El Vaticano anunció que las mujeres tendrán derecho a votar en el próximo sínodo o asamblea de obispos de todo el mundo. Lo anterior aún cuando la Iglesia católica y, en específico el Papa Francisco, ha emitido discursos contra los derechos de las mujeres, como la interrupción del embarazo, y poco ha realizado contra los sacerdotes que incurren en abuso sexual contra niñas.
En dicha reunión, que tendrá una nueva edición en octubre, las mujeres no habían tenido derecho a participar. Sin embargo, ahora el 50% “deberán ser mujeres y en lo posible jóvenes”, informó el Vaticano.
Desde el Concilio Vaticano II en la década de los 60, los pontífices convocan a Roma a los obispos y representantes de los obispados de todo el mundo para abordar asuntos concretos para la Iglesia católica.
Al concluir dichas reuniones los obispos establecen propuestas concretas y las presentan al Papa, quien finalmente elaborará un documento con base en dichos planteamientos.
¿Velar por los derechos de las mujeres desde la Iglesia?
A través de la inclusión de mujeres en el sínodo, la Iglesia busca demostrar que también en sus espacios están abiertos a la participación paritaria. Sin embargo, por décadas ha habido un trasfondo discriminatorio, machista y antiderechos para las mujeres en general.
Por ejemplo, en diversas ocasiones el Papa Francisco ha expresado que la Iglesia considera el aborto como un “homicidio”, aún cuando al año se registran 121 millones de embarazos no son deseados, de acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Además, de acuerdo con organizaciones como Ipas, las mujeres que han sido obligadas a continuar con embarazos no deseados tienen mayor posibilidad de desarrollar ansiedad, depresión y presentan complicaciones en el embarazo.
Pese a ello, el Papa Francisco se ha dedicado a criminalizar a las mujeres por medio de declaraciones que se impregnan en la sociedad provocando desinformación respecto al aborto.
“El aborto es más que un problema, el aborto es un homicidio. Sin medias palabras: quien realiza un aborto, mata”.
Además de lo anterior, la ciencia ha desmentido y rechazado las ideas e iomágenes fuera de contexto en las que se les otorga a los embriones características que no les corresponden, como conciencia o elementos físicos que aún no han desarrollado.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explica que lo que distingue al ser humano es su corteza cerebral, la cual en un embrión de 12 semanas no está formada, “razón por la que dentro de ese lapso el embrión no es un individuo biológico caracterizado, ni una persona, tampoco un ser humano”.
“El embrión no tiene las condiciones que particularizan al ser humano, en virtud de que carece de las estructuras, las conexiones y las funciones nerviosas necesarias para ello y, desde luego, es incapaz de sufrir o de gozar”, destaca la institución.
Aunado a lo anterior, entre los derechos que ha menoscabado la Iglesia también se encuentran los de las niñas, quienes por décadas han sido abusadas por sacerdotes protegidos por la misma institución.
“El 55 por ciento de abusos sexuales cometidos por sacerdotes católicos se dirige contra mujeres mayores de 18 años; el 30 por ciento, contra niñas y niños, y el restante 15 por ciento, contra hombres”, de acuerdo con información documentada por Cimacnoticias.
Pese a la gravedad que ello representa, y a que constantemente nuevos abusos son dados a conocer, la Iglesia católica ha hecho los esfuerzos mínimos para posicionarse ante dichas acusaciones para así evitar que la imagen contra la institución se vea en detrimento. Por ello su apuesta es incluir a mujeres en los procesos internos, sin embargo, queda claro que la protección a los derechos de este sector no es prioridad.
