Inicio Intentarán maestras de Oaxaca ganar posiciones en Sección 22

Intentarán maestras de Oaxaca ganar posiciones en Sección 22

El 14 de junio de 2006 es un parteaguas en la vida de Oaxaca, sostiene Guadalupe Vásquez Martínez, maestra de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), porque con esa fecha se gestó el cambio y hubo un avance dentro del magisterio local.

El 14 de junio de 2006, un plantón de maestros y maestras en el zócalo de la capital del estado pretendió ser desalojado mediante el uso de la fuerza pública por parte del Gobierno estatal y el resultado fue un grave enfrentamiento que dejó decenas de personas heridas e intoxicadas por el uso indiscriminado de gas lacrimógeno por parte de elementos de los cuerpos de seguridad pública.

A dos años de distancia, Guadalupe Vásquez, maestra de Secundaria sostiene que ese día se gestó en Oaxaca una nueva forma de mirar al profesorado por parte de la sociedad, mientras que el Magisterio desdobló su lucha magisterial hacia los intereses de la sociedad oaxaqueña, en especial de los más desprotegidos.

Luego de 21 días de paro laboral y un plantón que abarcaba unas 50 calles del centro histórico de la ciudad de Oaxaca, el gobierno decidió el desalojo, «y lo que era un asunto gremial cambia totalmente, ahora luchando contra las inequidades, las injusticias que viven algunas comunidades. Nuestra lucha va hacia allá».

Para la profesora Guadalupe Vásquez el resultado de aquella violenta intervención policíaca ha sido más favorable que desfavorable para el magisterio oaxaqueño.

Sin embargo, no deja de reconocer los daños colaterales que dejó en la vida y salud de muchas y muchos la agresión sufrida. «Hay compañeras que todavía van a terapia, pues es difícil superar el miedo», otras padecieron y siguen padeciendo persecución y hostigamiento y hubo otras más que fueron señaladas y hasta enfrentaron procesos judiciales.

Esta situación –explica paciente– hace comprensible que algunas compañeras se nieguen a seguir en la lucha sindical «dicen que los dirigentes están luchando solo por ellos no por el magisterio, y se niegan a seguir». Pero hay otras, «muchas otras» a quienes el coraje las ha llenado de valentía y decidieron seguir luchando, aunque las sigan hostigando «gente del gobierno».

Guadalupe detalla entonces que se trata de maestras a quienes algunos habitantes de las colonias donde viven las siguieron y amenazaron, las buscaron en sus propias casas «son gente del gobierno», insiste.

Algunas compañeras optaron por cambiarse de domicilio y cuando las cosas se calmaron un poco volvieron. Otras compañeras –añade la entrevistada– recibieron toda clase de llamadas telefónicas, por lo que optaron por cancelar sus números telefónicos de sus domicilios.

Fueron meses difíciles que todavía no terminan, pues asegura que aún hay esa clase de situaciones en Oaxaca, donde no toda la gente entiende la lucha del magisterio y nos responsabilizan de la quiebra del comercio o de la parálisis de la administración de gobierno.

Lo que pensamos como sindicato es que hemos avanzado y en el caso de las mujeres hemos ganado terreno.

PRÓXIMA MOVILIZACIÓN

El próximo lunes un plantón con el 20 por ciento de los 70 mil maestros, unos 14 mil maestros, será el inició de nuevas manifestaciones, luego de los plantones rotativos de las regiones concluirán un día antes.

La exigencia se basa en la realización de un Congreso para renovar a la actual dirigencia, encabezada por Ezequiel Rosales, quien sustituyó al «desaparecido» Enrique Rueda Pacheco.

El nuevo Congreso será una oportunidad para las maestras oaxaqueñas de obtener una posición más equitativa en la nueva mesa directiva, «creemos y sabemos que somos tan o más capaces que ellos, en especial para el diálogo y que también hemos demostrado que podemos hacer las cosas».

El próximo 14 de junio, el magisterio realizará una mega marcha, desde la agencia municipal de Viguera, ubicada en el acceso poniente de la ciudad hasta el Zócalo. Se estima que participarán más de 60 mil maestras y maestros, así como integrantes de la Coordinadora de Mujeres Oaxaqueñas y de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca.

EL IMBORRABLE RECUERDO

Guadalupe Vásquez es maestra de la Sección 03 de Secundarias Generales y como el resto de sus compañeros estuvo el 14 de junio de 2006 en el plantón magisterial.

Se despertó en medio de la madrugada ante el ruido y los gritos de sus compañeros que se replegaban y trataban de huir ante la presencia de los policías que armados, con toletes y gas lacrimógeno pretendían desalojarlos del Centro Histórico.

Yo estaba en la calle de Hidalgo, la verdad es que nos habían informado que iba a entrar la policía pero nadie creía que llegarían a tanto.

Pero la madrugada del 14 de junio la realidad superaba cualquier cosa, apunta. Empezaron a lanzar bombas de gas lacrimógeno y corríamos para un lado y otro, estábamos muy confundidos, nos perdimos, los grupos quedaron dispersos. Cómo pude, junto con otras compañeras llegamos hasta el templo de La Merced, donde nos «asiló» el sacerdote.

Pero la información es que los policías seguían avanzando, así que decidimos salir de nuevo, buscar piedras y llevárselas a nuestros compañeros, para entonces eran las 05:00 de la mañana, ni siquiera había amanecido bien.

Más tarde, seguía el enfrentamiento, ellos amenazando con sus armas, nosotros con piedras, iban y venían los piedrazos y empezaron a lanzar más y más bombas de gas lacrimógeno, incluso desde un helicóptero.

Había mucha gente llorando, histérica, llena de coraje por lo que estaba pasando, por lo que nos estaban haciendo, teníamos miedo porque había muchos rumores.

La gente que vive en el centro y un poco más allá del centro se solidarizó con nosotros, empezaron a traer refrescos de cola y vinagre, paños limpios, cubre bocas para soportar el olor y quitarnos el ardor de los ojos.

Así íbamos y veníamos primero con piedras, luego con las cosas para auxiliar a nuestros compañeros y que también se limpiaran un poco los ojos y la cara.

Guadalupe recuerda cómo iban y venían de una calle a otra, ayudando o buscando resguardarse, «en Independencia nos cayó cerca un petardo y lastimó a mi compañera».

Cuando finalmente los policías se retiraron, pudimos ver lo que quedaba: nada, no había más que montones de basura y escombro, habían incendiado nuestras cosas, nuestros campamentos.

Por la tarde ya sabíamos de algunas cosas, de quiénes estaban heridos. Nosotras fuimos a la Secundaria 6, ahí tenían a un policía, los compañeros estaban bien enojados y nosotras intervenimos les dijimos que no le hicieran nada, así lo libramos de que lo golpearan y hasta le dimos de comer, «porque teníamos que demostrarle (al gobierno) que nosotros éramos diferentes».

Poco a poco vino la calma. Pero las crisis nerviosas dejó secuelas en muchas maestras y maestros, que aún reciben terapia psicológica por su cuenta, sostiene la profesora Guadalupe Vásquez, quien asegura que este 14 de junio hay mucho que lamentar, pero hay más que celebrar «y es que avanzamos».

08/SJE/GG

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