Jubiladas de Mexicana de Aviación volvieron a portar su uniforme de sobrecargos, pero ahora para atender una cafetería en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), para llamar la atención y reunir dinero para movilizarse y demandar el pago de sus pensiones.
En el espacio que años atrás ocupó la entonces aerolínea más importante del país, desde el pasado 29 de marzo las mujeres invitan al público usuario a sentarse en los sillones que lograron ingresar a lo que era el módulo de Mexicana (no sin oposición de vigilantes del aeropuerto), y ofrecen panes y productos que ellas elaboran a cambio de aportaciones voluntarias.
Todo su mobiliario (cinco mesas y una carretilla) está rodeado por las pancartas y lonas del personal jubilado que –agrupado en la Asociación de Jubilados, Trabajadores y Extrabajadores de la Aviación Mexicana (AJTEAM)– lleva cuatro años exigiendo a la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCyA) y las secretarías del Trabajo y Previsión Social, y de Gobernación, el pago de más de un millón de pesos que la empresa debe a cada uno de las y los jubilados.
A un lado de la carretilla de café continúan varias casas de campaña que desde 2011 forman parte del plantón, que resguardan Cecilia Beltrand y otro acompañante, ambos sobrecargos jubilados que dejaron su entidad y llegaron al DF para apoyar el movimiento.
Las jubiladas laboran en la cafetería desde las 6:30 de la mañana hasta las 6 de la tarde, y gran parte de los ingresos económicos son para sostener sus movilizaciones y el resto será un incentivo para las trabajadoras.
Jani Montes, quien hasta hace unas semanas era el enlace de comunicación de AJTEAM, dijo a Cimacnoticias que con esta nueva estrategia se busca “llamar la atención” de las personas que transitan por el AICM sobre sus demandas laborales, ya que el plantón era ignorado y las y los viajeros extranjeros desconocen el fraude que llevó a la quiebra a la aerolínea.
También explicó que la idea de usar el mismo uniforme que portaron cuando eran sobrecargos en activo tiene el propósito de que las y los pasajeros identifiquen a las personas que los atendieron cuando operaba Mexicana de Aviación.
Por su parte, Laura Rebollar, sobrecargo jubilada de 52 años, relató que tardó una década en volverse a poner el uniforme. Dijo que hace dos años vivía en el estado de Veracruz, pero la suspensión de las pensiones la obligó a vender su automóvil y su casa.
Fue entonces que vino a esta capital a rentar un departamento junto con su hija y su esposo, y ahora vive de la venta de productos de belleza y con eso sostiene los gastos de su hija enferma de cáncer.
SOLIDARIDAD
Las personas que pasaban frente al módulo de Mexicana preguntaban por las lonas, se informaban de la problemática, y se acercaban a mostrar su apoyo y dar aportaciones económicas sin consumir productos. Las mujeres también recibieron el apoyo de ex pilotos, trabajadores de tierra y mecánicos de la aerolínea.
Las jubiladas dijeron sentirse orgullosas de volver ofrecer una atención “de mucha calidad” en el AICM –como lo hicieron en otros años y que les valió incluso distinciones internacionales–; sin embargo, advirtieron que las autoridades no pueden seguir omisas a los esfuerzos que las y los jubilados hacen para mantener sus gastos y lograr justicia.
Las trabajadoras adelantaron que seguirán sus movilizaciones y que alistan una ante el Senado, para que las y los legisladores reanuden la discusión sobre su problemática, ya que las autoridades laborales no responden a sus demandas.
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