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Mujeres y niñas atienden el hogar dos veces más que hombres

Por Alejandra González Méndez

Las mujeres y las niñas pasan el doble de tiempo que los hombres en la atención del hogar, lo cual afecta principalmente a las mujeres más pobres que no cuentan con bienes y servicios que faciliten este trabajo, afectando su desarrollo, pues les queda poco tiempo, o ninguno, para la educación, esparcimiento, capacitación o actividades políticas.

Así lo afirmó Sharah Razavi, coordinadora de investigación del Instituto de Investigación de las Naciones Unidas para el Desarrollo Social, durante la sesión 53 de la Comisión sobre el Estatus de las Mujeres, del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, que se lleva a cabo en Nueva York del 2 al 13 de marzo.

Razavi dijo en la reunión –cuyo título es «La igual repartición de responsabilidades entre las mujeres y los hombres, incluyendo el ámbito de los cuidados en el contexto del VIH/SIDA– que los cuidados no remunerados deben ser considerados un empleo, para que en términos de seguridad social, los cuidadores puedan tener acceso a las mismas prestaciones que los empleados en el sector formal.

Además, dijo, es necesario que los Gobiernos promuevan la creación de empleos en el ámbito de prestación de cuidados, que sean confiables y bien remunerados, y que, cuando sea posible, éstos sean subsidiados por el Estado para que no sólo las personas de un nivel económico alto puedan accesar a ellos, concluyó.

En la reunión participan representantes de los Estados miembros, entre los que se encuentra México, representantes de la Organización de las Naciones Unidas y diversas ONG. La intención de la Comisión es evaluar el avance de los Estados miembros en cuanto a igualdad de género, identificar retos, establecer estándares globales y formular políticas concretas que promuevan la equidad de género y el desarrollo de las mujeres.

CUIDADO A PERSONAS QUE VIVEN CON VIH

Expertas y expertos en temas de equidad expresaron que el trabajo de brindar cuidados dentro del hogar, ya sea el criar una hija o hijo o el cuidar un familiar que vive con SIDA debe ser valorado por la sociedad, apoyado económicamente por los gobiernos, y compartido más equitativamente entre hombres y mujeres.

Marilyn Waring, profesora de Política Pública en el Instituto de Política Pública de la Universidad Tecnológica de Auckland en Nueva Zelanda, dijo que la invisibilidad del trabajo de las mujeres en casa no es una casualidad, y que se debe a las políticas implementadas por las Naciones Unidas en 1953, que describían el trabajo no remunerado de las mujeres como «poco o sin importancia» para las finanzas nacionales, y que excluyeron «las labores domésticas y los cuidados» de los análisis económicos y la elaboración de políticas.

Esto se traduce en que el cuidado de una persona que vive con SIDA no sea considerado como empleo y que ninguna ley internacional proteja a las niñas de realizar esta labor, y a su vez, de la explotación.

De acuerdo a Waring, para poder elaborar políticas públicas funcionales, es necesario contar con datos confiables sobre el trabajo doméstico no remunerado, «es difícil implementar programas si las trabajadoras son invisibles» y aunque las encuestas muestran que este tipo de trabajo representa el sector más grande en la economía de las naciones, es difícil establecer cuánto tiempo se invierte en esta labor y, así mismo, su valor.

Gary Barker, consejero sobre género, violencia y derechos en el Centro Internacional de Investigación sobre Mujeres y Coordinador de la Alianza de Hombres Comprometidos, dijo que aunque la participación de los hombres en la impartición de cuidados dentro del hogar es mayor que antes, sigue siendo poco representativa.

Expresó que en América Latina, los hombres juegan con sus hijas e hijos, o ayudan en su educación, pero no están realmente involucrados en el cuidado de los hijos y en las labores que éste implica, como cocinar o limpiar.

Se necesitan políticas públicas que promuevan la equidad en la repartición de responsabilidades, implementando cursos de preparación para la paternidad y campañas que busquen un incremento en el rol de los hombres en la vida de las y los hijos, que suele generar una mejor actitud masculina hacia las mujeres y las niñas y los niños, dijo.

EN MÉXICO, «DESAFÍOS», DICE FUNCIONARIA

La participación de México fue a través de Patricia Espinosa Torres, subsecretaria de inclusión laboral, quien en su discurso comentó que, «aunque en México se han logrado avances, la desigualdad sigue siendo uno de nuestros mayores desafíos.» Dijo que prueba de ello es que en México sólo un 1.6 por ciento de las mujeres ocupan puestos de toma de decisiones, ya sea en el sector público o privado.

Mencionó también que el modelo de trabajador ideal es discriminatorio no sólo para las mujeres, sino también para los hombres que han adquirido responsabilidades familiares, lo que lleva a las personas, principalmente a las mujeres, a experimentar un conflicto entre trabajo y familia.

Dijo que a pesar de que en México la fuerza laboral femenina se duplicó de 1970 a 2008, de 17.6 a 37.3 por ciento, el país ocupa el lugar 115 de 134, en lo que se refiere a participación femenina en fuerza laboral. Además, la percepción salarial de las mujeres es, en promedio, 9.7 por ciento inferior que la de un hombre con la misma función, calificación y número de horas.

En promedio, las mujeres dedican 23.9 por ciento de su tiempo al trabajo doméstico, 8.5 por ciento al trabajo remunerado y 4.5 por ciento al cuidado de familiares dependientes; mientras los hombres destinan 24 por ciento de su tiempo al trabajo económico, 4.9 por ciento al trabajo del hogar y 1.6 por ciento al cuidado de niños y familiares, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

La Subsecretaria dijo que el pleno desarrollo democrático del país no será posible, a menos que se eliminen todas las desigualdades que se han generado entre hombres y mujeres, e instó a los asistentes a unir esfuerzos «para que la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres deje de ser un ideal» concluyó.

09/AGM/GG

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