Cada día, si lo deseas, puedes venir a un lugar donde alguien te propondrá métodos para que tú desarrolles tu Ser y tu arte. Un entrenamiento continuo y permanente. Un lugar en el que puedes dejar caer tus barreras en un ambiente seguro.
Esta es la invitación de la actriz, directora y dramaturga canadiense Pol Pelletier para que el público se acerque a conocer su propuesta creativa de «arte sanador» a través del movimiento del cuerpo.
Como lo comentamos en la entrega pasada, el método creado por ella recibe el nombre de Dojo, al que ha dedicado 15 años de su vida. Es un sistema con seis programas-eje de entrenamiento cuyo propósito es desarrollar el concepto de arte objetivo, en oposición al concepto de arte subjetivo, y la noción de arte curador.
El entrenamiento comienza con una iniciación, la cual consiste en un trabajo práctico y una exposición teórica que permite la comprensión de las leyes que registran el paso de la actriz y el actor de un estado de normalidad a un estado de supranormalidad, se explica en la página Web de Pelletier.
Estas leyes después se aplican en la práctica de los 6 programas-eje que proporcionan a la persona que lo recibe «las herramientas que permiten el entrenamiento del actor no sólo en las zonas de lo visible sino también de lo invisible», a través del entrenamiento de la conciencia, cuerpo, emociones, energía, voz y texto.
Pelletier explica cada uno de estos programas.
Acerca del entrenamiento de la conciencia, señala que es un estado de percepción donde se desarrolla «una forma de presencia que no puede ser focalizada en los registros mental, emocional o corporal del actor», aquí la herramienta de trabajo fundamental es la meditación dinámica que moviliza todo el cuerpo provocando una poderosa limpieza psicofísica.
El programa corporal permite el conocimiento del cuerpo, su cuidado y optimización e incluye leyes físicas que marcan la diferencia entre el actor eficaz y el actor no eficaz, dice Pelletier. Algunas de las técnicas utilizadas son: plásticas de Grotowski, ejercicios taoístas, métodos de autocuración y anti-gimnasia.
Con relación a las emociones, se realizan ejercicios terapéuticos fundados en cuatro principios: conexión con la emoción, dejar pasar la emoción, toma de conciencia de la emoción, integración de la emoción.
Aquí, señala Pelletier, eventualmente la actriz o el actor debe de estar apto para sentir y expresar toda emoción humana sin conflicto ni dolor.
En el entrenamiento de la energía, la persona se familiarizará con los canales y las fuentes energéticas que habitan su cuerpo, utiliza la energía sexual y adquiere las bases para abordar el fenómeno «mágico» de la presencia.
El programa de la voz está fundado en la relación dinámica entre las glándulas endocrinas, las diferentes partes del cuerpo y la voz según Bonnie Brainbridge Cohen (Body Mind Centering), sistema que permite la apertura de la voz partiendo de la base de la columna vertebral hasta la cabeza, pasando por diferentes órganos, para enriquecerla con múltiples texturas y tonalidades.
Por último, en el entrenamiento del texto hay un acercamiento orgánico (no psicológico) basado en el principio de la resonancia, para el que «hay que encontrarse en un inicio, en un estado inicial, virgen (contrario al método stanislavskiano) y desarrollar una fuerte conciencia del ‘centro’ y seguido dejar las palabras resonar, literalmente, en el ‘centro’ del organismo».
Acerca de las leyes del método Dojo hablaremos en la siguiente entrega.
* Periodista mexicana, narradora oral, facilitadora de grupos, terapeuta con Enfoque Centrado en la Persona y Gestalt, instructora asociada de Tao Curativo (www.taocurativomexico.com)
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