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“Política Feminista, Libertades e Identidades” Segunda Parte

Por Teresa C. Ulloa Ziáurriz
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En pocos días y a pesar de los 50 años de activismo feminista, para algunas personas de Twitter he pasado de ser transactivista a transfóbica y de feminista, a antifeminista.

¿Y qué está provocando estos bandazos contra mi persona? La discusión que en distintas dimensiones y por distintos motivos se viene dando por la postmoderna ideología queer, que como bien dijera Amelia Valcárcel, se ha constituido en un troyano que intenta destruir al feminismo y a su sujeto político, las mujeres.

Se ha generado un movimiento internacional que promueve la “Declaración de los Derechos de las Mujeres Basados en su Sexo”, que reafirma los derechos de las mujeres y las niñas basados en su sexo y desafía la discriminación que las mujeres experimentamos a partir del reemplazo de la categoría de sexo con la de ‘identidad de género’.

La Declaración esboza las leyes y políticas internacionales vigentes sobre los derechos de las mujeres y cómo están siendo amenazadas por organizaciones que intentan cambiar la definición de mujer.

Reafirma los derechos de las mujeres existentes y sugiere formas en que los Estados deberían promoverlos y protegerlos. Fue redactado con aportes de mujeres a nivel internacional. Lanzada en marzo de 2019, la Declaración es un claro llamado a las y los legisladores para mantener la definición de mujer basada en el sexo. La Declaración sobre los derechos basados en el sexo de las mujeres es una declaración sobre la importancia de mantener la definición actual de mujer basada en el sexo.

Los derechos de las mujeres, establecidos en la Convención de 1979 sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW) y los acuerdos internacionales posteriores, se basan en nuestro sexo, definido por la ONU como “las características físicas y biológicas que distinguen a los hombres de las mujeres”. En los últimos años, las organizaciones han estado tratando de reemplazar silenciosamente la idea del sexo biológico con la idea de “identidad de género” en los documentos de Derechos Humanos; e incluir a los hombres que dicen tener una “identidad de género” femenina en la palabra “mujer”.

Los derechos de muchas mujeres están relacionados con nuestros cuerpos biológicamente femeninos, por ejemplo, derecho al aborto, y derechos maternos. Otros derechos de las mujeres tienen como objetivo eliminar la discriminación contra las mujeres en la vida pública, por ejemplo, derechos de las mujeres a la educación, a la representación política, al trabajo, a la igualdad salarial. Además, los derechos de las mujeres son para protegernos contra la violencia o prácticas dañinas, por ejemplo, violación y mutilación genital femenina.

Una forma clave en que se les niegan los derechos a las mujeres y a las niñas es por los estereotipos de género o rol sexual (por ejemplo, las niñas deben ayudar en casa mientras los niños van a la escuela).

La ONU reconoce que esto es perjudicial y trabaja para «la eliminación de los prejuicios y las prácticas habituales y todas las demás que se basan en la idea de inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos o en los roles estereotipados para hombres y mujeres».

La Declaración plantea la preocupación de que el término “identidad de género» refuerza los estereotipos de los roles sexuales porque solo es posible tener una «identidad de género» al elegir entre estereotipos de roles sexuales para hombres y mujeres. En los últimos años, algunos gobiernos han estado sustituyendo la «identidad de género» por el sexo biológico en la ley y la política, e incluyen a hombres que dicen que tienen una «identidad de género» femenina en la palabra «mujer».

Esto permite a estos hombres acceder a espacios y servicios establecidos para mujeres y niñas. Esto incluye servicios de apoyo para víctimas de un sólo sexo, deportes de un sólo sexo, listas cortas de mujeres, diseñadas para aumentar la participación de éstas en la vida política y pública, becas y premios para mujeres, baños de un solo sexo, vestuarios y áreas de dormir destinadas a proteger la seguridad, privacidad y dignidad de las mujeres y las niñas.

El uso de la «identidad de género» en lugar del sexo biológico amenaza los derechos maternos, el derecho de las mujeres a reunirse y organizarse sin incluir a los hombres, y la recopilación de datos sobre la violencia contra las mujeres y las niñas. Además, la «identidad de género» se usa para «hacer la transición» a las niñas que no se ajustan a los estereotipos sexuales.

También, hace unos cuantos días se presentó “La Alianza contra el Borrado de las Mujeres alegaciones alAnteproyecto de Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual”, que es una iniciativa feminista centrada en la defensa de los derechos de las mujeres basados en el sexo y denuncia que esta ley sobre violencias sexuales omite a las mujeres prostituidas, ignora la lucha contra la pornografía y promueve en la legislación la confusión intencionada entre sexo y género.

Las feministas exigen la retirada de todas las menciones en la ley de los conceptos acientíficos de “identidad de género” y “expresión de género”, ya que suponen una “fraudulenta maniobra política”, no aportan nada útil a su contenido y socavan la protección efectiva de las mujeres.

Simultáneamente, J.K. Rowling fue amenazada por decir que el sexo biológico existe. De donde se desprende que alguien ha perdido la cabeza (en Reino Unido y en España), así como en muchos otros países y están dispuestas/os a despreciar a la ciencia. Dijo Rowling, si el sexo no es real, no podría existir la atracción por las personas de tu mismo sexo, Y también dijo, si el sexo no es real, la realidad que viven las mujeres globalmente se borra. Yo conozco y estimo a personas trans, pero borrar el concepto de sexo, remueve la habilidad de muchas personas para discutir significativamente sus vidas.

No puede ser odio hablar con la verdad. En un Tweet añadió: “Personas menstruantes”. Estoy segura de que debe existir una palabra para describir a esas personas. Alguien que me ayude a encontrarla.

Esa misma situación la ha vivido la propia Amelia Valcárcel desde la inauguración de la XVI Escuela Feminista Rosario de Acuña de Gijón, que organiza el Ayuntamiento, quien expuso su tesis titulada “Conviene aclarar las fronteras entre el feminismo y la teoría queer”, publicada en la revista Andra.eus, en abril de 2019.

Una situación similar ha sufrido la doctorante dominicana Raquel Rosario Sánchez a quien le “parece siniestro meterle en la cabeza a una persona menor de edad que su cuerpo es su enemigo”, la han llamado basura, escoria, fanática, repugnante y ‘terf’. Han pedido su deportación, han escrito que debería ser golpeada, han incitado a arrojarle huevos. Una estudiante de doctorado acosada en manada durante más de 2 años por defender sus principios feministas: así se ha transformado en pesadilla el sueño de una joven dominicana en el Reino Unido, que llegó a la Universidad de Brístol con su beca de investigación bajo el brazo. Es especialista en la violencia contra mujeres y niñas y una articulista reconocida en el ámbito del feminismo. Ella es además una activa militante, vinculada a la campaña británica Woman’s Place UK. “La caza de brujas” contra una becaria caribeña en la Europa rica, es el punto de partida para develar algunas graves amenazas de las políticas de “identidad de género” sobre las mujeres, como publicó recientemente en un artículo Tribuna Feminista.

¿Cree que ha sido víctima de una “caza de brujas”?

“Víctima hubiese sido si hubiese desistido de mis estudios, dejado de escribir, de hacer activismo, retirado mi querella o si hubiese aceptado la oferta económica que la Universidad de Brístol me propuso cuando desestimó la querella que interpuse. Mi ética personal y el sentido de solidaridad que tenemos dentro del Centro de Investigación de Género y Violencia, al que se vinculan mis estudios, nunca me hubiesen permitido hacer nada de eso.

Siempre estaré agradecida de la vida porque, a pesar de las experiencias tan negativas y de la complicidad de la institución, en todo momento el centro ha actuado como un escudo protector contra el bullying de los transactivistas. En ese punto, mi caso es insólito, porque generalmente los centros de estudios de género suelen ser los primeros en arrojar a la hoguera a las herejes intelectuales. El centro nunca se ha doblegado, al punto que emitió un comunicado público condenando el manejo institucional respecto a mi querella. Las profesoras del mismo entienden con absoluta claridad que la intimidación de los transactivistas representa conductas misóginas”.

20/TUZ/LGL

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