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¿Súbditos o ciudadanos? II

Por Cecilia Lavalle*

Súbdito, súbdita es quien se debe limitar a obedecer. Quien obedece no se equivoca, es el lema, es la consigna, es la orden. Ser ciudadano, ciudadana, en cambio, implica participar. La consigna es, pues, tomar parte, tener parte, parte de las responsabilidades y parte de las obligaciones. ¿Usted qué quiere ser?

Antes de que responda, permítame recordarle que el primer camino es solitario, el segundo solidario. El primero es más cómodo, exige poco esfuerzo. El segundo exige más trabajo, más esfuerzo, más compromiso. El primero brinda poco margen de error, sólo hay que obedecer. El segundo contiene la oportunidad de equivocarse, y no una, sino muchas veces. El primero requiere de un espíritu débil o, por lo menos, domesticable. El segundo precisa de un espíritu rebelde, inconforme y, por supuesto, idealista.

Para ser súbdito, súbdita, no se necesita mucho en México. Hemos sido largamente entrenados en ese camino. Sabemos los parlamentos, conocemos a la escenografía y hemos inventado cientos, miles de atajos para lograr lo que necesitamos o deseamos.
Para ser ciudadana, ciudadano, en cambio, necesitamos reconstruir la escenografía, aprender nuevos parlamentos y caminar, muchas veces contracorriente, sin tomar atajos, con una perseverancia a toda prueba.

A simple vista, francamente, el segundo camino se antoja muy largo, complicado y difícil. Pero, también a simple vista, es evidente que el primer camino sólo nos ha hecho girar en círculos y tener una sociedad profundamente desigual, donde algunos ganan mucho y gozan de todos los privilegios y toda la impunidad, y muchos ganan poco o nada y pagan todos los platos rotos.

El primer camino ya sabemos a donde conduce. El segundo entraña sorpresas.

¿Obedecer o participar? Ésa es la cuestión.

Si usted, pese a todo, ha decidido participar, ha elegido ejercer a plenitud su ciudadanía, le tengo dos buenas noticias. La primera, que comenté ampliamente la semana pasada, es una iniciativa de la agrupación Propuesta Cívica, que trabaja para juntar un millón de firmas que serán entregadas a los legisladores a fin de presionarlos para disminuir en 50 por ciento el financiamiento que pagamos a los partidos políticos. Entre a su página electrónica: www.propuestacivica.org.mx, o llámeles al teléfono (0155) 55 11 44 33.

La segunda se llama Lupa Ciudadana. Esta revista electrónica (www.lupaciudadana.com.mx), que dirige el prestigiado Enrique Krauze y coordina el no menos prestigiado Fernando García, es una apuesta ciudadana para poner bajo la lupa a nuestros gobernantes.

Inició su labor durante las campañas políticas presidenciales del año pasado y, con el objetivo de limitar la impunidad declarativa, se dio a la tarea de consignar y analizar cuanto discurso y declaración pública emitieran los tres principales candidatos a la silla presidencial.

Durante esa fase, que duró seis meses, recibieron 1.5 millones de visitas, consignaron mil 500 discursos y elaboraron 100 análisis con la participación de 150 expertos en diversas materias. De acuerdo con lo dicho en una entrevista que les realizara Carlos Loret de Mola, todo este material queda «como una especie de notaría».

Ese esfuerzo entró en una segunda fase. Poner bajo la lupa a nuestros gobernantes, lo mismo del Poder Ejecutivo que del Legislativo a nivel federal, y a nivel local, por ahora, en el D.F.

Usted puede establecer un «marcaje personal» a su diputado, diputada, a un secretario o secretaria de Estado. Puede seguirle la pista a sus acciones de gobierno, a las decisiones que toma, y evaluar mensualmente su desempeño.

Sólo imagine qué sucedería si nuestros legisladores tuvieran la certeza de que la ciudadanía está pendiente de sus asistencias, sus discursos, sus posiciones en un debate, y, además, recibe expresamente nuestra opinión o posición con respecto a cualquier tema que se vaya a legislar.

Puede, también, tener información de 8 mil funcionarios de mil 600 dependencias, y entrar en contacto con ellos, ellas, vía correo electrónico, fax o teléfono, para preguntar o reclamar.

Hay también un espacio que se llama «Catálogo de mordidas» donde las y los ciudadanos hacen públicas las dependencias y razones por las que dieron algún soborno.

Además, hay un espacio para debatir y compartir nuestras reflexiones con otras personas, o de comentar algún artículo o análisis publicado en la página.

Ningún nuevo camino se ha construido en un día. Muchas personas están hartas de su condición de súbditas y desean participar, pero no saben cómo. En este espacio le conté de dos posibilidades. Ninguna excluyente entre sí. Ninguna excluyente de otras muchas. La decisión es suya. Y la elección es simple: ¿súbdito, súbdita o ciudadano, ciudadana?

[email protected]

*Periodista en Cancún, Quintana Roo, integrante de la Red Internacional de Periodistas con Perspectiva de Género.

07/CL/GG

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