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Viudas, ante las míseras pensiones del IMSS

Por la Redacción

La viuda es quien la paga cuando muere su esposo en un accidente de trabajo. Ella pronto se da cuenta que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) otorga migajas como pago de pensión liberando de toda responsabilidad al patrón. Su sorpresa es mayor cuando se le avisa que su esposo está inscrito con un salario inferior al que realmente percibía éste; apenas un salario mínimo: $52.59 diarios lo que se traducirá en una pensión para ella de apenas $14.72 diarios.

La ley del Seguro Social (LSS) ha diseñado en su Artículo 64 una fórmula matemática para obligarse a pagar a las viudas «el 40 por ciento del 70 por ciento» del salario del trabajador fallecido. La pregunta es obvia: ¿quién puede vivir con esas cantidades tan ínfimas? Esta circunstancia, por supuesto, no fue considerada por los redactores de esa Ley ni parece que les haya importado.

La LSS también establece que cada una de las o los hijos del trabajador fallecido tendrán derecho a un «20 por ciento del 70 por ciento» del salario de su padre, en otras palabras ¡$7.36 diarios! La entrega está condicionada a que sean menores de 16 años, o bien hasta los 25 años de edad siempre y cuando «se encuentren estudiando en planteles del sistema educativo nacional».

Los creadores de la ley previeron la cancelación de la pensión para las y los hijos si ellos se encuentran laborando de cualquier manera. ¿Habrán pensado seriamente que lograrían subsistir con $7.36 diarios?

A la madre y padre del trabajador se les condiciona a recibir pensión mientras no exista viuda, concubina o huérfanos, ya que de existir la LSS lo señala como un impedimento para otorgársela. La pensión prevista para ellos es apenas el «20 por ciento del 70 por ciento» del salario que percibía su hijo, es decir: $7.36 diarios para cada uno de ellos.

Conocí recientemente a algunas de las viudas de los mineros de Barroterán en Coahuila, que padecen ese tipo de pensiones miserables. En 1969, hace casi 40 años explotó una mina en la que murieron 153 trabajadores, entre ellos sus esposos, tragedia que ocurrió por falta de medidas de seguridad por parte del patrón, que en ese momento era administrada por el Gobierno federal.

Las viudas de Barroterán sobrevivientes, la mayoría de avanzada edad, me decían que habían recurrido a diversas instituciones, que habían realizado protestas ante el Gobierno para solicitar se incrementaran los $14.72 diarios que tenían asignada como pensión por parte del IMSS, pero sin lograr ningún resultado.

¡Vivimos una pobreza que nadie entiende! ¡A nuestra edad ya nadie nos da trabajo!, decían las viudas con un amargo reclamo.

VIUDAS DE PASTA DE CONCHOS, ENGAÑADAS

Javier Lozano, actual Secretario de Trabajo ha presumido desde el año pasado haber logrado se paguen pensiones a las viudas de Pasta de Conchos sobre la base de $300.00 diarios en lugar de los $110.00 diarios con el que se había registrado a estos trabajadores ante el propio IMSS.

Ante pedimentos de información de organismos internacionales la oficina de asuntos internacionales de la Secretaría del Trabajo ha reiterado la misma información.
El Comité en Solidaridad de las familias de Pasta de Conchos de Phoenix, Arizona recibió un comunicado que decía: «El resultado obtenido consiste en que las indemnizaciones y las pensiones se determinaron sobre un salario base de cálculo de 300 pesos diarios…». El documento lo firma Jorge Rodríguez Castañeda de la Secretaría del Trabajo mexicana.

Sin embargo todo es una mentira. Las viudas de Pasta de Conchos tienen como referencia el salario de $110.00 diarios y el «40 por ciento del 70 por ciento» se reduce a una pensión de apenas $30.8 diarios. Hay documentos del IMSS que así lo acreditan.

A pesar de ello, no todas han recibido la pensión, a unas se les sigue exigiendo exhiban el acta de defunción a pesar de que el Consejo Técnico del IMSS acordó eximirlas de esta obligación por la naturaleza de la tragedia y porque además los cuerpos de los mineros siguen atrapados al interior de la Mina 8 de Pasta de Conchos.

A otras se les exige un convenio con la presencia de la Procuraduría de la Defensa del Trabajo, a pesar de que éstas niegan su intervención porque les hizo firmar cartas poder en blanco y les ha negado la entrega de sus expedientes y cualquier información sobre su caso.

La miseria de las pensiones se suma al engaño de las autoridades que además lo hacen con toda impunidad. Ante nadie responden.

La responsabilidad del Estado ante las viudas no puede ser expresada con limosnas.
Una muerte por accidente de trabajo derivada de la negligencia del patrón se debe traducir en reponer por lo menos el salario que percibía el trabajador fallecido y sin ninguna deducción. Lo que sucede ahora es un ultraje.

*Abogado, especialista en temas de justicia, profesor en la Universidad Autónoma Metropolitana. [email protected]

08/MF/GG

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