En la India el VIH/SIDA está asociado a la pobreza, la discriminación y el estigma, problemas que se acentúan en las mujeres, por eso son más vulnerables al contagio, informó Kousalya Periasamy, presidenta de la organización Mujeres Positivas Trabajando en India.
La activista participó en la exposición colectiva «Del Compromiso a la Acción: Implementando Respuestas Eficaces en Asuntos de Género y Sida», en la XVII Conferencia Internacional sobre Sida, junto con Fátima Mrisho, presidenta ejecutiva de la Comisión para atender el VIH/SIDA en Tanzania; Nyaradzai Gumbonzvanda, secretaria general de YWCA en Zimbawe; y Gary Barker, director ejecutivo del Instituto Promundo en Brasil.
Kousalya Periasamy lidera Mujeres Positivas Trabajando en India desde 1998 que se enteró que vive con VIH. La organización integra a 5 mil mujeres que padecen la enfermedad en 52 distritos de la India.
Especificó que el objetivo fundamental de la institución que dirige es capacitar a las mujeres para que conozcan y exijan sus derechos porque es la única manera de prevenir el contagio del VIH.
Las mujeres no sólo deben saber sus derechos para evitar que las violenten y las discriminen, también para tener más educación, salud y desarrollo económico, puntualizó.
Dijo que ella es un ejemplo de los frutos que ha dado la organización, pues aprendió a hablar inglés y ahora lleva las denuncias y exigencias de las mujeres de la India a las instituciones internacionales.
Pareciera que el idioma es una habilidad simple, pero en este caso es muy importante y más aún que una mujer la desarrolle porque gracias a esa herramienta Mujeres Positivas Trabajando en India tiene apoyo de la UNIFEM desde el 2002, hizo ver.
«Gracias a la capacitación, las mujeres con VIH/SIDA en la India hemos aprendido a elevar la voz para exigir nuestros derechos», enfatizó.
El reto es lograr que la capacitación llegue a toda la población, situación que se dificulta porque en la zona rural de la India hablan 26 dialectos y faltan recursos para traducir la información que requieren las mujeres para prevenir la violencia de género y el contagio del VIH, indicó.
MUJERES DE TANZANIA, LAS MÁS VULNERABLES
En Tanzania es tan grave la inequidad de género que los hombres mandan a sus esposas a realizarse la prueba del VIH/SIDA para saber si ellos están infectados, denunció Fátima Mrisho.
Por eso el combate a esa enfermedad tiene que ir de la mano con la promoción de la equidad de género, con programas que empoderen a las mujeres, indicó.
Señaló que, a diferencia de otros países, en Tanzania hay más mujeres que hombres que padecen SIDA, debido a la vulnerabilidad que enfrentan.
Especificó que en ese país la prevalencia alcanza al 6.8 por ciento de las mujeres y al 4.7 por ciento de los hombres. En total son 2.5 millones las personas que padecen el VIH/SIDA en Tanzania.
Dijo que en su país son muchas las prácticas de violencia institucionalizada que sufren las mujeres, como la mutilación de genitales y la monogamia seriada, es decir la herencia de la esposa a un familiar cuando el marido fallece.
Esas condiciones de sumisión hacen que las mujeres de Tanzania sean más vulnerables a contraer el VIH y también que sufran de discriminación cuando se contagian, hizo ver.
«El gran desafío es empoderar a las mujeres para que conozcan y exijan sus derechos sexuales y sean menos vulnerables al contagio», resaltó.
Aseguró que el Gobierno está fortaleciendo los programas de educación y salud, pero reconoció que los recursos son escasos en comparación a la problemática que enfrenta el país.
Dijo que entre las campañas que lleva a cabo el Gobierno de Tanzania para erradicar la violencia sexual y el VIH/SIDA, la que más efectividad ha tenido es la que se llama «Buenas Prácticas» porque enseña a hombres y mujeres a tener una sexualidad responsable.
ZIMBAWE PIDEN ALZAR LA VOZ
«Necesitamos que las voces de las mujeres ordinarias se escuchen, no sólo las de las funcionarias y las lideresas, porque en esa medida podrán participar realmente en la toma de decisiones», subrayó Nyaradzai Gumbonzvanda, secretaria general de YWCA en Zimbawe.
La activista coincidió con Kousalya Periasamy y Fátima Mrisho al indicar que la discriminación que sufren las mujeres en su país las hace más vulnerables al contagio del VIH/SIDA.
Enumeró tres acciones que a su juicio son indispensables para combatir la pandemia que afecta a todo el mundo, especialmente a las mujeres de los países más pobres.
Lo primero que deben hacer tanto los Gobiernos como las organizaciones de la sociedad civil es empoderar a las mujeres, indicó. Es necesario capacitarlas para que conozcan y ejerzan sus derechos, para que desarrollen las capacidades que tienen y para que tengan acceso a la educación y a la salud, especificó.
La perspectiva de género debe ser integrada en todos los programas gubernamentales, en todas las políticas públicas, porque el atraso es sustancial y los efectos son muy graves, puntualizó.
Dijo que en Zimbawe, igual que en muchos países de África, es muy grave la violencia de género, problema que sólo se puede combatir capacitando a las mujeres para que conozcan y ejerzan sus derechos.
Otra acción urgente es la educación sexual para que los hombres y las mujeres aprendan a tomar decisiones responsables en sus relaciones tanto maritales como premaritales porque el contagio del VIH ocurre en todos los casos por igual, añadió.
Nyaradzai Gumbonzvanda también propuso visualizar y combatir la pobreza porque es otro problema que está íntimamente ligado al VIH/SIDA. Y en este renglón también son más vulnerables las mujeres, por eso es necesario diseñar políticas públicas específicas que les permitan tener desarrollo económico, apuntó.
LA MASCULINIDAD, EL CAMBIO PENDIENTE
Gary Barker, director ejecutivo del Instituto Promundo en Brasil, resaltó la importancia de cambiar el esquema tradicional de masculinidad para que haya equidad de género.
A su juicio, de nada sirve culpar a los hombres en lo individual del rol tradicional masculino porque su comportamiento obedece a esquemas sistematizados muy arraigados que todas las personas mantienen.
Para que haya un verdadero cambio se requiere que tanto hombres como mujeres entiendan que la masculinidad no está peleada con los afectos y los sentimientos, puntualizó.
08/DVM/GG