No se nace mujer se llega a serlo, dice la filosofa existencialista Simone de Beauvoir.
Simone reivindicó el derecho a la libertad como revolución personal y por ello pagó con soledad, la que le permitió desarrollar toda un a teoría de la diferencia e inequidad con la que son tratadas las mujeres frente a los varones, como un segundo sexo.
A 15 años renuncia al cristianismo y es ahí donde, sin Dios, inicia la búsqueda de sí misma a través de su experiencia y el conocimiento; esta tendencia la lleva a estudiar filosofía y con ello a cuestionar la existencia y el ser.
Estudia Filosofía en la Soborna de París y ahí, cuando tenía 21 años, conoce al que sería su pareja sentimental y la introduciría en la corriente existencialista: Jean Paul Sartre.
Por ser mujer y porque desde muy temprano vio las condiciones en que vivían muchas mujeres en el mundo, Simone aprovecha su preparación literaria y filosófica para tratar el problema de la mujer.
«El feminismo no ha llegado al fondo del problema: la opresión a la que el hombre ha sometido a la mujer. Y debe ser liberada, ya que no es considerada como ser humano, sino que ha quedado relegada a un segundo plano –Segundo sexo–, ha sido reducida a objeto sexual para satisfacción del hombre».
El tema de la mujer aflora de una manera o de otra en toda la producción de Simone. Y protesta y grita porque quiere verla libre. Ve como propio el problema de las demás.
En 1943 se incorpora al equipo de la revista Tempes Modernes, dirigida por Sarte. Viajó por muchos sitios para conocer diversas realidades y ampliar sus horizontes. Fue a la Unión Soviética, a Cuba, a China y a Estados Unidos.
Su inclinación filosófica siempre fue de izquierda y por supuesto muy influida por el existencialismo. Además, hasta pasada la II Guerra Mundial había escrito varias novelas, género que abandona para incursionar más en la autobiografía, en busca de una introspección y de un autorreconocimiento.
En su primera novela «La invitada» (1943), explora la relación de pareja y la infidelidad pero, además, abarca los conceptos de libertad y de conciencia individual, así como la consecuente libertad que ambas ideas implican.
Su inclinación existencialista se percibe con mayor fuerza en sus libros autobiográficos, como «Memorias de una joven formal», de 1958 y «Final de cuentas», que escribe en la década de los setenta.
Su más grande obra es «El segundo sexo» (1949), donde aborda la alienación femenina desde una perspectiva sociohistórica y filosófica.
Los 70 son años tempestuosos para muchas mujeres del orbe y Simone no es la excepción. En 1971 firma el manifiesto de las intelectuales a favor de la despenalización del aborto y en 1972 se reconoce feminista y forma parte del Movimiento para la Liberación de la Mujer.
A la muerte de Sartre escribe una novela inspirada en él denominada «La ceremonia del adiós», en 1981; esto, a pesar de que la relación entre ambos pensadores fuera tempestuosa y conflictiva, quizá debido a sus gigantes egos, a sus posiciones racionales, al ansia de libertad de ella y a la infidelidad de él.
Simone Lucie Ernestine Marie Bertrand de Beauvoir nació en París el 9 de enero de 1908 y murió el 14 abril de 1986, en la capital francesa, heredando a las mujeres sus profundas reflexiones sobre cómo alcanzar la equidad en una sociedad que ha tratado y continúa tratando a las mujeres como ciudadanas de segunda.
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