Ciudad de México.- Representando a México, la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena participó en el Informal interactive dialogue on care and support systems – Economic and Social Council, un conversatorio internacional auspiciado por Naciones Unidas que tuvo por objetivo discutir los sistemas nacionales de cuidado y los avances a nivel global en materia del reconocimiento del trabajo doméstico.
En esta reunión, se apuntaron una serie de ejes sobre la agenda, siendo la Presidenta del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, Paula Narváez Ojeda quien refirió que este foro representa un asunto que apela a nuestro sentido de la humanidad, pues todas las personas somos beneficiarias de los cuidados en alguna etapa de la vida; el cuidado es el futuro y las políticas ya no pueden esperar más.
Desde la perspectiva de la presidenta Paula Narváez Ojeda, los cuidados son un componente integral de toda la ciudadanía, por ello, todos los Estados del mundo deben evocarse a ello, pues no se trata sólo de un tema que apueste por cerrar la brecha de género sino también, es un combate a la erradicación de la pobreza, la igualdad de género, consolidar trabajos decentes, reducir la desigualdad y abonar al crecimiento económico.
Es bien sabido que al hablar del trabajo doméstico y de cuidados, continúa siendo un tema invisibilizado y poco reconocido por parte de todos los actores sociales, pues poco se sabe sobre su enorme impacto en el desarrollo. Ejemplo de esto, lo demuestra la Organización Internacional del Trabajo que estima que se dedican 16 mil 400 millones de horas diarias al trabajo de cuidado no remunerado, un trabajo que equivale a 11 billones de dólares; el 9% del PIB a nivel global.
¿Cuál es la apuesta por el futuro? Según Naciones Unidas, son las políticas públicas sobre la redistribución del trabajo doméstico y de cuidados lo que permitirá mejorar la calidad de vida de todo el mundo. Una movida que apueste por la corresponsabilidad, no sólo entre miembros de la familia, sino también, entre el sector público, privado y por supuesto, el Estado. Según refirió la representante del órgano, es momento de dejar de recargarnos sobre el cuerpo de las mujeres y niñas del mundo.

En este sentido, México ocupó un eje importante en la discusión al ser uno de los países invitados para una de las ponencias principales. a cargo, Alicia Bárcena quien sentenció: No queremos ocupar el lugar de los hombres, queremos poder.
México en materia de cuidados: Rindiendo cuentas en la ONU
«En México no hablamos de economía del cuidado, sino de la sociedad del cuidado«, inició la secretaria de Relaciones Exteriores. Según refirió, después de la pandemia, nuestro país vivió un proceso de reconfiguración donde el tema del cuidado se puso al centro de la conversación.
Alicia Bárcena reconoció que es imperante que se comiencen a destinar recursos públicos como parte de la corresponsabilidad del cuidado, explicando que en México, las mujeres desempeñan mayoritariamente este trabajo en espacios precarizados por lo que el país debe consolidar un tema de suma importancia: Lograr la liberación del tiempo de la mujer para fomentar su inclusión en el mercado laboral.
De acuerdo con información de la Cuenta Satélite del Trabajo no remunerado de los hogares. Valor anual de las labores domésticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, las mujeres dedican 59 horas en materia de cuidados y labores domésticas, esto es 3 veces más que los hombres. Asimismo, desde los 12 años, las mujeres comienzan a desempeñarse en esta labor a diferencia de sus congéneres, una muestra clara de cómo la división sexual del trabajo se enraíza en el hogar y se perpetúa cómodamente para el sistema patriarcal.

«Sin autonomía económica, las mujeres no pueden liberarse en otros campos de la vida, es decir, debemos luchar por la autonomía económica, que nos dará autonomía física., Una mujer no puede seguir dependiendo de la persona que la está violentando, pero para eso, la mujer necesita tener tiempo para poder salir al mercado de trabajo y utilizarlo, si así lo desea, con la libertad que los hombres lo hacen», declaró la secretaria de Relaciones Exteriores.
Al hablar del Sistema Nacional de Cuidados, Alicia Bárcena se detuvo para refrendar el compromiso que tiene la virtual electa presidenta Claudia Sheinbaum, señalando que México será pionero en esta materia a través de estas políticas públicas que correrán a cuenta de este nuevo piso de la 4T.
En este mismo sentido, también se atajó que nuestro país ha quebrado con el silencio estadístico, pues a través de las instituciones se ha logrado medir las horas que dedican las mujeres al trabajo, la discriminación que viven y el impacto en la economía que su labor conlleva, desde su perspectiva, esta es una de las ventajas distintivas más importantes que se ha gestado en México y que aventaja buena parte del camino para apelar al marco del sistema nacional de cuidados que demanda la ONU.

«Hemos logrado persuadir a las autoridades, en México sabemos que el 97% de quienes trabajan en cuidados y área doméstica son mujeres, quienes además, se desempeñan en la informalidad. Aquí, colegas, estamos diciendo la urgencia de crear sistemas nacionales de cuidado para tener una mayor contribución en la economía, por eso, creo que la liberación de las mujeres se pueden crear enormes oportunidades»
Frente a Naciones Unidas, México abonó a la conversación con las encuestas y estadísticas, prometiendo que, con este conocimiento, el Estado podrá actuar con cautela respetando la perspectiva de género y con ello, comenzar a encaminarse a un futuro donde las mujeres tengan la posibilidad de ser autónomas desmarcándose del trabajo doméstico a través de una redistribución justa de esta labor.
Un apunte importante sobre esta participación, es que se hizo alusión a la interseccionalidad de los sistemas de opresión, México reconoció que mientras no se visibilice el trabajo que ejercen las mujeres en el hogar, se continuarán perpetuando otras violencias como la doméstica, el abuso, la violencia económica, el abandono de la profesionalización y la precarización. De esta manera, se realizaron 5 puntos importantes en los que México ha dado pasos a favor de la agenda de cuidados, según Alicia Bárcena:
- Romper el silencio estadístico
- Reconocer los cuidados como un bien común
- Abonar a los derechos de las mujeres indígenas y afrodescendientes
- Impulsar el acceso a los bienes materiales de las mujeres, con el objetivo de que logren forjar su patrimonio
- Encauzar recursos para que se eche a andar la política de cuidados (en el futuro próximo con Claudia Sheinbaum)
«Esta es la agenda que nos va a cambiar estructuralmente la gobernanza futura. Si queremos una sociedad sana que se juegue, de verdad, por el futuro, necesitamos a las mujeres en libertad» ()
Alicia Bárcena
El cuidado, una herramienta transversal
Una de las participaciones más poderosas en el foro, la lideró Laura Pautassi, abogada y especialista en planificación y gestión de políticas sociales, una de las investigadoras más importantes en materia de género en la región hispanohablante. Es indispensable nombrarla, pues fue la única ponente que encuadró el cuidado ante el patriarcado.

Su visión sobre el cuidado la podemos entender en 2 vertientes:
El cuidado en singular: Se refiere a todo aquel cuidado que involucra las relaciones interpersonales, implican cuidado, amor, trabajo, dinero e infraestructura. Este cuidado nos acompaña en toda nuestra vida y son las mujeres quienes lo desempeñan regularmente, gestionando todo lo que implica nuestro bienestar. Una injusticia cuando se entiende que la mujer en la vejez se convierte en una carga social; nadie desea cuidar de ella, se le violenta, abandona y agrede.
El cuidado en plural: Aquel que, compete a toda la sociedad, un sistema que a lo largo de la historia ha establecido dispositivos asignados a las mujeres, organizando así, el sistema de trabajo más complejo del que se tiene registro, explica Laura Pautassi, que se ha abonado por el andamiaje patriarcal que ha sido tan eficiente como discriminatorio y que ha cristalizado la injusta pero persistente división sexual del trabajo.
«El trabajo no remunerado de las mujeres ha sido un factor reproductor de la pobreza monetaria y de tiempo, ha subsidiado la ausencia de políticas sociales y a nivel del mercado, ha conformado cadenas de valor internacional»
Laura Pautassi