Ciudad de México.- “No se puede confirmar que el ipad era de Diego N”, fue el argumentó que el juez Francisco Salazar Silva dio a las alumnas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) tras absolver al imputado por el delito contra la intimidad sexual, esta decisión se tomó en el marco de los 16 días de activismo en contra de la violencia hacía las mujeres.
De acuerdo con Paulina Zepeda en entrevista para Cimacnoticias, integrante del movimiento Ley Olimpia, el día de la audiencia decidieron acuerpar desde temprano a las 8 alumnas, víctimas del delito contra la intimidad sexual, la cual dio inicio a las 4 de la tarde, dos horas después de lo establecido.
Sin embargo, no ha sido fácil para ellas, ya que han tenido que dejar de laborar para ir a apoyar a las estudiantes o enfrentarse a insultos por mostrar su apoyo.
El día de ayer no fue diferente, pues las colectivas feministas tuvieron que convivir todo el día con el Colectivo Nacional No Más Presos Inocentes, quienes se colocaron afuera del Reclusorio Oriente para defender al imputado. Durante el día, ambos grupos tuvieron enfrentamientos, por lo que al finalizar la noche y con el fallo obtenido del juez Francisco Salazar Silva, ya se encontraban agotadas física y mentalmente.
“Hoy el sistema judicial ha fallado no solo a nosotras, sino a todas las mujeres que han sido violentadas en el ámbito digital” Acusaron las ocho víctimas de Diego N a través de un comunicado luego de que se conociera el fallo a su favor. La violencia sexual digital hacia ellas interrumpió su vida universitaria, ya que cuando tomaron sus fotografías para manipularlas, estas se convirtieron en “un arma” para ser comercializadas, según declararon en el documento.
También agregaron que la sentencia absolutoria del juez Francisco Salazar Silva es un mensaje que minimiza la violencia ejercida hacia las mujeres en donde se interpone su vida y dignidad para la protección de Diego N y sus agresores; aquellos que pagaron, compartieron y celebraron esta violencia. Con este fallo, también se perdió la oportunidad de conceder la primera sentencia por violencia digital con inteligencia artificial, por lo que las víctimas consideran al juez un cómplice.
Asimismo, denunciaron que aunque el poder judicial se ha esforzado por hablar sobre los 16 días de activismo en sus canales oficiales; la realidad es que sus acciones se han quedado en el discurso, negando la justicia para las víctimas.
A pesar de este panorama, las estudiantes han decidido que impugnarán el caso y seguirán denunciando los actos de violencia cometidos contra ellas. Además, mencionaron que continuarán su lucha por todas las mujeres que han sido violentadas, por las que ya no están y por las que no dejarán que estén en su lugar.
“Queremos dejar algo en claro: este sistema corrupto no nos va a callar. Nos han intentado silenciar con intimidación, con agresiones físicas y verbales, y ahora con este fallo. Pero si algo hemos aprendido es que juntas somos imparables. Ustedes podrán proteger a los violentos, pero nosotras estamos construyendo un movimiento que no podrán detener”





La violencia sexual digital en México
Gracias a las alumnas de la carrera de Mercadotecnia Digital del IPN, el 6 de octubre de 2022, se dio a conocer una red de estudiantil en el que se traficaba imágenes alteradas con inteligencia artificial para exponer cuerpos desnudos de mujeres entre 17 y 25 años.
Tan solo en la tableta de Diego N se encontraron 20 mil videos y 166 imágenes de sus compañeras que comercializaba en grupos estudiantiles y canales externos. En ese mismo año, ocho mujeres iniciaron un proceso legal en contra él.
De acuerdo con el último reporte anual ‘Violencia sexual digital contra las mujeres en México’ del Frente Nacional para la Sororidad (FNS), publicado en septiembre de 2024, la violencia sexual digital es un tipo de violencia de género relacionada con el ejercicio de la sexualidad por medio de la tecnología. Es en parte, una de las consecuencias de la virtualidad, la cual ha combinado la forma en que las personas interactúan entre ellas.
Son entonces, las niñas y las mujeres propensas a sufrir violencia de género, violencia sexual u otras modalidades de violencia nacidas de la virtualidad. Algunas formas que el FNS ha registrado son producción no consentida de material íntimo sexual; difusión de contenido íntimo no consensuado; robo o usurpación de identidad con fines de explotación sexual; acoso sexual digital; grooming; sextorsion; amenazas; acecho; ofrecimiento de servicios sexuales no autorizados; y ahora la alteración de imágenes con inteligencia artificial para su venta con fines sexuales.
Además de la reputación e imagen pública o personal, el FNS establece que entre las afectaciones que puede tener una víctima de violencia sexual digital están las perdidas económicas y patrimoniales, así como la exposición a otras firmas de violencia. En cuanto al daño a la salud mental, son comunes los sentimientos de vergüenza, culpa y miedo, al igual los trastornos como ansiedad, depresión, delirios de persecución, paranoia e intenciones suicidas.
Las estadísticas del FNS determinaron que las mujeres componen el 95% de las víctimas de la violencia sexual digital. A través de solicitudes de información realizadas por el FNS a 33 instituciones de justicia, de las que solo 14 respondieron;, se han podido documentar el siguiente número de carpetas por violencia sexual digital: 2 mil 682 en Ciudad de México, 2 mil 556 en Querétaro, mil 095 en Puebla, 776 en Aguascalientes, 649 en Quintana Roo, 473 en Zacatecas, 205 en Guerrero, 145 en Campeche, 127 en Chiapas, 91 en Sonora, 42 en Nayarit, 10 en Tlaxcala, 8 en Tabasco y 0 en Yucatán.
Mandatos de género patriarcales
Conforme menciona el informe del FNS, los mandatos de género patriarcales están estrechamente relacionados con la violencia sexual digital. Se trata del conjunto de reglas formales e informales en que cada sociedad define el comportamiento de una persona con otros. Sin embargo, también se manifiestan en los roles de género entre hombres y mujeres.
Además, configuran un sistema de opresión hacia las mujeres que converge con otras formas de opresión y desigualdad como etnia, clase, discapacidad , edad, sexualidad. Por lo que, no todos los hombres son considerados igualmente dominantes y no todas las mujeres son subordinadas.
El FNS también asienta que la relación entre la violencia de género y los mandatos de género se entrelazan en dos niveles: el primero en donde los hombres ejercen los mandatos de género colocando a las mujeres en posiciones de vulnerabilidad; y el segundo en el que la violencia de género sirve como un mecanismo de coerción y disciplina en contra de quienes no lo cumplen.
Entre los principales mandatos de género que sostienen la violencia sexual digital se encuentran el cuerpo femenino para el placer, uso y consumo masculino; el control de la sexualidad de las mujeres; y que son ellas las culpables de la violencia sexual digital.