Las personas extranjeras que llegan a México tienen derechos limitados a pesar de que la Constitución y los tratados internacionales les reconocen garantías universales, por lo que las autoridades deben reforzar el marco normativo en la materia, demandó Fabienne Venet, directora del Instituto de Estudios y Divulgación sobre Migración.
  
 Durante el Foro Migraciones, que se realiza este mes de septiembre en esta capital, la especialista en migración, asilo y Derechos Humanos (DH) aseguró que las y los extranjeros que viven en el país son discriminados por la sociedad y por las autoridades migratorias.
  
 Venet detalló que las personas extranjeras en el país viven limitadamente sus derechos, a pesar de que la Constitución mexicana y los tratados internacionales exigen que se reconozca garantías universales.
  
 Esto porque, según ha documentado su organización, enfrentan dificultades para acceder a los trámites administrativos, mantener o conseguir un empleo, inscribirse en instituciones educativas o presentar denuncias.
  
 Y agregó que son las personas centroamericanas quienes tienen más dificultades para acceder a estos servicios, ya que (según datos oficiales) mantienen índices de desarrollo más bajos, experimentan más pobreza y tienen menores niveles educativos que las y los extranjeros europeos o norteamericanos.
  
 Como ejemplo, la investigadora originaria de Francia, explicó que el trámite de naturalización en México le llevó dos semanas, ya que por su color de piel y al tener un grado educativo de Maestría casi no tuvo trabas.
  
 En contraste, uno de los asistentes entre el público (de origen salvadoreño y con licenciatura trunca en arquitectura) relató que el mismo trámite le llevó dos años, a pesar de que fue obligado por organizaciones criminales a salir de su país.
  
 Asimismo, la investigadora narró testimonios de mujeres centroamericanas que se emplean como trabajadoras del hogar en México, a quienes se les niega su estancia regular en el país pese a estar bien establecidas y tener hijas e hijos con nacionalidad mexicana.
  
 De acuerdo con los testimonios, las mujeres que enfrentaron esta situación también experimentaron, en consecuencia, depresión y descontento en contra de la población mexicana.  
  
 Fabienne Venet explicó que estas desigualdades tienen su origen en prácticas discriminatorias de las autoridades y de la misma sociedad mexicana, y señaló al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) como el único organismo institucional del que ella tiene conocimiento que brinda atención a las y los migrantes.
  
 La investigadora también criticó que no exista un marco normativo amplio, políticas públicas y centros especializados en la interculturalidad, pues la falta de capacitación y conocimiento en la materia profundiza estas desigualdades y limitaciones para el desarrollo de una vida plena en el país.  
  
 Por lo que es responsabilidad de las autoridades y la sociedad civil no sólo respetar las diferencias interculturales de las y los mexicanos; sino también generar estrategias de integración, inclusión y no discriminación para que todas y todos vivamos una vida libre de violencia, explicó.
  
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