Inicio Lucha contra la crisis, esperanza de una vida digna para mujeres

Lucha contra la crisis, esperanza de una vida digna para mujeres

Por Redaccion

La Conferencia Internacional del Trabajo, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su Informe de la Comisión Plenaria sobre Respuestas a la Crisis, durante de 98 Reunión, realizada en Ginebra, Suiza, hace unos días, afirma que examinó medidas urgentes y de mediano plazo que debían adaptarse para preservar y promover los logros alcanzados en lo referente a la igualdad de género y para compensar los efectos negativos de la crisis entre las mujeres.

Señaló la Conferencia los puntos principales del debate de la Comisión en torno al tema: un reconocimiento universal de que la igualdad de género en el mundo del trabajo era un valor esencial de la OIT, donde la OIT tenía un papel que desempeñar en el examen de todas las políticas económicas y financieras internacionales desde la perspectiva de la igualdad de género, a fin de lograr la coherencia entre las políticas.

En tercer lugar, en tiempos de crisis económica, la inobservancia de los principios y derechos fundamentales en el trabajo representaba no sólo la incapacidad para defender derechos universalmente reconocidos, sino también un fracaso de la política económica. En cuarto lugar, la crisis debía ser considerada como una oportunidad para concebir nuevas respuestas basadas en la igualdad de género.

En quinto lugar, el impacto de los presupuestos debería considerarse desde una perspectiva de género, y los gobiernos deberían controlar e informar de sus resultados con relación a las mujeres y los hombres.
En sexto lugar, los paquetes de recuperación deberían integrar las cuestiones de género en todas las medidas.

En séptimo lugar, las medidas de corto plazo en respuesta a la crisis deberían incluir la creación y preservación de los puestos de trabajo, la adopción de medidas de sustitución de ingresos, la formación y readaptación profesionales y el apoyo a las PYME.

En octavo lugar, las medidas a mediano y largo plazo deberían incluir: la formalización del empleo informal, la revisión de la legislación, incluidas las leyes laborales, en su caso; la creación de oportunidades para que mujeres y hombres pudiesen conciliar el trabajo con las responsabilidades familiares; así como la capacitación de las mujeres para ámbitos profesionales no tradicionales y para los nuevos empleos verdes.

Asimismo, el desarrollo de las competencias profesionales de mujeres y hombres con el fin de ayudarles a librarse de la segregación profesional; las políticas activas del mercado del trabajo (PAMT), como la acción afirmativa, la lucha contra los estereotipos de género; la inversión en servicios públicos y comunitarios, incluso en las zonas rurales; y una acción focalizada en lograr un reparto más equitativo de las obligaciones familiares y de la prestación de cuidados entre mujeres y hombres.

En noveno lugar, a la mujer debía garantizársele la misma participación que a los hombres en la formulación y evaluación del éxito de los paquetes de medidas de recuperación.

Y en décimo lugar, la OIT debería reforzar sus investigaciones sobre las nuevas problemáticas, tendencias y modalidades que surgían en el mundo del trabajo, y promover la coherencia entre las políticas relativas a las cuestiones de trabajo decente y de igualdad de género en el plano internacional.

LA PORTAVOZ DE LAS Y LOS TRABAJADORES

El portavoz de los trabajadores, Luc Cortebeeck, acogió con satisfacción los diez puntos planteados por el Presidente de la Comisión de la Igualdad de Género e hizo hincapié en la necesidad de incorporar en las respuestas a la crisis el mensaje de la importancia que la igualdad de género revestía para la recuperación económica.

Tenía que existir, dijo, una igualdad real; una verdadera equidad en la remuneración; un régimen básico de seguridad social que diera a todos los trabajadores, y especialmente a las mujeres, la esperanza de que era posible lograr una vida digna; un salario mínimo que permitiera que las personas viviesen dignamente y ayudase a estabilizar el nivel mínimo de la economía de las naciones; y el derecho a realizar negociaciones colectivas. Era preciso examinar medidas para colmar la brecha salarial de género y poner fin a la discriminación a la que las mujeres se veían confrontadas.

El portavoz de los empleadores destacó que las conclusiones de la Comisión de la Igualdad de Género eran razonables, equilibradas y con sentido común, y dijo que deberían incorporarse en el documento final de la Comisión Plenaria. La igualdad de género debía considerarse un objetivo común de las y los trabajadores, los empleadores y los gobiernos, finalizó.

09/GG

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