Ciudad de México.- Jacinda Ardern dio a conocer que dejará el cargo de Primera Ministra en Nueva Zelanda el próximo 7 de febrero. Como respuesta uno de los medios de comunicación más grandes del mundo emitió un cuestionamiento misógino: ¿Realmente las mujeres pueden tenerlo todo? Revelando así las violencias a las que se enfrentan las mujeres en la política.
En octubre de 2017 Jacinda Ardern fue elegida como Primera Ministra, convirtiéndose en la tercera mujer en ocupar el cargo. A sus 37 años fue vista como una de las líderes más jóvenes del mundo, dando inicio a un proceso que, hoy en día, dio por concluido.
Ella formó parte de las mujeres que ocuparon cargos como líderes de Estado, situación que en el mundo no es común. Ya que al 19 de septiembre de 2022, únicamente 30 mujeres se desempeñaban como Jefas de Estado y/o de Gobierno en el mundo, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El organismo señaló que a este ritmo, la igualdad de género en las más altas esferas de decisión política no se logrará por otros 130 años.
Lo anterior revela que aún con los avances que las mujeres han logrado para alcanzar mayor participación política, el sistema patriarcal no ha abierto las puertas suficientes. En esto han contribuido los medios de comunicación, que con especial atención critican las capacidades y errores de las mujeres líderes de Estado.
Tal como ocurrió recientemente con Jacinda Ardern, a quien la cadena BBC cuestionó por su decisión, poniendo “en duda” las capacidades de todo un sector de la población: las mujeres.
En un encabezado que a los pocos minutos cambió la BBC expresó: Jacinda Ardern renuncia, ¿Pueden las mujeres realmente tenerlo todo? A lo que usuarias de redes sociales respondieron con otro cuestionamiento: ¿Pueden los medios abordar su propia misoginia?
Es decir, con su encabezado la BBC cuestinó la decisión y la vida de la Primera Ministra, al suponer que no podía llevar su vida política y familiar al mismo tiempo asegurando incluso que ninguna mujer podía. Este mensaje misógino no es el primero que enfrenta Jacinda Ardern, apenas en 2022 la política reaccionó a un cuestionamiento machista que emitió un periodista.
En conferencia de prensa un reportero preguntó a Jacinda Ardern y a Sanna Marin -Primera Ministra de Finlandia- si se reunían solo por ser mujeres y tener una edad similar. A lo que Ardern respondió.
“Mi primera consulta es si alguien le preguntó o no al expresidente Barack Obama y al exprimer ministro de Nueva Zelanda John Key si se conocían porque tenía una edad similar». Por su parte Marin respondió: «Nos reunimos porque somos primeras ministras».
Lo anterior forma parte de un estructura patriarcal, tal como reveló un estudio de la Unión Interparlamentaria publicado en 2016, el cual pone en evidencia cómo es que los medios de comunicación pueden perpetuar rumores y comportamientos misóginos, publicando imágenes o comentarios despectivos, o incluso con carga sexual sobre ellas. Lo cual trae como consecuencia que a mayor sexismo en los medios, menos mujeres candidatas se registraban en las contiendas políticas.
«Los medios de comunicación ejercen una fuerte influencia sobre las y los votantes y las brechas de género en cuanto a cobertura mediática pueden acarrear consecuencias electorales importantes. No solo disuaden a las mujeres -especialmente a las jóvenes- , de participar en política, sino que también, desaniman a los partidos políticos y élites políticas a la hora de elegir a mujeres», destaca iKNOW Politics, un proyecto conjunto de International IDEA, la Unión Interparlamentaria (UIP), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres).
Sin embargo, es importante destacar que hay pruebas «firmes y cada vez más numerosas de que la presencia de mujeres líderes en los procesos de toma de decisiones políticas mejora dichos procesos», explica la ONU. Por ello reafirmaron la necesidad de lograr la participación política y distribución equilibrada del poder entre hombres y mujeres en la toma de decisiones, donde ellas puedan desenvolverse en un mundo sin sexismo ni misoginia.