El Día Internacional de la Mujer fue propuesto en 1910 por la alemana Clara Zetkin, integrante del Sindicato Internacional de Obreras de la Confección, durante el Congreso Internacional de mujeres socialistas de Copenhague, Dinamarca.
En esta histórica conferencia se acordó dedicar un día especial a las mujeres para promover el sufragio entre las obreras, como parte central de una lista de otras reivindicaciones.
Desde finales de 1880 y hasta principios del siglo XX Zetkin y Rosa Luxemburgo organizaban a las obreras alemanas en reuniones y convenciones, ambas fueron promotoras en 1915 de la Primera Conferencia Internacional por la Paz, en Holanda.
En su época, estas dos militantes socialistas señalaron como el militarismo condena la desaparición del mundo, heredando el movimiento feminista actual su convicción contra la guerra.
El ambiente de cambio, las nuevas tecnologías y sistemas de producción, así como una nueva fase de lucha por la dignidad humana fue el contexto donde surge la organización de las mujeres.
En la segunda década del siglo pasado, en Estados Unidos y Gran Bretaña existía el orgullo femenino de participar en el ámbito público, a través del voto ciudadano; las mujeres reclamaban sus derechos sociales, su derecho a la tierra y su libre albedrío como ciudadanas.
En Europa, en 1911, se celebró por primera vez el Día Internacional de la Mujer, un 19 de marzo, con manifestaciones en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, las demandas fueron el derecho al voto, igualdad de oportunidades para ejercer cargos públicos y derecho al trabajo.
Estadounidenses y europeas se aliaron por encima de sus diferencias, con la participación destacada de figuras como Clara Zetkin y Gertrude Breslau Hunt.
Un ejemplo de esta unión fue la propuesta de Zetkin –durante los trabajos de la Internacional de Trabajadoras, en 1910— para que las obreras europeas se sumaran a la lucha por el voto y los derechos civiles en solidaridad con las trabajadoras estadounidenses.
Durante mucho tiempo se pensó que el 8 de marzo había sido elegido por la feminista Zetkin para honrar la memoria de un grupo de obreras de Nueva York, quienes habían muerto dentro de la fábrica textil donde trabajaban durante una huelga en la que exigían igualdad de salarios y una jornada de 10 horas. La respuesta de los patrones a esta protesta fue incendiar la planta, ocupada por las manifestantes, falleciendo 129 empleadas.
Sin embargo, la historiadora Reneé Cöte demostró que no existía ningún antecedente de este hecho.
Cöte señaló que lo que realmente sucedió un 8 de marzo de 1913 fue una marcha de mujeres bolcheviques que derrocaron al zar de Rusia, Nicolás II, es decir la propuesta de Clara Zetkin para celebrar el Día Internacional de la Mujer no fue por las obreras caídas en Nueva York sino en reconocimiento de que la lucha femenina y la victoria están unidas.
Este debería ser el eje de la celebración, propone la historiadora.
07/GC/CV