A Selene porque sus palabras hablan de libertad y justicia.
México DF, 7 abril 09 (CIMAC).- Las palabras son el vehículo para llegar a las conciencias, son el camino para expresar el sentir y explicar el vivir. Las palabras acompañan la existencia de la humanidad y le dan historia, las palabras nombran lo existente y lo que está por existir, por ello son uno de los instrumentos más poderosos para cambiar el mundo y eso lo sabía Alaíde Foppa, por ello pugnó desde diversas trincheras para que la voz de las mujeres fuese escuchada.
De lejos llega la voz de las mujeres indígenas quichés que denunciaban la tortura y violencia a la que eran sometidas por los militares guatemaltecos para que revelaran el paradero de las personas en la guerrilla para liberar a Guatemala. Su programa El Foro de la Mujer que se trasmitía en Radio Universidad de México fue uno de los primeros espacios dedicados a la voz de las mujeres de todas las latitudes.
Para las feministas mexicanas este espacio les dio la oportunidad de expresarse y proponer nuevas formas de trabajo coordinado, de enterarse de qué pasaba en el país y el mundo con respecto a la defensa de los derechos humanos de las mujeres.
El programa fue puesto al aire en 1972 por lo que era natural que desde este espacio se comentara lo acontecido en 1975 durante la Conferencia del Año Internacional de la Mujer realizado en México.
Y una vez abierto el micrófono del Foro de la Mujer se convirtió en la tribuna de denuncia de cómo vivían las mujeres mexicanas, señalando la desigualdad con los varones, como la violencia era un asunto público y no privado como las «buenas conciencias» señalaban.
De cómo las mujeres tienen el derecho a decidir sobre sus cuerpos, a construir su identidad de personas y a no ser discriminadas.
Esa voz que Alaíde acogió y acompaño con su aliento, como periodista, como feminista.
Alaíde llega a México en 1954 como exiliada, para ella estar en este país no era nuevo, como esposa de un diplomático había vivido por un corto tiempo en 1944 y aquí había nacido su primer hijo.
De 1954 a 1980 hizo grandes aportes al feminismo mexicano y Latinoamericano, desde esta trinchera no solo creó el Foro de la Mujer en Radio Universidad, sino que creó uno de los medios informativos feministas de la región latinoamericana que permaneció y dio cuenta de la lucha feminista por 29 años.
En 1975, junto con Margarita García Flores, Alaíde decidió publicar Fem, una revista feminista de análisis, discusión y lucha que dio cabida a la creación literaria de mujeres que escriben con sentido feminista y que contribuyen con su obra al reconocimiento de ese nuevo ser, libre, independiente y productivo.
Una revista que entendía la lucha de las mujeres vinculada a la lucha de los oprimidos por un mundo mejor. Alaíde financió la publicación con sus propios medios y junto con Margarita creó la sociedad civil Nueva Cultura feminista, responsable de la publicación de la revista fem.
Además de abrir la cátedra de sociología de la mujer en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), era conferencista en diversos espacios, crítica de arte y articulista en algunos periódicos.
Alaíde se daba tiempo para participar regularmente en Amnistía Internacional y en la Agrupación Internacional de Mujeres contra la Represión (AIMUR). Y continuar con su trabajo como poetisa.
Alaíde Foppa nació en Barcelona, España, hija de una terrateniente guatemalteca y un arquitecto italiano dedicado a la diplomacia. Su infancia y adolescencia trascurrió en Europa. A pesar de vivir la Segunda Guerra Mundial su posición como hija de un diplomático le impide participar.
A su llegada a Guatemala en 1944, su instinto democrático la obligó a no quedarse al margen.
El 20 de octubre cuando estalló la revuelta popular democrática Alaíde ofrecer sus servicios al hospital y la primera noche se la pasa metiendo enfermos debajo de las camas porque bombardearon el edificio.
Y para ella no hubo marcha atrás, dedicó el resto de su vida a construir la democracia en todos sus espacios sus hijas e hijos participaron en la liberación de Guatemala, dos de ellos perdieron la vida y su hija fue notificada cuando estaba en Quiché en un acampamento guerrillero de su desaparición.
Alaíde Foppa fue secuestrada el 19 de diciembre de 1980 en la ciudad de Guatemala durante una visita a su familia por presuntos miembros de la inteligencia militar conocida como G-2, al lado de su chofer Actúm Chiroy. Desde ese día nadie volvió a saber del paradero de ambos.
El 22 de diciembre de 1980, artistas, intelectuales, amigas y colegas hicieron un mitin en la Embajada de Guatemala en México. Mítines, recitales de protesta, desplegados con miles de firmas aparecían diariamente en la prensa pidiendo por la aparición, con vida, de Alaíde Foppa. Todo fue inútil. Desde esa fecha, Alaíde pertenece a esa categoría que en América Latina habla de opresión desaparecida.
Alaíde nos hereda la lucha de levantar la voz contra la injusticia y tomar la tribuna para exigir democracia, paz y desarrollo para las mujeres latinoamericanas y del mundo.
09/EC/LAG
