El presupuesto es considerado el medio directo y más importante que tienen los gobiernos para satisfacer las demandas de la sociedad y es el reflejo de las prioridades que otorgan a cada área, ya que los recursos son siempre limitados.
Un presupuesto gubernamental que puede desglosarse en función de sus repercusiones en las mujeres y los hombres se considera elaborado con una perspectiva de género.
Es útil, no sólo para resaltar los vínculos entre la inversión social y el respeto a los derechos de las mujeres, sino también para exigir el cumplimiento de los compromisos gubernamentales ante la igualdad de género y la capacitación femenina.
Las investigaciones muestran que un presupuesto público no tiene los mismos efectos en mujeres y hombres porque sus condiciones sociales, económicas y culturales son diferentes, generalmente desfavorables para las mujeres.
De acuerdo con el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para las Mujeres (Unifem), la construcción de presupuestos con enfoque de género implica «el análisis de los gastos e ingresos gubernamentales en relación a mujeres y niñas, comparados con los realizados en relación a hombres y niños».
Los presupuestos con perspectiva de género tienen cuatro objetivos, según un informe de la Secretaría de la Commonwealth: mejorar la adjudicación de recursos a las mujeres; apoyar la incorporación de la perspectiva de género en la macroeconomía; fortalecer la participación de la sociedad civil en la elaboración de políticas económicas, y realizar un seguimiento del gasto público respecto a los compromisos en cuestiones de género y desarrollo.
El análisis presupuestario con perspectiva de género proporciona un claro panorama de cómo la distribución, el uso y la generación de recursos públicos afecta de manera distinta a mujeres y hombres.
Su elaboración, desde esta visión, contempla un enfoque científico de la sociedad, desde la cual es posible observar las diferencias y similitudes entre mujeres y hombres, así como la desigualdad prevaleciente entre ambos.
«Hasta hace algunos años existía la idea de que el presupuesto beneficiaba a todos por igual, que sirve al interés público; pero si se mira desde la perspectiva de género esta neutralidad se desvanece», asegura la doctora en economía Flérida Guzmán.
En México, durante la anterior Legislatura, LIX, bajo el lema «Ni un peso atrás» la Comisión de Equidad y Género obtuvo como resultado de su trabajo a favor de la equidad un incremento presupuestario de 500 por ciento en tres años y que la perspectiva de género comenzara a incluirse en todos los ámbitos.
Una conquista que demuestra, como asegura Unifem, que los presupuestos con perspectiva de género son efectivos para dirigir la atención hacia los lugares donde son necesarios recursos financieros para fomentar la igualdad entre mujeres y hombres.
07/GCJ/CV