Inicio Lenguaje refleja la cultura patriarcal que invisibiliza a las mujeres

Lenguaje refleja la cultura patriarcal que invisibiliza a las mujeres

Por Guadalupe Cruz Jaimes

El lenguaje determina y forma la imagen que cada persona construye individualmente de sí mismo y de su propia experiencia.

México DF,1julio 08 (CIMAC).-En el manejo de la información «el uso genérico masculino indiscriminado produce un efecto ocultador, invisibilizador de las mujeres, sobre todo cuando hay otras opciones para elegir que realmente incluyen a la población femenina», afirman Marta Bahc Arús, Elvira Altés Rufias, Joana Gallego Ayala, Marta Pujá Calderón y Monserrat Puig Mollet, en su texto El sexo de la noticia Reflexiones sobre el género en la información y recomendaciones de estilo.

De los tres géneros gramaticales existentes: masculino, femenino y neutro, hemos pasado a tener dos. «El masculino que pretende cumplir con las funciones de marcador sexual masculino y de genérico y el femenino que se usa sólo como marcador sexual femenino», aseguran.

Los genéricos masculinos ocultan la presencia de la población femenina. «El lenguaje no es neutro, no sólo por la presencia subjetiva de quien habla, sino porque la lengua inscribe y simboliza en el interior de su propia estructura de la diferencia sexual de forma jerarquizada y orientada», subrayan.

De igual forma, aseveran que «el lenguaje es la forma de comunicación entre las personas y al mismo tiempo es el dispositivo utilizado para representar la realidad».

La lengua es el resultado de la cultura y a la vez es condicionante de la conducta y del pensamiento. Así, la expresión del lenguaje está determinada por la cultura que hemos heredado generación tras generación.

Nuestra cultura es de tradición patriarcal y ello se refleja en el uso de la lengua, con la transmisión de conceptos y expresiones que nos han legado.

Este proceso no es irreversible, hay una forma de interrumpir este círculo vicioso: «forzar el lenguaje y encuadrarlo en una nueva realidad» que nombre a las mujeres.

Esta responsabilidad también recae en los hombros de los medios de comunicación quienes, dice el libro, «actúan como un modelo de construcción de la sociedad».

Las diferencias entre mujeres y hombres no representan superioridad de unos e inferioridad de otras; «la diferencia no implica falta de paridad», refieren. Por ello, hace falta «un esfuerzo para eliminar las diferencias jerarquizantes del uso del lenguaje que son las que fijan estereotipos».

Los medios de comunicación no nombran a las mujeres bajo los argumentos de que «dan por sabida una parte de la sociedad, por economía de palabras y la utilización de los genéricos masculinos que pretendidamente incluyen a mujeres y hombres».

Las autoras consideran importante el uso del lenguaje en los medios porque configuran el nuevo foro de discusión pública y un espacio privilegiado donde se dilucidan los temas de una manera u otra a la ciudadanía en general. Por ello es «preocupante» la forma en la que los medios presentan y hablan de las mujeres.

Asimismo, consideran que las y los periodistas y comunicadores suelen pensar que su función se remite a ser la o el intermediario entre los hechos y la audiencia, sin embargo, están colaborando en la construcción de la realidad.

Sin embargo, mencionan que ellas y ellos son responsables de las imágenes que transmiten, de los contenidos que elaboran y de las diversas lecturas que pueden hacer del entorno.

08/GCJ/GG

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