Para las mujeres el matrimonio se convierte en un «obstáculo» para que puedan desempeñar su carrera profesional y alcanzar altos puestos directivos, afirma la doctora en pedagogía Teresa García Gómez, profesora de la Universidad de Armelía, en España.
Afirma lo anterior en un artículo publicado en la Revista de Investigación y Divulgación sobre Estudios de Género, número 2, editada por la Asociación Colimense de Universitarias AC y el Programa de Estudios de Género del Centro Universitario de Investigaciones Sociales de la Universidad de Colima.
La investigación incluyó una serie de entrevistas realizadas a profesoras y profesores de 83 centros de educación en la provincia de Granada, España. Y los datos obtenidos de ella expresan que el matrimonio para las mujeres (en este caso las maestras) limita sus aspiraciones para ocupar altos cargos en dirección escolar.
Sin embargo, la docencia en la educación obligatoria o básica cuenta con la presencia mayoritaria de mujeres, fenómeno que se conoce como «feminización de la docencia», relata el artículo.
Tomando en cuenta el contexto social en que se llevó a cabo la investigación, la doctora Teresa García señala que aunque las mujeres poseen formalmente la misma igualdad de derechos que los hombres, ellas «no son libres» de decidir más que en el espacio que se les ha asignado, y cuando éste significa el «hogar o matrimonio» difícilmente pueden aspirar a ocupar cargos relevantes, puesto que carecen de «tiempo».
Algunas de las mujeres encuestadas durante la investigación señalaron que al llegar al matrimonio dejaron de estudiar o abandonaron su desarrollo profesional debido a la promoción de su marido a otra localidad o por la llegada de los hijos. No así fue la situación de los profesores, quienes no manifestaron el problema dejar sus estudios o profesión debido al matrimonio, como en el caso de las mujeres.
Aunque hay mujeres que sí han logrado alcanzar puestos directivos, en el caso de las maestras, «quienes lo han hecho durante el matrimonio ha sido porque cuentan con una red femenina de ayuda, es decir, valiéndose del capital cultural de otras mujeres», afirma la investigadora Teresa García. No obstante, el estado civil es lo que hace la diferencia, señala el artículo escrito por la investigadora.
Finalmente, la investigación resalta la condición de las maestras solteras, quienes duplican a los maestros solteros en los equipos directivos, mientras que los profesores casados superan al doble el total de mujeres casadas en puestos directivos.
En conclusión, los destinos profesionales de las mujeres casadas o en convivencia de pareja están en función de sus cónyuges, quienes se apropian del tiempo de ellas para la planificación y desarrollo de su carrera docente, afirma la investigadora.
09/NPL/GG