completo de disciplinas taoistas, explica los pasos necesarios para iniciarse en la práctica de la sonrisa interior, esta es la primera parte.
Es importante que tus pies toquen el piso y tus asentaderas estén bien colocadas en la silla. Cierra los ojos y centra tu atención en el entrecejo (tercer ojo) y los ojos. Relaja la frente y siente la energía de sonrisa juntarse frente a tus ojos como una luz dorada.
«Evoca los sentimientos que experimentarías al entrar a un hermoso jardín –o cualquier otra escena de la naturaleza que te guste–, conectando con este sentimiento, siente la energía sonriente brillando como un sol, atrae esta energía radiante girando en espiral hacia el punto entre las cejas, absorbiéndola a través de este punto y de los ojos cerrados para estimular la glándula pituitaria», explica Nutis.
El siguiente paso consiste en atraer la energía por la espiral en el entrecejo.
«Siente como se expande. Deja que el Chi fluya por tus ojos, nariz y mejillas. Siente como se relajan piel, músculos y la energía de la piel. El flujo de sonrisa entra en el labio superior, el inferior y responde a la sonrisa con una sonrisa, elevando ligeramente la comisura de los labios».
Mantén la sonrisa durante toda la meditación.
Deja que la sonrisa baje a la barbilla, mandíbula, oídos –percibiendo cada parte de tu «yo soy corporal»–, baja por cuelo, permite que las zonas con tensión se vaya relajando, sintiendo cómo la espiral de luz dorada (energía de sonrisa) te da un ligero masaje y entra, poco a poco, en las glándulas tiroides y paratiroides.
Siente en estas glándulas, dice Nutis, que «se abren como una flor a medida que la energía libera la tensión».
Luego deja fluir la energía de sonrisa por garganta y esternón, baja al timo y «siéntelo también abrirse como un botón de rosa ante la sonrisa, siéntelo húmedo y suave».
Al timo (glándula ubicada en el centro del pecho) se le considera el «príncipe» del sistema inmunológico, sonreírle permitirá que esté activo y relajado. Continuaremos en la próxima entrega.
* Periodista y psicoterapeuta Gestalt.
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06/CV/LR