El empleo en el sector comercio y de servicios, donde se concentra la mayor parte del trabajo informal, constituyen la mayor parte del mercado laboral en México, es decir, 60 por ciento del total. Quienes laboran en estos sectores son en su mayoría mujeres, seguidas de la población que recibe más bajos ingresos.
De acuerdo con el texto Trabajadores en el comercio y los servicios en México: trabajo marginal, escrito por José Luis Álvarez y Chris Tilly, en nuestro país son las mujeres las que constituyen la población sustancialmente más grande del empleo en el comercio y los servicios, a diferencia de los demás sectores de la economía, donde no tienen tanta representatividad.
El artículo forma parte del libro La situación del Trabajo en México 2006 editado por Plaza y Valdes, y en él se especifica que durante el periodo 2000-2003 el trabajo femenino se concentró en un 54 por ciento en los servicios profesionales y en un 52 por ciento en las ramas de restaurantes y hoteles.
Aunque la presencia de las mujeres en el sector servicios (49 por ciento) es mayor que en el comercio (44 por ciento) en ambos grupos se presenta un excedente en comparación con otros sectores, donde la mano de obra femenina es tan sólo del 26 por ciento.
No obstante, según la Encuesta Nacional de Empleo en 2003 en ambos sector la presencia de las mujeres disminuyó: del 48 al 44 por ciento en el comercio, mientras que en servicios la caída fue de 51 al 49 por ciento. Esta disminución, señalan los autores, deja ver la «segregación sectorial por género», como consecuencia de una baja de la población femenina en aquellos donde participaban más y el aumento de esta participación en otros.
Esta baja tiene como origen dos factores: se dio una mayor apertura de las oportunidades laborales para las mujeres fuera de los servicios y el comercio, pero con salarios más bajos, y surgió, además, una profesionalización en estos dos sectores con lo que se atrajo una mayor cantidad de hombres que habían sido expulsados laboralmente de otros.
Sin embargo, subrayan Álvarez y Tilly, a pesar de este reforzamiento de la presencia masculina, su perfil básicamente femenino continúa siendo un rasgo distintivo, pues aún existe una brecha muy amplia entre la participación relativa femenina y la masculina.
«El comercio y los servicios son la principal fuente de empleo en México y su participación sigue en aumento. No obstante, la mayor parte de la mano de obra en ambos sectores labora con un pago inferior al promedio de la economía mexicana».
Además, las y los trabajadores tienen un elevado riesgo de carecer de prestaciones, salvo en el caso del comercio y los servicios mayoristas: en 2003, entre las y los que laboraban en restaurantes y hoteles sólo el 47 por ciento cuenta con todas las prestaciones y apenas poco más de la mitad tiene al menos una prestación.
Porcentaje que en el caso de los servicios personales y recreativos es aún más inquietante: una cuarta parte cuenta con las tres prestaciones y una tercera parte cuenta con al menos una de ellas.
«Con lo anterior y aunque el trabajo en el comercio y los servicios, en general, sigue la tendencia en la misma dirección de la economía mexicana, es evidente que la calidad del empleo en estas dos actividades se está deteriorando con respecto a los ofrecidos por el resto de la economía en su conjunto», se apunta en el texto.
07/HVR/CV