«Tierra y libertad», pregonaban las fuerzas zapatistas durante la Revolución mexicana, cuando para la mayoría de la población comer era una lucha diaria. Para Amelia Robles ésta fue la principal razón para tomar las armas y luchar al lado del caudillo del Sur, Emiliano Zapata.
Amelia pertenecía a una familia con recursos; ella era de las pocas mujeres que tenían acceso a la educación. Pero no queda claro cómo ocurrió su incorporación a las filas revolucionarias en 1911; algunos autores señalan que huyó de su casa por la pretensión de su padrastro de casarla con un desconocido.
Lo cierto es que, desde su ingreso a las fuerzas de la Revolución, Amelia se gano el reconocimiento y el respeto de los varones con los que compartía la lucha armada.
La valentía con la que se enfrentaba a las fuerzas porfiristas le gano el grado de coronela; sus hazañas fueron reconocidas por los ex presidentes Adolfo López Mateos, Manuel Ávila Camacho y Luis Echeverría, entre otros personajes de la clase política mexicana.
Amelia estuvo al mando de una tropa de casi un millar de hombres del Ejército Libertador del Sur (zapatista). En la vida castrense fue un soldado más en los campos de batalla. Era arrojada y sobresalía por su valor suicida, lo que la distinguía de sus compañeros hombres. El general Zapata reconoció a Amelia por su valor con tres estrellas que la convirtieron en coronela. Era una magnífica jinete.
Otra de sus características fue el declararse abiertamente lesbiana; en más de una ocasión tuvo que defender su preferencia sexual frente a sus adversarios y compañeros usando las armas. En 1915 decidió cortarse las trenzas y vestir definitivamente como hombre.
La coronela Robles extendió su actividad militar hasta 1926, pues también luchó en el levantamiento del general Álvaro Obregón contra el ex presidente Venustiano Carranza (1919-20) y contra la insurrección de Adolfo de la Huerta de 1923-24. Llego a ser coronela de Caballería.
Ya retirada de la lucha, Amelia se dedicó a la agricultura, la ganadería y la organización agraria.
Amelia Robles fue reconocida en 1970, por la Secretaría de la Defensa Nacional, como legionaria y veterana de la Revolución: se le asignó una pensión y se le concedió la Condecoración del Mérito Revolucionario correspondiente al segundo periodo del alzamiento, comprendido entre el 20 de febrero de 1913 y el 15 de agosto de 1914.
La lucha política de Amelia fue la defensa sistemática de los derechos del campesinado pobre; participó en la fundación de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos y del Partido Socialista de Guerrero. Cuando tenía 91 años, fue nombrada vocal del Movimiento Nacional Plan de Ayala.
Amelia nació en Xochipala, Guerrero, en 1885, en fecha no registrada, y murió 1984 a la edad de 95 años. Una escuela de educación básica en Guerrero y una casa-museo con su nombre nos recuerdan su contribución a la libertad y la soberanía de nuestro país. Su ejemplo nos hereda el derecho a libertad de elegir y a ejercer nuestra ciudadanía.
*Periodista mexicana
09/EC/YT