Ciudad de México.- Este domingo, día primero del mes de septiembre, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, fiel a su tradición convocó y llenó el Zócalo de la Ciudad de México para dar cuenta de su último informe de gobierno, que en conteo, fue el sexto, pero lejos de los reflectores y la arenga política había otra cara: las madres buscadoras exigiendo al Estado su deber no cumplido.
Las madres buscadoras con su presencia y los casos de desaparición de sus hijas e hijos contrarrestaron cualquier cifra positiva de un discurso presidencial. Con su presencia recuerdan que en promedio, 18 mujeres desaparecieron diariamente en México entre 2008 y 2023. De estas, el 21% aún no se conoce su paradero, según datos emitidos por la entonces Comisionada Nacional de Búsqueda, Karla Quintana, en el marco del Día Internacional de la Mujer, en 2023.
Su protesta hace viva la exigencia que México enfrenta una crisis humanitaria de personas desaparecidas, donde mujeres han tenido un papel protagonista en la búsqueda de sus familiares, han sido las Madres Buscadoras de sus hijas e hijos quienes realizan el trabajo que el Estado ha dejado de hacer.
De acuerdo con el mismo Registro Nacional de Personas Desaparecidas, señala que hay 116 mil 302 personas desaparecidas y existe un subregistro que impide conocer con certeza cuántas mujeres son encontradas con vida, cuántas sin vida y las razones de su desaparición. La mayoría de las víctimas son menores de edad.
Ellas, las madres buscadoras del Zócalo capitalino, son quienes no protagonizaron las imágenes en medios de comunicación nacionales e internacionales. Ellas, forman parte de un grupo de 15 familias de personas desaparecidas, ahí han estado inamovibles en espera de respuestas.
Para llevar a cabo su protesta, decidieron acampar en el asta del Zócalo como protesta ante la indiferencia de las autoridades por la desaparición forzada de sus hijas e hijos y la omisión de sus responsabilidades para su localización y por eso, sostienen la esperanza de ser recibidos en Palacio Nacional por Andrés Manuel López Obrador, actual presidente del país, así como la mandataria Claudia Sheinbaum Pardo, quien está a escasas semanas de asumir el cargo.
El campamento de madres buscadoras se instaló desde el pasado domingo 18 de agosto. Desde entonces, ninguna autoridad ha salido a conversar con ellas.
«Una de mis compañeras les fue a tocar la puerta, nunca abrieron”
Patricia de la Cruz, madre buscadora
Hasta antes del informe de gobierno, no habían permitido bajar la bandera como se hace diariamente. En una de las lonas de las y los desaparecidos se observa la frase «Las víctimas estamos en guerra con el gobierno».
Al conversar con Cimacnoticias, informaron que no todas las madres buscadoras se encuentran acampando, algunas se turnan por semana.
Patricia explicó que “no es cualquier cosa dejar tu casa y venir aquí a hacer un campamento donde todo falta”, como el servicio sanitario, el cual gracias a dos ciudadanas pudieron comprar un baño portátil. Sin embargo, les negaron colocarlo dentro del campamento y ahora tienen que recorrer 100 metros para llegar a él. Otras dificultades a las que se enfrentan es el clima de la Ciudad de México y su seguridad, ya que además de robarles un teléfono celular, les vivido su protesta bajo las torrenciales lluvias de las últimas semanas.
Las tareas de búsqueda de personas desaparecidas en el país han recaído en los familiares, sobre todo en las madres, hermanas e hijas como el caso de Patricia. Su hijo, Fernando Hernández de la Cruz, desapareció el 22 de junio de 2022 en el municipio de Altamira, Tamaulipas. En 2023, lo borraron de los registros del gobierno federal junto a casi 11 mil personas desaparecidas durante la Estrategia Nacional de Búsqueda Generalizada.
Fabiola, también se encuentra acampando en el asta del Zócalo por su hermana quien fue secuestrada en Reynosa el 12 de agosto de este año. La última vez que supo de ella, estaba en migración y después de varias llamadas de extorsión tuvo que entregar 70 mil pesos.
El campamento está conformado por carpas y cinco casas de campaña. En una de ellas almacenan la comida, que hasta el momento no ha escaseado. Las personas también les han llevado alimentos como María Gallo, proveniente del sur de la ciudad. Al enterarse en los noticieros, decidió acompañar a las madres buscadoras con sándwiches para demostrarles que “no están solas”.
Para Patricia de la Cruz, lo que más necesitan es el apoyo físico de la gente “que vengan a apoyarnos, no importa que no se queden en la noche, pero debe ver el gobernador López Obrador que hay mucha gente apoyando esta causa”. Además hizo un llamado a la sociedad para dejar el desinterés.
“Nadie estamos exentos de desaparecer”
-Patricia de la Cruz

El pasado 5 de marzo de este año, colectivas de personas buscadoras acudieron en compañía de defensores de derechos humanos a la audiencia pública 189 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para exponer la problemática de las desapariciones y la respuesta del Estado mexicano ante los hechos.
El calendario de sesiones, dio inicio el miércoles 28 de febrero a las 8 horas tiempo de la ciudad de México, con la exposición de colectivas de buscadoras de personas desaparecidas de Puebla, Guanajuato, Zacatecas, Jalisco, Sinaloa y de Guanajuato donde externaron que:
Ante la incapacidad del Estado mexicano para solucionar la violencia ejercida en contra de familiares de personas desaparecidas, organizaciones de la sociedad civil y organismos defensores de derechos humanos realizaron una petición de audiencia ante la CIDH, para dar a conocer la situación de violencia extrema a la que se enfrentan, entre los hechos denunciados están los 16 asesinatos cometidos contra familiares de personas desaparecidas, dos de ellos ocurridos en lo que va del año, así como una persona buscadora que se encuentra desaparecida.
La audiencia contó con las voces de colectivas de la sociedad civil organizada, las cuales dieron un diagnóstico, en el que aseveraron que Estado mexicano, «no solo es ineficaz en la solución de localizar a personas desaparecidas, sino que además, pareciera ser que la obligación de realizar esta labor está en manos de los familiares o de las buscadoras», quienes a su vez, se enfrentan a una doble revictimización, ya que son amenazadas por el crimen organizado, que vulnera su esperanza de encontrar los restos de sus familiares.
Las y los defensores de los derechos humanos pugnan, porque se les conceda protección y cobijo: “no se toman medidas por parte del Estado mexicano para integrar a las personas buscadoras a los mecanismos para su defensa, no se les integra en el proceso y no cuentan con protección a nivel federal”, señala María Luisa Aguilar, Coordinadora del Área Internacional del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Prodh)
Ya que son las mismas madres buscadoras, quienes, tienen que garantizar su seguridad durante la búsqueda de sus seres queridos, por eso realizo un llamamiento para que el Estado mexicano atienda la situación, que se garantice la protección de miles de Mujeres Buscadoras y se exija, que no se minimice, la crisis actual que supera cifras de más de cien mil personas desaparecidas.

