«Nunca los secuestramos» aseguran desde la prisión Alberta Alcántara Juan y Teresa González Cornelio, al referirse a la sentencia de 21 años de prisión por el presunto «secuestro» de seis policías de la extinta AFI. Lo que las inculpa son fotografías periodísticas del operativo contra tianguistas de Santiago Mexquititlán, donde ellas aparecen como muchos más.
¿Pudo doña Jacinta, una mujer indígena de 1,50 de estatura y 80 kilos de peso, secuestrar sin armas a seis policías mexicanos de élite? Se preguntaba el periodista del diario El País, Pablo Ordaz en agosto del 2009, y se respondía «Todo el mundo en su sano juicio respondería que no, menos un juez de Querétaro que la condenó sin escucharla a 21 años de prisión.»
Esta misma pregunta es pertinente para Alberta y Teresa, quienes al igual que Jacinta fueron inculpadas sin argumentos.
Jacinta, salió después de tres años y un mes de prisión, Alberta y Teresa llevan ya cuatro años y cuatro meses, y sobre ellas pesa una sentencia a 21 años de prisión y a pagar 161 mil pesos de multa de los cuales 70 mil serán para «reparar el daño» de los Agentes, decisión tomada por el Juez Cuarto de Distrito Rodolfo Pedraza Longín.
Pareciera ser que la Ley se ensaña con Alberta y Teresa por retar a la autoridad y pedirle a los AFIS que se identificaran, lo cual tampoco es delito, pero para el mundo simbólico masculino que dos mujeres indígenas interpelen a la autoridad es un agravio que no puede quedar impune.
Pareciera que el agravio que les provocó la libertad de Jacinta, lo quieren cobrar con la permanencia de Alberta y Teresa en la prisión, pues ninguna de las tres han cometido delito alguno, ninguna de las tres debieron de estar encarceladas.
Diversas autoras han demostrado cómo el sistema de justicia mexicano tiene una doble vara para medir los delitos cometidos por mujeres, han mostrado cómo en ellas las penas son más altas en situaciones similares de delincuencia con los hombres.
En ella no sólo se sanciona el delito cometido, sino el agravio por dejar de ser «buenas mujeres», por no seguir con los cánones establecidos de la «feminidad». Pues más allá de lo escrito la interpretación de cada juzgador pesa. ¿Qué será lo que interpreta el Juez Cuarto de Querétaro?
Qué daño se cometió contra los AFIS que hoy Teresa y Alberta tendrán que pagarles 70 mil pesos, dato curioso al recordar que es la misma cantidad con la que se evaluaron los daños del operativo y el cual pagarían a los tianguistas, según acuerdo hecho con el «Jefe Cruz Bedolla.»
Teresa y Alberta se enfrentan a un sistema en total desigualdad, pues es el sistema el que las acusa, las juzga y las sentencia. Ellas solo tienen su palabra y los hechos mismos que demuestran que nunca secuestraron a nadie.
Sin lugar a dudas Teresa y Alberta tendrían que salir libres, tener una disculpa pública de las autoridades y una indemnización por la violación a sus derechos humanos y el daño cometido por sus años en prisión.
* Periodista feminista, directora de CIMAC
10/LL/LR