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Ciudad Juárez: abandono e impunidad

Por Martha Tagle*

En Ciudad Juárez el abandono y la impunidad son dos realidades que con indolencia se han conjugado en esa ciudad fronteriza por más de 20 años y que hoy después de la masacre en la colonia Villas de Salvárcar perpetrada hace tres semanas y que costó la vida de 15 jóvenes, nos indigna y nos hace reflexionar sobre los pasos que se han dado, o más bien se han dejado de dar, para llevarnos a ese estado de descomposición social.

El abandono de Juárez parece compararse al que en muchos sentidos y desde tiempos remotos han padecido los estados del norte tan alejados del centro y tan cerca de Estados Unidos, pero sin duda no ha corrido el mismo destino, pues en Juárez el sueño americano se ve a través de los agujeros de la valla que nos separa, construida con la vida de muchos que desde diferentes latitudes han intentado cruzarla para alcanzar ese sueño.

A Juárez llegó hace 40 años la industrialización, parecía buena idea la posibilidad de tener una industria maquiladora justo en la frontera pues eso traería trabajo, crecimiento y desarrollo, y así potenciaría las posibilidades de Juárez como una ciudad pujante. Eso sin duda atrajo a cientos de personas, la mayoría mujeres, en busca de trabajo.

La ciudad creció, pero lo que no trajo fue el desarrollo esperado. El abandono de las autoridades de los tres niveles, permitieron que la industria se estableciera sin prever un desarrollo urbano que considerara viviendas, transporte, escuelas, hospitales, seguridad, equipamiento como alumbrado público, calles seguras, etcétera, nadie le exigió a las maquiladoras seguridad social para sus trabajadores y trabajadoras, nadie vigiló las condiciones en que se desarrollaba el trabajo lindando en los límites de la explotación laboral. El abandono de Juárez fue el caldo de cultivo que permitió a la delincuencia organizada, de todo tipo no sólo el narcotráfico, sentar sus reales en esa ciudad, que se convirtiera en parte de su tejido social.

Una de las primeras alertas sobre el deterioro que se vivía en Juárez lo dieron hace 17 años diversas organizaciones y familiares de las victimas, al sacar a la luz lo que ocurría con las mujeres que estaban siendo torturadas, violadas, cercenadas, mutiladas y asesinadas en esa ciudad ante la indiferencia de las autoridades y la impunidad de los asesinos.

Muchos podrán decir, que cobraban más vidas las actividades vinculadas al narcotráfico, la delincuencia organizada e incluso la migración, pero la saña con que se asesina a mujeres ahí, sin el más mínimo recato a su condición humana, hablaba de que algo grave estaba sucediendo en Juárez. Ante su negligencia, las autoridades locales, estatales e incluso nacionales; de un partido o del otro, subestimaban los números de feminicidios, desacreditaban a las organizaciones que denunciaban los casos, argumentaban que seguramente su desaparición era voluntaria al pasar del «otro lado» y peor aún, decían que ellas tenían la culpa por vestir así y andar por las calles a deshoras.

Nunca se preocuparon por su seguridad, no les interesó resolver los casos, fueron omisos al levantar las pruebas, han contribuido para que no haya justicia e impere la impunidad.

Por si fuera poco, Felipe Calderón, enfundado en su uniforme verde, se propuso como uno de sus objetivos de gobierno la guerra armada y frontal contra el narcotráfico. A partir del 2007 mandó al ejército a las calles e inició una ola de violencia y muerte por todo el país, pero hasta ahora los resultados han sido muy cuestionables.

A Juárez, ya de por sí vulnerada, abandonada, deteriorada ciudad, llegaron los militares a violentar más a sus habitantes, quienes no caían en el fuego cruzado de los narcotraficantes, podían ahora terminar en los retenes siendo torturados o desaparecidos a manos de los militares. Esa guerra en Juárez ha dejado cientos de muertos, de niños huérfanos, de negocios cerrados, de casas vacías.

Conjugados la guerra, el abandono y la impunidad cobraron la vida de esos 15 jóvenes que ahora sacuden nuestras conciencias y nos hacen un llamado a salvar Juárez, por que si no salvamos Juárez no salvamos a México. Las lecciones que nos está dando Juárez son para que volvamos la vista a lo que con características similares está sucediendo en otras partes del país, a cambiar la estrategia, a plantearnos un nuevo rumbo. Estamos a tiempo.

* Ex diputada federal y feminista

10/MT/LR

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