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La repartición del pastel

Por Cecilia Lavalle*

Parecía que salían de una fiesta. Así sonreían. Felices. Diputados de los tres partidos más grandes en México sonreían al salir del festín donde se repartían al Instituto Federal Electoral. No llegaron a un acuerdo. Pero no importa. Igual sonríen. Saben que se han apoderado del pastel y de la cocina.

El pasado jueves, en un desayuno, Emilio Gamboa, Héctor Larios y Javier González, coordinadores en la Cámara de Diputados del PRI, PAN y PRD respectivamente, acordaron esperar a febrero del próximo año para nombrar a tres consejeros del IFE que ellos mismos acordaron destituir hace un par de meses.

No llegamos a un consenso, dijeron, y sonrieron para la foto.

No se pusieron de acuerdo en la repartición del pastel. Un pastel que está condenado a pudrirse, como se pudrió la vez pasada.

Recordemos que en 2003, cuando los primeros miembros de un Consejo General del IFE no controlado por el gobierno concluyeron su encargo, se desató el apetito de los partidos políticos por dominar el órgano electoral.

En ese entonces, el PRD se enojó y se salió de la mesa de negociaciones, y las bancadas del PRI y del PAN en la Cámara eligieron a cada uno de los nueve consejeros y consejeras que habrían de organizar las elecciones presidenciales de 2006, mismas que, de antemano, se preveían competidas y complicadas.

Varios analistas alertaron del desastre que significaría la manera en que se habían repartido los cargos, porque, de entrada, a varios consejeros o consejeras se les relacionó de manera cercana con actores políticos pertenecientes a uno u otro partido.

La sombra de la sospecha cubrió de inmediato a un Instituto que gozaba de los más elevados niveles de confianza ciudadana.

Los peores escenarios se cumplieron. El IFE llegó desgastado y bajo sospecha. De manera que lo que ocurrió tras las elecciones de 2006 no fue sino un desastre anunciado. Anunciado y provocado por los partidos políticos que se repartieron los cargos ciudadanos como si fuera un pastel.

La cocina, claro, quedó hecha un batidillo; pero en lugar de limpiarla a fondo, desde los partidos se decidió hacer otro pastel y volverlo a repartir.

La Constitución señalaba que las y los miembros del actual Consejo General permanecerían en sus cargos hasta 2010. Esa previsión les ponía a salvo de cualquier revancha por parte de los partidos perdedores o que se vieran afectados por alguna sanción.

Se pusieron de acuerdo. Reformaron la Constitución y acordaron sustituir a tres de los actuales consejeros del IFE, empezando por el presidente, antes de terminar el año, a otros tres en agosto del año que viene y a los tres restantes en 2010.

Dueños de ese nuevo pastel se aprestaron a repartirlo. Y sucedió lo que sabíamos que sucedería. Cada coordinador de partido vetó a las personas que proponía el otro.

El jueves finalizó el término que ellos mismos habían señalado para la repartición. Pero, sonrientes, dijeron que posponían la decisión hasta febrero de 2008.

Juristas, especialistas en materia electoral y en política afirman que con esta medida los diputados violaron la Constitución y dejaron al IFE en grave crisis.

Pero nuestros flamantes diputados sonríen. ¿Cuál es el problema? Se apoderaron de la cocina, el pastel es suyo, pueden repartírselo cuando quieran y como quieran.
Así que es muy probable que veamos otro batidillo en las próximas elecciones presidenciales.

Porque cuando de legitimar reformas se trata, los poderosos deben sacrificar algo. Porque con estas reformas los únicos que ganaron fueron los partidos políticos. Porque de la manera en que se reparten los cargos del Consejo General del IFE, los únicos que perdimos fuimos las ciudadanas y los ciudadanos.

Porque si estamos hablando de democracia debemos hablar de contrapesos, debemos fortalecer los contrapesos, debemos cuidar los contrapesos.

Porque, como bien dijo alguna vez el politólogo Agustín Basave, debemos aspirar a los mejores políticos, pero construir un sistema político pensando en que van a llegar los peores.

Pero secuestrado el país, tomada la cocina, lo único que queda esperar es más batidillo.

Apreciaría sus comentarios: [email protected]

* Periodista y feminista en Quintana Roo, integrante de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género.

07/CL/GG

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