La violencia sexual y las violaciones contra mujeres son los delitos que menos se denuncian ante las autoridades debido, principalmente, al temor y la vergüenza, así como a los costos sociales y económicos que representa el colocar la demanda, reveló el Informe sobre Desarrollo Humano para América Central 2009 del Programa de Naciones Unidas para Desarrollo (PNUD).
El documento enfatiza que si la violación fue cometida por un pariente, un hombre de confianza o alguien que vive bajo el mismo techo el proceso de la denuncia se vuelve aún más difícil; en 2005 se conocieron mil 523 casos en Costa Rica, mil 770 en El Salvador, 718 en Nicaragua y 314 en Guatemala.
La confiabilidad de las cifras relacionadas con la violencia sexual contra las mujeres en la región es sumamente pobre; cabe destacar que la violación es la expresión de la violencia de género con el más alto nivel de impunidad, de acuerdo con el texto.
En el ámbito de la criminalidad y la delincuencia tradicional centroamericana se reconoce un sesgo androcéntrico que coloca a las mujeres en un estado de vulnerabilidad, ya que las autoridades no contemplan la atención especializada de las víctimas, subestiman sus necesidades y excluye el análisis, insiste el informe.
Asimismo, los gobiernos regionales difícilmente estudian el impacto de la criminalidad y la delincuencia en la vida de las mujeres y otras minorías sexuales, como los homosexuales, las lesbianas o los transexuales, usualmente víctimas de ejecuciones extrajudiciales o lesiones motivadas por el odio, concluye el documento.
09/YT