Hoy, en México, está en boga una campaña en los medios de comunicación y en las instituciones de salud para combatir la obesidad. En televisión, radio, periódicos y páginas de internet se promueven concursos y se dan consejos para bajar de peso.
El tema nos atañe a las mujeres, ya que en relación con nuestro cuerpo existen distintos factores sociales que alimentan un tipo de «estética femenina». Un ejemplo: la publicidad fomenta, en general, una imagen en la que se asocian peso y dinero. A la figura delgada se le relaciona con el éxito social, hasta el punto de que a veces se producen distorsiones importantes en la esfera psíquica, provocando enfermedades como anorexia, bulimia y desequilibrio metabólico.
En su artículo «Mujer y obesidad: un riesgo para la salud», la psicóloga Martha Reyna Peña Calzada expone su experiencia de tres años como trabajadora de la salud en la atención a mujeres en su consulta particular, y los resultados de cinco casos que le permitieron identificar los aspectos que influyeron en su desequilibrio corporal.
Bajar de peso es el principal motivo por el que las mujeres buscan atención médica o psicológica para encontrar un alivio a sus malestares, señala en su texto publicado por la editorial Zendová en 2002, «Lo corporal y lo psicosomático. Reflexiones y aproximaciones II», bajo la coordinación de Sergio López Ramos.
Uno de sus hallazgos fue la relación que existe entre la obesidad y otros padecimientos: hipertensión; cálculos biliares; dolores de espalda, cabeza, rodillas y pies; gastritis; colitis; miomas, menstruaciones dolorosas, alteraciones severas en la menopausia, padecimientos cadiovasculares y renales en vías urinarias; depresiones: pérdida de memoria; baja autoestima, problemas en la relación de pareja o con hijas e hijos.
Para Peña Calzada, la obesidad no es necesariamente sobrepeso, aunque en general se presente así, sino una enfermedad de origen multifactorial –con influencias genéticas y ambientales– que acarrea muchos problemas y predispone a quienes la padecen a desarrollar otras enfermedades.
En realidad, es un exceso en la grasa corporal que se deduce a partir de porcentajes considerados como saludables y de los cálculos que puede hacerse cualquier persona.
Pero, ¿qué es un porcentaje saludable?
Peña Calzada explica, en términos generales, que se considera que en individuos del sexo masculino un porcentaje de grasa corporal de entre 10 y 15 por ciento es el más adecuado, mientras que para las mujeres se encuentra entre el 20 y30 por ciento. Los valores por encima de estas cifras se consideran obesidad.
De acuerdo con esta definición, dice, el diagnóstico de la obesidad debe hacerse midiendo el porcentaje de grasa corporal total.
«A falta de técnicas de medición confiables y accesibles, el porcentaje de grasa se estima a través de la medición de los pliegues cutáneos o bien se diagnostica la obesidad en función del sobrepeso considerando la relación peso/talla. Un indicador sencillo y confiable es el Índice de Masa Corporal (IMC), que es la relación entre el peso en kilos sobre la estatura en metros elevada al cuadrado».
Así, el IMC ideal en hombres es de 23, y en mujeres, de 21.5. Cifras por arriba de 25 se consideran sobrepeso y, si los valores están por encima de 30, obesidad, expone Peña Calzada.
En su opinión, además de que se asocia a un aumento de la prevalencia de diferentes enfermedades, la obesidad es un factor de riesgo independiente que se relaciona con un aumento de la mortalidad, ya que en el organismo hay alteraciones en distintos ámbitos: orgánico, psíquico y social.
A escala orgánica, se presenta un aumento del colesterol sanguíneo y se observan triglicéridos, arterioesclerosis, hipertensión arterial, enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular, diabetes, gota, trastornos biliares, artrosis, pie plano, várices, flebitis y celulitis.
En lo psíquico hay ansiedad, sentimiento de culpa, depresión, alteraciones de la vida sexual y resentimientos.
A escala social, a la disminución de la autoestima se suma el aislamiento social, la mala relación con el grupo, los conflictos familiares y la sensación de rechazo en el trabajo y la escuela.
Del origen multifactorial que origina la obesidad y la forma como se presenta en las mujeres hablaremos en la próxima entrega.
* Periodista mexicana, narradora oral, facilitadora de grupos, terapeuta con Enfoque Centrado en la Persona y Gestalt e instructora del Sistema Tao Curativo.
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