Con un llamado a los gobiernos a dejar de «hablar de dientes para afuera «, centrar la energía en el combate a la discriminación contra grupos vulnerables y hacer efectivo el respeto de los derechos humanos a quienes viven con VIH/SIDA, la activista por las mujeres que viven con VIH/SIDA en Camboya, Mony Pen, participó en la inauguración del XVII Conferencia Internacional sobre SIDA.
La Consejera de Comunicación y Movilización Social, de la comunidad Comboyana de Mujeres Viviendo con VIH SIDA sostuvo que todavía no ha visto a ningún gobierno que pueda presumir de generar acceso universal a la salud cuando las personas no tiene ni siquiera accesos a servicios integrales y no se les respeta su dignidad humana. Esto, dijo, es un mito vergonzoso.
Mony Pen, quien se niega a convertirse en una víctima o a buscar lastima, en su intervención durante la inauguración del XVII Conferencia Internacional sobre SIDA expuso que después de la muerte de su esposo «se inició a la realidad» de vivir con VIH y SIDA.
«Perdí mi empleo por la discriminación que existe en mi país y todos los países del mundo», apuntó.
En un ambiente de folklore ante 172 representantes de distintas naciones del mundo y miles de activistas, investigadores y políticos reunidos en el Auditorio Nacional –sede de la apertura oficial de la XVII Conferencia Internacional sobre SIDA– Mony Pen sostenía: «Es una realidad difícil que en la mayoría de los países falten compromisos políticos para enfrenar el VIH».
Pen llamó a los gobiernos a trabajar juntos «instemos al gobierno a dejar de hablar de dientes para afuera» que cumpla con las necesidades de sus ciudadanas y ciudadanos, sólo así se verán obligados a rendir cuentas con sus promesas, incistió.
Y agregó, «la rendición de cuentas en todos los niveles es muy importante, centremos nuestra energías en combatir los reglamentos que mantienen la discriminación contra las personas que viven con VIH y que discrimina a los grupos vulnerables».
Trabajemos juntos, dijo, para desarrollar políticas que respeten a las personas infectadas, «debemos desarrollar estrategias efectivas, tratamientos y programas de apoyo para las mujeres».
También señaló como la violencia en contra de las mujeres y la pobreza tienen consecuencias desastrosas en su vida y la de sus familias.
«Muchas mujeres seropositivas con hijas e hijos gastan todos sus recursos al tratar de ayudar a sus esposos, pero después que los esposos mueren las viudas se quedan sin nada, sin un centavo, siendo viudas pierden también su buen nombre y respeto de la comunidad, finalmente debido a eso, sus hijos no quieren ir al colegio y se destruye la familia».
Abramos los ojos a la realidad de la pobreza, los medicamentos para tratar el VHI son vitales, pero también necesitamos comida y empleo para poder vivir, dijo ante representantes gubernamentales.
«Los gobiernos tienen que integrar programas que generen ingresos en sus respuestas al VIH, la gente debe tener empleo», reiteró.
Llamó a apoyar a los gobiernos para que fortalezcan los sistemas de salud, que la gente tenga acceso a exámenes de sangre rutinarios, a las pruebas del VIH ya a las pruebas de resistencia relacionados al VIH .
«Esto debe incluir pruebas para mujeres embarazadas, servicios accesibles para todos para hacérsela prueba del VIH , así como programas de salud reproductivas, programas sexuales, acceso a los nuevos tratamientos del VIH, estos servicios deben ser integrales», propuso.
Para la activista los gobiernos hasta ahora no han considerado que el VIH sea una prioridad y tampoco destinan los costos necesarios de sus presupuestos nacionales.
Viuda desde hace 5 años, Mony Pen se sumó a la lucha contra el VIH/SIDA y trabaja desde entonces junto a otros líderes, en donde ha detectado como «normalmente, los países hacen promesas vacías».
Los gobiernos, dijo, no están consciente que para apoyar se requiere de algo más que ofrecerles medicamentos y terapias retrovilares.
08/CR/CV