Inicio Sonda de Campeche: Trabajadores, ¿responsables de sus muertes?

Sonda de Campeche: Trabajadores, ¿responsables de sus muertes?

Por la Redacción

A más de un año de la tragedia en la Sonda de Campeche, el 23 de octubre de 2007, en la que fallecieron 22 trabajadores, aparece un «informe independiente» encabezado por Mario Molina, Premio Nobel de Química, donde los responsabiliza de su propia muerte.

Fueron 22 familias que resultaron afectadas, viudas e hijos en los que recae la acusación moral contra ellos; 6 trabajadores de Pemex, 10 de la contratista Perforadora Central, 4 de Sercomsa (servicios de comisariato), y 2 personas que fallecieron en las operaciones de rescate de sus compañeros.

Mario Molina los responsabiliza de haber laborado sin la capacitación adecuada, de operar, 21 de los 81 operarios, sin licencia marina y que el pánico y desorden dentro de las «mandarinas» (naves salvavidas) desembocara en que se quitaran los cinturones de seguridad, abrieran las escotillas, entrara el agua y ello provocara su muerte.

Es penoso que una personalidad como Mario Molina se encargue de lavarle la cara a la Secretaría del Trabajo, a la de Energía y a la de Comunicaciones y Transportes, quienes no realizaron labores de inspección adecuadas para prevenir este tipo de riesgos.

Deslinda de manera ligera a la paraestatal Pemex de no llevar a cabo la implementación de medidas de seguridad adecuadas para sus trabajadores y de no dar seguimiento en las acciones que deben llevar a cabo las empresas contratistas para asegurar la vida e integridad de los operarios.

La falta de capacitación para enfrentar este tipo de emergencias es responsabilidad exclusiva de Pemex y sus contratistas y de nadie más.

LAS MANDARINAS, INADECUADAS

Hay evidencia de que las llamadas mandarinas no se encontraban en buen estado, que tenían sobrepeso y que eran obsoletas para enfrentar una emergencia como la que se presentó.

Existen testimonios de trabajadores donde expresan que apenas 10 minutos después de salir de la plataforma Usumacinta, una de las «mandarinas» empezó a llenarse de agua sin que hubieran abierto las escotillas; si posteriormente fueron abiertas fue para salvar la vida. Uno de los barcos rescatistas chocó contra una de las mandarinas, destrozándola y provocando que ésta se volteara, con el agravante de que los radios de comunicación no funcionaran.

Cabe señalar que ambos botes salvavidas fueron volcados y la mayoría de sus ocupantes fueron lanzados a un mar agitadísimo; algunas personas fallecieron atrapadas en las mandarinas, otras se ahogaron en el mar y otras en operaciones de rescate.

La mandarina 2 tenía propiedades degradadas en la parte superior, pero no se reconoce que una ola la rompió, cuando se supone que en buenas condiciones ello no debió haber ocurrido. Ambas naves carecían de manuales para su uso.

La tragedia deja en evidencia que Pemex no cuenta, como en otras partes del mundo, con dormitorios en las plataformas como lugar de refugio seguro.

Pemex tuvo una gran responsabilidad al no alertar del estado del clima imperante para que sus trabajadores y los de los contratistas desalojaran con tiempo la plataforma petrolera. Dejó que la situación estuviera en crisis, y en medio de un mar embravecido los trabajadores tuvieron que aventurarse en «mandarinas» salvavidas que no eran aptas para esa contingencia.

Mario Molina reconoce en su informe que Pemex disponía con muchas horas de anticipación «de datos sobre la fuerza y peligrosidad del norte de gran intensidad que se aproximaba a la plataforma Usumacinta» y sostiene también que «la calidad de los pronósticos fue inadecuada…».

A todo esto, la Procuraduría General de la República debe dar a conocer los resultados de su investigación para deslindar responsabilidades. La tragedia fue mayúscula para los trabajadores que sufrieron la precariedad y la indolencia en la protección de sus vidas por parte de Pemex.

No se puede permitir que sigan ocurriendo riesgos de trabajo en donde los trabajadores paguen con sus vidas e integridad la indolencia de las autoridades y que de manera irresponsable se les culpe de sus muertes.

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*Abogado, especialista en temas de justicia, profesor en la Universidad Autónoma Metropolitana.
08/MFM/VR/GG

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