Inicio Agenda«Sólo quería armonía entre mi trabajo y mi rol de mamá»: Juana Fuentes, directora en la Judicatura Federal

«Sólo quería armonía entre mi trabajo y mi rol de mamá»: Juana Fuentes, directora en la Judicatura Federal

Por Arantza Díaz

Ciudad de México.- Me decían: Pero querías ser Jueza, ¿no? Y yo pensaba, sólo quiero armonía entre mi trabajo y mi rol de mi mamá. En México, el 78.6% de los juzgadores y magistraturas son hombres; 21.4% juezas y magistradas mujeres. Una de ellas es la jueza poblana Juana Fuentes, madre y directora de la Judicatura Federal (JUFED), que hoy, es uno de las voces más contundentes contra la Reforma al Poder Judicial.

En nuestro país, sólo 194 mujeres han sido nombradas juezas y un total de 359 como magistradas, de acuerdo a los últimos datos en el Consejo de la Judicatura Federal. 

La jueza Fuentes, no quiere dar tregua porque tras más de 20 años de carrera, de violencia, pérdidas y duelos, su lucha, junto con otras mujeres juezas se mantiene vigente para encarar el porvenir. 

Minoría en los puestos de decisión del Poder Judicial, las mujeres han librado una lucha histórica para comenzar hacerse de un trabajo como juezas o magistradas; décadas de trabajo, profesionalización, de maternar, de cuidar, de tocar puertas y sortear todo a la vez. ¿Qué pasará con estas pocas mujeres que apenas si logran el 2% del Poder Judicial?

No sé, hay miedo, responde la Jueza Juana Fuentes cuando se le pregunta sobre el panorama y es que, aunque resulte una obviedad, las mujeres libran en las filas de este poder de la unión una lucha de doble peso; el de seguir peleando contra la misoginia en su trabajo y el de la incertidumbre de perderlo todo.

«Cada mujer es una historia de sacrificio, en el camino hay muchas brechas, te tienes que parar por todas las circunstancias de vida, todas estas son historias de nosotras como mujeres que, tenemos altos liderazgos como jueza o magistrada (…)Nadie ve que la directora de JUFED es una mujer que ha tenido que pasar por situaciones muy complicadas.» (Jueza Juana Fuentes)

De Puebla, el metro de la CDMX y el maternar de forma autónoma

Juana Fuentes es de la sierra norte de Puebla y señalar que la única alternativa es estudiar la universidad ahí, en el pueblo de Huachinango. Cerca de concluir su carrera profesional, la Jueza se convirtió en madre autónoma; ella y su hija iban por su cuenta, y es este punto de inflexión decidió explorar otros caminos profesionales y apuntar más arriba. 

A través del sacrificio, pagó su maestría en la Universidad Autónoma de Tlaxcala donde se enteró que había una convocatoria en el Poder Judicial de Pachuca; aplicó su examen y conciliando sus labores de cuidado con su hija de, entonces, 4 años, logró ser seleccionada y entrar. A los seis meses, el nombramiento terminó y Juana Fuentes sólo tenía dos opciones:

Volver a Huauchinango, donde las oportunidades de crecimiento eran mínimas.

«Justo porque allá sólo hay poderes locales politizados, sólo si conoces al juez o al presidente puedes entrar. Es un mundo muy machista donde había que tocar la puerta de los hombres, quienes tenían el poder» 

Y su otra opción, era moverse a la capital, rentar un espacio y salir a repartir los currículums hasta saber qué hacer. Fue así, que llegó a la estación de San Lázaro en Metro; llegó sola. Sin certeza de nada, ni trabajo, se enfrentó a una de las encrucijadas más grandes: Dejar a su hija al cuidado de sus abuelos durante un año, al menos, hasta tener un trabajo estable. 

En un espacio ubicado en Artículo 123 de la capital mexicana, Juana Fuentes llegó a vivir y su jornada por conseguir empleo consistió en tocar puertas, hasta que aplicó en una propuesta como actuaria y se incorporó a las filas del mercado laboral. 

«En 2010 la vida me regala a Santiago, quien representa para mi el reto de seguir luchando. Santiago tenía un síndrome de west (encefalopatía epiléptica), muy agresivo y para ese entonces, yo decidía entre mis temas emocionales dejar de trabajar para atenderlo, porque la poca expectativa me permitía estar con él, era hasta que Dios decidiera tenerlo aquí.»

La carrera de Juana Fuentes comenzaba a tambalearse; quería cuidar a Santiago, pero también, seguir sus sueños que su padre había cultivado en ella. 

En nuestro país, el 93.5% de las personas que abandonan su trabajo por motivos familiares son mujeres, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2023. Este escenario, atraviesa, por supuesto, también a las mujeres juzgadoras de nuestro país. 

Dedicó 10 años a trabajar como proyectista (elaboración de sentencias de amparo), fue una época que se puede resumir en una palabra: Paz. 

¿Podías alternar tu trabajo con tu trabajo de cuidados con tus dos hijos? Sí, la vida me permitió avanzar con ellos, llevaba a Santi a terapias, los cuidaba. Nunca pensé en ser jueza, porque yo sabía que debía cuidarles.

El panorama cambió cuando le llegó la convocatoria para jueces especializados en materia laboral; a Juana Fuentes le produce gracia hablar de esto y es que, parecía que el tablero se había acomodado para ella.

Esa era su fuente y la primera calle donde habitó cuando llegó a la Ciudad fue en Artículo 123 -artículo sobre la defensa de derechos laborales-. Es, tal vez, uno de los pasajes que más ha disfrutado compartir en conversación. 

La oportunidad estaba ahí y Juana Fuentes la tomó; compitió contra 5 mil personas y venció. Se convirtió en Jueza y por adscripción fue enviada a Naucalpan; lejos de su hijo menor, Santiago. 

«Zaldívar me debe muchas horas extras…»

Su trabajo como Jueza y madre autónoma de 2, comenzó a recrudecerse, ya no había una conciliación entre sus dos trabajos -remunerados y de cuidados-, los traslados eran largos, la angustia de estar lejos de sus hijos y las horas extras la confinaban a su oficina en Naucalpan. La salud de Santiago preocupaba y Juana Fuentes agotó hasta el último recurso para pedirle a Arturo Zaldívar que la transfiriera a la capital. 

«Naucalpan se empieza a complicar mucho, pedí mi cambio a la CDMX, se lo pedí a Arturo Zaldívar, pero jamás me respondió, no atendió el tema de Santi, a pesar de que yo se lo pedí; sólo quería estar cerca de mi hijo. Él me debe muchas horas extras, yo le acredité que mi hijo requería que su mamá estuviera con él y nunca me atendió; era el derecho de mi hijo. 

En 2023, muere mi abuela, mi papá y Santiago muere en mayo. Me dieron mi cambio en abril…»

La respuesta que recibió por parte de sus compañeros fue una embestida violenta; «pero querías ser jueza» y yo les decía: Yo sólo quería armonía entre mi trabajo y mi rol de mamá. 

Sosteniendo su puesto de trabajo con ambas manos y atravesada por el duelo de su hijo, Juana Fuentes fue nombrada la directora nacional de la JUFED, desde su perspectiva, fue una encomienda importante, especialmente, porque no hay magistradas, juzgadoras y juezas, menos. 

Y al interior del Poder Judicial… 

Muchas (de sus compañeras), dice Juana Fuentes, son mujeres jefas de familia, madres, cuidan a sus papás que son personas mayores y otras, han renunciado a sus deseos de ser madres para consolidar una carrera dentro del Poder Judicial, pero nadie lo ve; ¿nadie las ve?

Uno de los puntos de la Reforma al Poder Judicial, es pautar que, ahora, los cargos de las personas juzgadoras serán obtenidos a través del voto popular. Esto implicará que las pocas mujeres que han consagrado su lugar como juezas o que cargan carreras judiciales de décadas, serán borradas. 

«Por eso tanto lucho, porque la cualidad que tienes es hacer tu carrera profesional, seguir tus sueños, ese era consejo de mi padre que me decía que sólo estudiando iba a lograrlo. Y nos quieren quitar ese derecho, quieren meternos a una cancha que nosotras no conocemos. Justamente la vida de una jueza es solitaria, no conoces a gente allá afuera, ¿sabes quién nos va a proponer para la candidatura? Nadie. Porque a nosotras, nadie nos conoce.»

Cuando se le pregunta a la jueza sobre cómo se percibe el ambiente al interior del Poder Judicial y cuál es la postura de sus compañeras, comparte en entrevista que sus colegas le han pedido actuar; «su vida depende de esto». 

Cualquier solución, unión o lo que sea sería aceptada por las juezas, dice Juana Fuentes, porque todas han padecido de tantas cosas. Son tantas historias de lucha; han vivido misoginia, malos tratos de sus jefes, no hay ni una sola mujer que no haya peleado y resistido por construir su carrera judicial. 

«Viene una mujer presidenta y dice que va a priorizar la agenda de las mujeres, ¿y qué? Nos va a quitar a las pocas que estamos para traer a nuevas, ¿o qué? De por sí somos muy poquitas y luego nos van a quitar con un liderazgo machista

Las mujeres deseamos realizar nuestros sueños profesionales, como la presidenta de la Corte que, nos alimenta para seguir en esta vida profesional y que ha sido objeto de violencia, como Zaldívar que la ataca cada que tiene la oportunidad»

La discusión de la Reforma al Poder Judicial tendrá lugar el próximo lunes y con todos los vaivenes, apunta a consolidarse. Ha llegado como un chispazo en el radar político y aunque el cambio para consagrar un estado de derechos sí es urgente, el remedio no llegará entre empujones, codazos y sin considerar las luchas de las mujeres que constituyen el Poder Judicial. 

«Santi es quien me hace sacar esta causa, él me enseñó que cuando hay muy pocas expectativas tienes que seguir luchando para dejar huella en este mundo.» (Jueza Juana Fuentes).

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